ADN CRIMINAL ⌖ JK +18

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Los golpes en la puerta resonaban con insistencia en el pasillo del edificio, cada uno más fuerte que el anterior. Dentro del apartamento, la detective Park, desconcertada por la intensidad de la entrada, se levantó de su lugar con un suspiro de cansancio. Al revisar el monitor de seguridad, vio que el visitante era nada menos que su ex pareja, el detective Jeon, cuyo rostro estaba marcado por una expresión de descontento evidente.

Con un movimiento resignado, Park abrió la puerta, encontrándose con Jeon, quien sin previo aviso se adentró en el apartamento, cerrando la puerta con un golpe que reverberó en las paredes. Su postura era tensa, sus ojos ardían con una mezcla de frustración y determinación, y su presencia en su hogar era todo menos bien recibida.

—¿Qué carajo te pasa? ¿Por qué vienes a golpear mi puerta como un lunático? —inquirió Park, su voz llena de irritación mientras intentaba comprender la irrupción inesperada.

—Quiero que me expliques una cosa y espero que seas sincera —respondió Jeon, acercándose a ella con una intensidad que hacía evidente que no estaba dispuesto a perder tiempo en tonterías. Park, al sentir la cercanía, se dio la vuelta con un gesto de desdén, dándole la espalda y cruzándose de brazos en un intento de mantener el control de la situación.

—No hace falta que vengas aquí haciendo un escándalo para eso —replicó Park con un tono de desprecio, tratando de restar importancia a la confrontación.

—¡Voltea y mírame ahora! —exigió Jeon, su voz resonando con una autoridad implacable. Park rodó los ojos, pero finalmente giró su cuerpo con una mezcla de resignación y curiosidad por la extraña exigencia.

—¿Ya? ¿Qué es lo que quieres? —preguntó, su paciencia comenzando a agotarse.

—¿Qué es lo que piensas de mi padre? —preguntó Jeon, sus palabras cargadas de un peso considerable. Su corazón latía con fuerza, esperando que las acusaciones de Nabi fueran simplemente una provocación. Sin embargo, al observar el cambio en la expresión de Park al mencionar a su padre, el nerviosismo que se apoderó de ella le dio una pista de que quizás había algo de verdad en lo que le había dicho Nabi. Park, claramente desconcertada por la repentina pregunta, desvió la mirada, intentando ocultar su inquietud. La tensión era palpable mientras tragaba en seco antes de responder.

—¿Tu padre? —dijo, su voz temblorosa mientras miraba hacia un lado—. ¿A qué viene eso?

La evasión de Park solo aumentó la preocupación de Jeon. Sabía que algo no estaba bien, y la forma en que ella evitaba el contacto visual solo reforzaba sus sospechas. Jeon se acercó aún más, su mirada fija en Park con una mezcla de desesperación y determinación.

—Dime ¿Qué es lo que realmente piensas de mi padre? —demandó Jeon, su voz temblando con una mezcla de enojo y vulnerabilidad.
Park intentó mantener la compostura, pero la presión de la situación y el escrutinio de Jeon estaban comenzando a desbordar su paciencia. Se notaba la incomodidad en su postura, y su expresión mostraba señales de estrés.

—Pues... ¿qué voy a pensar? —dijo finalmente, alejándose de Jeon con una mezcla de frustración y cansancio—. Es mi superior y es tu padre.

—¿De verdad piensas eso de él? ¿Solo lo ves como tu superior y como mi padre? —insistió Jeon, con los puños apretados mientras trataba de mantener la calma. Su voz estaba cargada de tensión, reflejando el conflicto interno que sentía.

—¡Joder! ¿Por qué me preguntas eso? —respondió Park, enojada, mientras evitaba que Jeon se acercara más. Su rostro mostraba una mezcla de ira y confusión, y sus movimientos eran rápidos y defensivos, tratando de escapar de la confrontación directa.