MARATÓN 3/3: 52-El regalo de tenerife

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*Aitana*

**4 de enero**

Besé a pedri con todas mis ganas después de tantos días sin estar con él. Lo había echado de menos, sus abrazos, sus besos y sus sonrisas y risas siempre para mí.

Mi chico estaba preparando la cena en nuestra burbuja, nuestro lugar mágico que encima siempre tendría el recuerdo de mi primera vez.

En el lugar perfecto con el chico de mis sueños. Llevábamos casi seis meses maravillosos quitando las semanas que estuvimos peleados.

Nunca me cansaré de decir que Pedri era el hombre de mi vida, el dueño de mi corazón desde que tenía uso de razón y que gracias al destino yo me había convertido en el suyo.

No puedo negar que me atormentaba un poco la idea de cuando todo esto saliese a la luz, ya no solo por papá, sino por la presión mediática.

Nos llenariamos de murmullos y de gente dando su opinión cuando nadie se la había pedido, pero con lo que me quedaba era con que nosotros éramos felices, muy muy felices juntos.

-Creo que esto te va a encantar amor, me ha enseñado mi madre a hacerlo-me dijo poniéndole la tapa a la comida que estaba prepararnos. No sabía que era pero olía de muerte.

Le sonreí sentada en la encimera de la cocina y el vino hasta mi haciéndose hueco entre mis piernas para besarme mientras me abrazaba y yo pasaba mis brazos por su cuello.

-Te quiero tanto tanto tanto-me dijo en mis labios y yo sonreí disfrutando de toda su atención-daría mi vida por ti-me dijo abfazandome por la cintura.

-Y yo por ti mi vida-le dije juntando nuestras frentes.

-Pues nunca lo hagas, por que yo sin ti no querría vivir-me rebatió y yo besé de nuevo sus labios con cariño.

-Nunca vamos a comprobarlo, porque vamos a estar juntos siempre-le aseguré y él me asintió sonriendo.

-Te he traído un regalo de Tenerife-me dijo y yo sonreí abriendo los ojos.

-¿¡A mi?! ¡amor no tenias por qué!-le dije y el se encogió de hombros mientras iba a su mochila en busca de mi regalo.

Vino hasta mi con la bolsa en sus manos y me sacó una cajita para que la abriese, encontrándome un anillo con una piedra verde preciosa.

-¿Recuerdas la cascada a la que fuimos en vacaciones? Esa que visitamos cuando tú eras más pequeña-yo asentí-fui a coger una de las piedras de ahí y...pedí que me hiciesen un anillo para ti con esa piedra-me dijo emocionado.

-Es precioso-le dije mirando el anillo para dirigir mis ojos hasta él, que me miraba con los ojos llenos de amor.

-Ese día...me di cuenta de que estaba enamorado de ti y que ya no había marcha atrás-me dijo y las primeras lágrimas se escaparon de mí ojos recordando ese momento.

**Flashback**

Estaba cansada, pero tenía el cuerpo lleno de maripositas que intentaba comprimir a toda costa.

De camino a casa cerré los ojos en el asiento mientras pedri conducía.

Y sus labios volvieron a mi mente en cuanto los cerré. Sus labios..ay..

Pedri me hacía sentirme viva, podía ser yo.

Nos habíamos vuelto a besar, o más bien está vez lo había besado yo.

En realidad tengo que confesar que no resbalé, pero sabía que pedri no me iba a dejar caer y al notar como se le herizó la piel cuando tocó mi cintura...necesitaba jugar mis cartas.

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora