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El simple hecho de cómo ella lo miraba, con sus ojos desprovistos de malicia y llenos de un brillo de dulzura e inocencia, hacía que el detective perdiera completamente la cabeza. Sus ojos, semejantes a los de un ciervo frágil, lo desarmaban por completo, despertando en él una mezcla de deseo y protección que no podía controlar. Con su diestra, Jungkook acarició suavemente su cuello, provocando en ella un escalofrío que recorrió su cuerpo, como un río helado en un día caluroso. Sus dedos fríos contrastaban con la calidez de su piel, intensificando la sensación, haciéndola aún más consciente de cada toque, de cada caricia que él le ofrecía.
Mientras sus miradas se mantenían fijas, la otra mano de Jungkook se deslizó lentamente por su pierna, escabulléndose bajo su vestido con una suavidad calculada, como si explorara un territorio prohibido que le pertenecía solo a él. La sensación de sus dedos avanzando, reclamando su piel centímetro a centímetro, la hacía temblar, pero no de miedo, sino de una excitación que no podía comprender del todo. El estremecimiento que la recorría era intenso, casi electrizante, y en su mente, todo pensamiento coherente se desvanecía, dejándole solo el pulso de su deseo latiendo en sus venas.
Jungkook, guiado por una mezcla de celos y deseo, se inclinó aún más, apartando con delicadeza el cabello de su cuello. La proximidad entre ellos se hizo insoportable, y con una respiración profunda, se hundió en su cuello, dejando que su aroma lo envolviera por completo. Ese aroma tan distintivo, tan propiamente suyo, lo llenó como un veneno dulce, haciéndole recordar todos los momentos en los que se había contenido, en los que había reprimido este impulso animal que ahora lo dominaba. Inhaló profundamente, saboreando cada matiz de su fragancia, como si con ello pudiera absorber una parte de ella que nadie más conocía.
Nabi, al sentirlo tan cerca y tocando una parte tan sensible de su cuerpo, arqueó ligeramente su espalda por inercia, sus sentidos completamente atrapados por la intensidad del momento. El calor de su cuerpo se mezclaba con la sensación fría de los dedos de Jungkook, creando una dualidad que la confundía y excitaba a la vez. Cada músculo en su cuerpo reaccionaba a su proximidad, a su toque, y la suavidad con la que él la manipulaba la hacía sentir vulnerable, pero a la vez completamente deseada. La sumisión que mostraba ante él era un reflejo de la confianza que había construido, pero también de la química innegable que los envolvía, una química que ahora se hacía más evidente que nunca, y que ninguno de los dos estaba dispuesto a ignorar.
Pronto, Jungkook comenzó a saborear su cuello, dejando un rastro de besos húmedos y suaves mordidas que hacían que pequeños gemidos escaparan de los labios de Nabi, como si cada toque encendiera una chispa en su interior. La sensación de sus labios en su piel era tan intensa que el calor en su cuerpo comenzó a subir, ardiendo en un fuego que ella no recordaba haber sentido antes. Sin embargo, había algo extrañamente familiar en ello, como si, en lo más profundo de su ser, estos gestos despertaran un eco de un recuerdo olvidado. Era como si ya lo hubiese vivido antes, como si sus cuerpos recordaran algo que su mente no podía captar del todo.
Mientras Jungkook seguía explorando su cuello con besos y mordidas, las manos de Nabi, como impulsadas por un instinto antiguo, comenzaron a moverse solas, a recorrer su espalda ancha y bien formada. Los dedos de ella se deslizaron por la tela de su camisa, sintiendo los músculos tensos bajo la piel, y un deseo creciente comenzó a apoderarse de ella. Al mismo tiempo, el contacto de sus manos recorriendo su espalda encendió en el detective un torrente de recuerdos. La última vez que estuvieron juntos de esta manera, Nabi le había dejado marcas visibles por todo su cuerpo, huellas de una noche que había sido salvaje y apasionada.
El pensamiento de esa noche, la memoria de sus uñas rasgando su piel con una ferocidad que sólo había experimentado con ella, lo excitó profundamente. Quería volver a sentir ese dolor placentero, esas marcas que ella había dejado como evidencia de su pasión desenfrenada. El deseo que ardía en su interior se intensificó, y el control que había intentado mantener comenzó a desmoronarse, cediendo ante el impulso de revivir aquella noche. Su respiración se hizo más pesada, y la urgencia de sentir sus uñas en su espalda, rasgando su piel una vez más, lo llevó a acercarla más, a intensificar sus caricias, buscando esa misma respuesta salvaje que él sabía que sólo Nabi podía darle.
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ADN CRIMINAL ⌖ JK +18
FanfictionLa policía surcoreana enfrenta una batalla titánica para capturar al autor de una ola de caos sin precedentes que ha desbordado la capital del país. No se trata solo de tiroteos, drogas, dinero, secuestros y asesinatos; la situación ha alcanzado un...