3-¿En moto?

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*Aitana*

-Me encanta este sitio-le dije rompiendo el silencio incómodo después de la llamada de papá a pedri.

-A mí también -respondió él mirándome con una expresión suave desde cerca aún.

Nos quedamos en silencio durante un rato, cada uno mirando los ojos del otro, sentía que ese beso solo había empeorado las cosas porque ahora mismo tenía un zoológico en mi interior

Nos montamos en el coche de pedri ambos en silencio, yo miraba por la ventana mientras nos alejabamos de la playa casi sin querer mirarlo, y creo que él no había sido tan poco hablador nunca.

De repente paró el coche a un lado de la carretera y ese brusco movimiento hizo que lo mirase de nuevo, viendo como miraba a un punto fijo tenso.

-Aitana, hay algo que necesito decirte-comenzó y mi corazón se aceleró.

-¿Qué pasa?-Le pregunté llena de esperanza de que ese beso también lo hubiese removido como a mí.

-He estado pensando mucho en estos últimos dias, en todo lo que ha pasado y en cómo nos ha afectado a ambos-dijo tomando aire-No quiero que sigas sintiéndote así, no quiero que pienses que nunca te veré como una mujer.

Sus palabras me tomaron por sorpresa. Sentí una mezcla de esperanza y miedo.

-¿Qué quieres decir, Pedri? - pregunté con mi voz apenas un susurro y con una tímida sonrisa casi asomando en mi cara.

-Quiero que sepas que te valoro mucho, más de lo que crees. Pero también necesito que entiendas que las cosas son complicadas. La diferencia de edad, tu padre... todo eso pesa mucho - dijo con tristeza jugando con sus manos y el semblante serio volvió a mi cara.

Las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos, pero me obligué a mantener la compostura.

-Lo sé, Pedri, pero no puedo evitar lo que siento por ti-admití, dejando salir todo lo que había estado guardando tanto tiempo en mi interior.

Él me miró con ternura y tomó mis manos entre las suyas.

-Aitana, nunca quiero que te sientas menos por esto- me dijo mirandome directamente a los ojos-Eres una mujer increíble, y estoy seguro de que encontrarás a alguien que te haga feliz-hizo una pausa tragando saliva nervioso- Pero yo no puedo ser esa persona, por mucho que me duela admitirlo-me dijo con la voz quebrada.

Las lágrimas finalmente escaparon de mis ojos y me lancé a sus brazos abrazándolo con fuerza.

Sentí su mano acariciar mi pelo, y en ese momento supe que esto me iba a romper el corazón.

-Te prometo que intentaré olvidarte, Pedri, pero necesito tiempo- susurré con mi voz temblando.

-Tómate todo el tiempo que necesites, Aitana, sabes que siempre voy a estar para ti- respondió besando mi frente con cariño.

No iba a ser fácil, pero él ya me había dejado las cosas claras, pedri jamás iba a fallarle a mi padre de esa manera y yo no podía evitar ser hija de quien era, por mucho que en estos momentos doliese demasiado.

*Pedri*

Gavi corrió a abrir la puerta del copiloto de mi coche en cuanto llegamos a su casa.

-Aitana por dios, no vuelvas a hacer algo así me iba a dar un infarto hija-le dijo Gavi abrazándola desesperado y ella le devolvió el abrazo.

-Lo siento papá-sollozó y el se separó ligeramente de ella para secar sus lágrimas.

-¿Qué pasa, mi niña?-preguntó Gavi y aitana solo negó bajando del coche.

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora