⌖⑨⌖

146 13 0
                                    




Después del tenso encuentro entre el detective Jeon y NaBi, ambos intentaron dejar atrás el enfrentamiento. Sin embargo, Jeon no pudo evitar que el aroma de ella, una mezcla perturbadora de perfume y peligro, permaneciera en su mente, lo que le causaba una constante distracción y molestia.

La atmósfera en la sala de reuniones era tensa cuando un agente rompió el silencio, intentando enfocarse en la misión.

—¿Cuál crees que es la mejor opción para acceder? —preguntó, dirigiéndose a NaBi.

Ella, con una expresión de aburrimiento mezclada con un destello de diversión maliciosa, respondió:

—¿De verdad están preparados para morir? —alzando una ceja, evaluando la determinación del grupo.
Otro agente, con seriedad, respondió:

—Sabemos lo peligroso que puede ser ingresar ahí. Hay minas aún activas en el suelo. —Sus palabras reflejaban la gravedad del riesgo.

NaBi soltó una risa ligera, casi despectiva, antes de contestar:

—Eso solo es un lindo día de campo. No es nada comparado con lo que hay más adentro. —Su tono despreocupado y seguro dejó claro que conocía bien el terreno.

El detective Jeon, buscando obtener más detalles, intervino con una pregunta directa:

—¿Hay algo más que debamos saber?

NaBi lo miró con una sonrisa enigmática, una mezcla de desafío y desdén en sus ojos.

—Para mí, es un parque de juegos. Uno en el que cada cosa es más divertida que la otra a medida que entras —dijo, su voz impregnada de un extraño entusiasmo. La manera en que describía el lugar hacía que sus palabras resonaran con un eco de peligros inexplorados.

El equipo de agentes y detectives intercambió miradas preocupadas. La actitud despreocupada de NaBi, su tono que mezclaba lo macabro con lo lúdico, generaba una inquietud palpable. Jeon sintió un nudo en el estómago; esta mujer no era simplemente una psicópata, sino una persona que encontraba diversión en lo mortal, lo que la hacía aún más impredecible. Intentando mantener la calma y control de la situación, Jeon se acercó a ella.

—Esto no es un juego, NaBi —dijo, con una firmeza contenida en su voz—. Estamos aquí para una misión seria, y necesitamos tu cooperación.

NaBi se inclinó ligeramente hacia él, manteniendo su sonrisa sardónica.

—Oh, detective, créeme. Para mí, siempre será un juego. —Sus ojos se estrecharon, centrándose en Jeon con una intensidad inquietante—. Pero, ¿sabes qué? A veces, los juegos son la mejor forma de sobrevivir en un lugar como ese. Así que, si quieren mi ayuda, tendrán que jugar según mis reglas.

El aire se volvió denso con la tensión, y el silencio en la sala se hizo aún más opresivo. Los agentes estaban visiblemente incómodos; algunos miraban a NaBi con recelo, otros con una mezcla de miedo y fascinación. Era evidente que, a pesar de la aversión que sentían por ella, su experiencia y conocimiento del terreno eran invaluables.

Jeon se mantuvo firme, aunque su interior hervía con una mezcla de emociones. La situación estaba lejos de ser ideal, pero no había elección. El equipo necesitaba a NaBi, y eso significaba seguir sus reglas, al menos por ahora. Con una última mirada evaluativa, Jeon se dio cuenta de que, aunque le desagradaba, ella era la clave para sobrevivir al infierno que estaban a punto de enfrentar.

Se desplegó un nuevo mapa que mostraba otra posible entrada a la zona montañosa. NaBi señaló el camino que debían tomar, indicando un punto específico donde supuestamente encontrarían el paradero de Kim. Se prepararon con todo lo necesario para la misión nocturna: armas, trajes de camuflaje y equipo especial. El personal que asistiría estaba listo para la incursión, sus expresiones serias reflejaban la gravedad de la misión.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora