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┆ Min Nabi┆


El día estaba lluvioso, y desde la ventana de la sala, miraba cómo la ciudad se sumía en la lluvia persistente. El sonido de las gotas golpeando el cristal era casi hipnótico, pero no lograba distraerme de la creciente sensación de aburrimiento y aislamiento que me invadía. Estos días sin Jungkook se estaban haciendo interminables; pasar tanto tiempo sola y encerrada en el apartamento me estaba afectando más de lo que había previsto.

Desde mi lugar junto a la ventana, observaba el parque al otro lado de la calle, deseando poder bajar y disfrutar de ese espacio al aire libre. Había algo en los parques que siempre me ha atraído: la frescura del aire, el verde de los árboles, la libertad de estar fuera de los confines del apartamento. Sin embargo, me recordaba a mí misma que no debía desobedecer las indicaciones de Jungkook. Él ha sido increíblemente bueno conmigo.

Mientras observaba la lluvia caer, el recuerdo de Jade se deslizó en mi mente. Jade no estaba conmigo en esa camioneta aquel día. Ella se quedó en aquel lugar oscuro y sombrío que siempre me ha incomodado, un lugar que nunca me gustaría volver a pisar. Me preocupaba por ella y me preguntaba si estaba bien. Jade había sido una presencia constante y protectora en aquellos días, y sentía que le debía una gran deuda de gratitud. 

Ahora, mientras el cielo seguía lloviendo, mi mente estaba llena de pensamientos de preocupación y añoranza. Me aferraba a la esperanza de que Jade estaba bien y que, de alguna manera, nuestras vidas se cruzarían de nuevo en circunstancias más felices. Por ahora, sólo podía esperar pacientemente el regreso de Jungkook y tratar de encontrar una manera de hacer estos días más soportables.

Ya había pasado casi una semana desde que Jungkook se fue, y aunque no sabía qué día volvería, ya anhelaba su regreso. Cada día, él me llamaba a intervalos regulares, pero esas llamadas no eran suficientes para llenar el vacío que dejaba su ausencia. Lo extrañaba más de lo que había anticipado, y el simple hecho de no tenerlo cerca me hacía desear que el tiempo pasara más rápido.

La noche había llegado, y me dispuse a prepararme para dormir. Cambié mi ropa por algo más cómodo y, finalmente, me sumergí en las sábanas. El aroma de las sábanas, impregnado con su perfume, me envolvía y me hacía sentirlo cerca, como si su presencia estuviera de alguna manera todavía conmigo. Sonreí al recordar su sonrisa, la forma en que me miraba, siempre con 

un brillo especial en sus ojos que me fascinaba.

Me encantaba cómo su mirada podía transformarse, volviéndose más intensa y cargada de deseo cuando estábamos juntos. Ese brillo oscuro y amenazante en sus ojos cuando se volvía posesivo y protector era algo que realmente apreciaba. Su forma de mirar, ese deseo palpable, me hacía sentir especial, y cada vez que lo veía así, sabía que estaba en sus pensamientos de una manera muy profunda.

Recordaba aquellas veces en que sus manos recorrían mi cuerpo, tocándolo de una manera que era difícil de describir con palabras. Sus besos, su forma de besarme y de explorar cada rincón de mi piel, eran algo que amaba profundamente. Cada contacto suyo era una mezcla de ternura y pasión que me envolvía, dejándome con un deseo insaciable por más. 

Recordar esos momentos juntos me hizo desear con más intensidad su presencia. La nostalgia de su toque y la calidez de su cercanía hacían que el calor en mi cuerpo aumentara. La noche se alargaba y no podía conciliar el sueño, mi mente estaba llena de pensamientos sobre él. Anhelaba su compañía y la manera en que solía acariciarme, así que, en un impulso de deseo, me dejé llevar por el anhelo.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora