Murmullos-Pedri González y Aitana Páez

27-Tu ojito derecho

*Aitana*

-¿Y esa sonrisita?-me preguntó papá apareciendo por detrás de mi y bloquee el móvil rápidamente llevándome una mano al pecho.

-Que susto, papá-le dije soltando una risa nerviosa y el me miró con el ceño fruncido.

-Espero que no sea el gilipollas de la motito-me dijo señalándome serio mientras cogía agua de la nevera y yo negué.

-No te preocupes papá-le dije besando su mejilla antes de desaparecer escaleras arriba y entrar en mi habitación.

Me tumbé en la cama abriendo de nuevo el chat, viendo de nuevo la foto que pedri me había mandado en el gimnasio.

"Foto"

"Buenos días princesita, espero que hayas dormido muy muy bien"

"Hubiese dormido mejor si me hubieses dejado dormir contigo", le contesté con una sonrisa.

El lo leyó al momento.

"He tenido que madrugar porque tenía una promo y te iba a despertar, tenemos muchos días para dormir juntos cariño", me puso él.

"Lo sé. ¿Qué tal esa promo?", le puse.

"Luego te enseño todas las fotos, han quedado muy bien", me puso él seguida de otra foto más, pero esta vez de la promo que había hecho de nuevo sobre relojes.

Estaba guapisimo en la foto, pero es que pedri era guapisimo y más con el colorcito tan bonito que había cogido en nuestras vacaciones en la isla.

Mi contestación fue este emoticono "🫦" seguido de un "cada día me gustas más".

"Acaba de llegar ferran. Tu a mi si que me gustas cada día más nena❤️"

Sonreí bloqueando el móvil y me levanté de la cama lista para prepararme para irme con mamá a buscar el regalo de papá que cumplía 38 años mañana y le íbamos a preparar una fiesta en casa.

Me puse un vestido, casi siempre iba así en verano porque me parecía lo más cómodo, y bajé abajo donde estaba mamá con su ordenador trabajando.

-¿Ya estás?-me dijo y yo asentí.

-¿A dónde vais?-preguntó papá entrando del jardín sudado.

-Hoy es de día de chicas, te quedas con los niños que nosotras saldremos todo el día-le dijo mamá y papá hizo un puchero andando hasta ella para abrazarla por detrás haciéndome sonreír mientras apartaba la mirada de ellos.

-¿No nos podemos unir? Yo quiero estar con vosotras-le dijo a mamá como un niño pequeño mientras hacía un puchero y mamá sonreía peinando su flequillo.

-Va a ser que hoy no cariño-le dijo mamá dejando un pico en sus labios.

Papá nos estuvo haciendo pucheros hasta salir por la puerta y mamá y yo entramos al coche riendo.

Amaba que mis padres se quisiesen así a pesar de los años y no perdiesen la chispa nunca a pesar de conocerse de toda la vida.

-Poco más y llora-le dije riendo y ella rodó los ojos con una sonrisa tonta.

-Ay...si no llega a ser porque vamos a comprar su regalo me hubiese convencido el muy condenado-me dijo mamá y yo reí viendo lo fácil que era para papá convencerla.

Llegamos al taller donde habíamos encargado su regalo, que mamá había diseñado ella misma.

Un cuadro enorme para el salón, que tenía un poco de todo lo que le gustaba a papá.

Era como un mosaico con todas las partes bonitas de su vida, sus títulos, sus amigos, su familia y nosotros. El fútbol, la selección, el barça. Todo lo que amaba papá estaba ahí y había quedado increíble y sabía que le encantaría.