75-El regalo

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*Aitana*

-mmmmmm.....-sentí besos en mi abdomen dándome los buenos días y sin abrir los ojos ya sabía que era mi pedri, desde que nos habíamos enterado todos los días me daba igual los buenos días-buenos días mi amor-le dije aún con los ojos cerrados y el trepó hasta mi boca para dejar un beso en ella.

-Buenos días mi vida, ¿como te encuentras?-me preguntó, ya que el día de antes me lo había pasado vomitando entero después de oler pescado, odiaba el maldito pescado.

-Parece que mejor....a ver tu hijo si se comporta hoy...-Le dije con gracia y el me miró sonriente.

-Ya he tenido una charla con él antes de que te despertases-me dijo con gracia y yo reí-Qué quiere desayunar mi princesa-me preguntó besando mi mejilla y yo cerré los ojos llevando mi mano a mi barriga pensando.

-Donuts-dije relamiendome los labios y el sonrió abriendo los ojos.

-Esto ya lo he vivido yo antes-dijo riendo y yo reí también-vamos, que te voy a llevar a la mejor pastelería de toda Barcelona para que te comas el mejor donuts del mundo-me dijo estirando mi brazo y yo sonreí besando su espalda con cariño.

-Gracias por todo mi amor-le dije cariñosa, estaba estando súper pendiente de mi estos días.

-Gracias a ti mi vida, gracias a ti soy el más feliz-me dijo dandose la vuelta para rodearme con sus brazos y yo sonreí.

Cuando íbamos de camino a la pastelería, el móvil de pedri empezó a sonar y vimos por la pantalla del coche que era mi padre el que llamaba. Pedri le dio a descolgar.

-Dime hermanito-le contestó a papá.

-Hermano, ¿donde estáis? ¡Es viernes! No me digas que os habéis olvidado de la partida de padel otra vez...-nos dijo y ambos abrimos los ojos.

Desde que nos habíamos enterado del bebé, pedri y yo pensamos que lo mejor era que no jugase hasta que dejase de estar embarazada, para evitar cualquier golpe, mal gesto o tropezarme. La primera semana nuestra excusa fue que pedri tenía sesión de fotos, la segunda que pedri se encontraba mal, la tercera que se nos había olvidado y ahora...ahora no sabíamos que excusa poner.

-Verás tío...es que...-papá lo cortó rápido.

-Ahórrate las excusas, que me valen una mierda-le dijo malhumorado- ¡es nuestro rato todos juntos y últimamente pasáis los dos! ¡Pues muy bien!-dijo colgando y pedri suspiró echando la cabeza para atrás.

-Dime por favor que yo no tengo ese carácter-le pedí y el sonrió de lado mirándome.

-A veces si-me dijo y yo le pegué en el brazo ofendida-¡au! ¡Ves!-me dijo y yo sonreí llevando mi lengua al lado-¡otra manía de tu padre!-dijo él señalándola y yo reí.

-¡a ver cuantas saca tu hijo de tí!-Le dije y el sonrió llevando su mano ahí.

-Las que el quiera puede sacar-dijo acariciandola y yo sonreí.

-Vamos a tener que contárselo a mi padre-le dije y el asintió, si no lo hacíamos y fallabamos otro viernes capaz y venía a casa a matarnos.

Asique cuando llegamos a la pastelería mientras pedri iba a comprar los donuts yo llamé a mamá para preguntarle si podíamos comer en casa, y ella por supuesto se alegró y me dijo que sin problema, que fuéramos cuando quisiéramos.

Mi marido llegó al coche con una caja enorme, y ya podía imaginarme que había comprado todos los donuts habidos y por haber, y efectivamente sonreí al ver que había comprado uno de cada y me miraba con una sonrisa mientras se ponía el cinturón.

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora