7-No quiero ir

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*Aitana*

-Nada mamá, ¿qué me va a pasar?-Le dije intentando disimular lo mejor que podía.

Se que mamá no se lo creyó, ella me conocía como la palma de su mano y nunca se creía mis mentiras, pero también sabía que siempre respetaba mis tiempos y no iba a insistir.

-Vale, haré como la que te cree por esta vez-me dijo y yo sonrei-¿tampoco vas a contarme porque llorabas?-me dijo y yo negué sin mirarla a lo que ella suspiró.

Se acercó a mí dejando un beso suave en mi pelo y yo la miré de nuevo.

-Cuando quieras hablar de lo que necesites sabes que aquí voy a estar para ti-me dijo y yo asentí.

-Gracias mamá, lo sé-contesté y ella asintio mientras se levantaba para salir de mi habitación.

-Buenas noches-me dijo desde la puerta.

-Buenas noches, mamá-le dije antes de cerrar los ojos para intentar dormir.

Estaba muy agobiada, por la selectividad, por pedri y por todo lo que me rodeaba en estos momentos.

*Pedri*

*Flashback*

-Otra vez con ese imbecil-farfullé cabreado, viendo como ese gilipollas se alejaba en su moto.

-¿Qué te importa? Ni que fueras mi padre-me dijo ella cruzandose de brazos poniéndo cara de enfadada.

-Entonces se lo diré al tuyo a ver que le parece-le dije arrancando el coche alzando las cejas.

-Entonces yo le diré que me besaste a ver que le parece-respondio ella de la misma forma.

*Fin del Flashback*

Suspiré cerrando los ojos mientras me dejaba caer en la cama.

Maldita niña y maldito yo que no dejaba de pensar en ella desde ese dichoso beso.

Aitana siempre había sido mi favorita.

Todos mis amigos habían tenido más hijos, incluso Gavi y Dani, pero no se porqué Aitana siempre había sido muy especial para mí. Recordaba cuando era un bebé, el día que la conocí por primera vez, éramos unos niños jugando a ser mayores mientras experimentabamos con ella las primeras veces.

Aitana fue el primer bebé que cogí en brazos, el primer biberón que di, el primer pañal que cambié y la primera bebé a la que amé con todo mi corazón aún cuando estaba en la barriga de Dani. La única niña por la que daba mi vida si hacía falta.

Mi favorita. Mi princesita.

Siempre había bromeado con Gavi con que ella estaba enamorada de mi y mi amigo siempre me decía que no quería acabar conmigo de yerno. Y ahora...ahora había besado a su hija. No podía sentirme peor, pero lo peor es que no salía de mi mente desde que había pasado.

Me había besado con muchísimas mujeres a lo largo de mi vida, pero ese beso...ese beso me había marcado como ninguno.

Como sus vergonzosas manos se plantaban sobre mis mejillas y su lengua inexperta de mezclaba con la mía y...dios, no podía pensar más en eso joder.

Es una niña. Me repetía a mi mismo una vez tras otra.

Es...Aitana.

El sonido de mi teléfono me hizo salir del trance.

-Hola mamá-le dije a mi madre a la otra línea.

-Hola mi rey-me contestó mamá con cariño-¿habéis cogido ya los billetes de avión?-me preguntó con entusiasmo en su voz y yo sonreí.

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora