19-Ella estaba aqui

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*Aitana*

Los días siguientes fueron como vivir en una nube para mi.

Los ratos en la playa o en la tasca, la buena compañía y los besos y caricias a escondidas habían mejorado las vacaciones de un momento a otro.

Estela gritó como jamas había escuchado gritar a nadie cuando se lo conté y yo no podía estar más feliz, estaba viviendo un sueño en toda regla y por nada del mundo tenía pensado querer despertar.

-Hola-dijeron papá y pedri entrando a la cocina después de haber ido los dos al súper.

Dario y Candela estaban en la piscina y mamá y yo preparabamos las cosas para irnos a pasar el día a la playa, nos quedaban pocos días de vacaciones y queríamos aprovecharlos.

-Hola-dijimos ambas mientras papá nos daba un beso a cada una, a mi en la mejilla y a mamá en los labios.

Le sonreí a pedri mientras él me devolvía la sonrisa, ya me cobraría ese beso de buenos días en cuanto estuviésemos a solas y estaba segura que él empezaba a pensar lo mismo.

-¿estáis listos ya todos?-preguntó papá y mamá asintió.

-Yo tengo que subir a por mi móvil-dije guardando la comida que me quedaba por guardar en la nevera.

-Yo a por mi cargador del coche-dijo Pedri preparando su mochila.

-Vale, pues vamos saliendo nosotros-dijo papá-¿os vais juntos vosotros?-nos preguntó y ambos asentimos a la vez.

Mis hermanos salieron por la puerta haciendo una carrera con papá detrás cargado de cosas y mamá me echó una mirada que no supe muy bien como descifrar aunque tampoco le quise dar mucha importancia.

En cuanto cerraron la puerta de la entrada y ambos esperamos unos veinte segundos para escuchar el motor del coche fui rápidamente a lanzarme a los labios de pedri sonriente.

Él sonrió poniendo sus manos en mi cintura correspondiendo mi beso mañanero y mis manos se pasaron por su nuca atrayendolo todo lo que podía a mi.

-No nos podemos entretener mucho-murmuró él sobre mis labios y yo negué sabiendo que tenía razón.

-Lo sé-le dije volviéndolo a besar y el sonrió cogiendo mis piernas para enredarlas en sus caderas y subirme a él.

Me apoyó en la encimera de la cocina y poco a poco nos fuimos separando dejando suaves piquitos en la boca del otro mientras sus manos seguían en mi cintura y las mías en su nuca.

-Estás muy guapo-le dije peinando su flequillo y el sonrió.

-Tu estás preciosa como siempre-me dijo besando la comisura de mis labios-venga, vamos que nos retrasamos al final-me dijo intentando separarme pero yo refunfuñé cogiendo su brazo hacia mi.

-Aitana...-murmuró él con una sonrisa mientras yo besaba su comisura.

-Un último besito-le pedí y él sonrió girando la cara en mi dirección, cogió mis mejillas con sus manos y enfatizó un último beso que me subió la temperatura corporal, y pude notar que a él también.

Después de ese beso se separó dejando un besito en mi nariz y suspiro ofreciéndome su mano.

-Vamos, princesita-me dijo y yo rodé los ojos con una sonrisa al escuchar ese estúpido mote.

Si es cierto que estos días habíamos estado muy agusto los dos, pero también es cierto que no habíamos pasado de unos besos y que a pedri le costaba incluso tocarme el culo.

No quería presionarle porque tampoco es que yo tuviese prisa pero...si que habíamos vivido situaciones quizá algo más tensas y él en ningún momento había dado ningún paso más allá de unos besos.

Cuando llegamos a la playa todos estaban ya en el agua y rápidamente nos unimos soltando las cosas junto con los demás.

Papá se había traído una pelota y rápidamente montamos los equipos para jugar un voley en el agua y más tarde pasarnos a la arena a jugar un partido de fútbol.

Papá y pedri se habían retirado hacia solo un año y a pesar de ser súper diferentes los dos seguían teniendo un toque de balón especial, y ambos seguían picandose muchísimo en cada juego que hacían.

Pero gracias a eso estuvimos toda la tarde entretenidos y más tarde después de comer nos pusimos a jugar a las cartas, que a eso no había quien nos ganase a mamá y a mi que además hacíamos equipo con dario y Candela porque ellos aún eran más pequeños.

Papá y pedri siempre acababan enfadados y está vez no fue diferente, los dos acabaron de morros y nosotros cuatro riéndonos de su enfado.

Mamá fue hasta papá a llenarlo de besos haciendo que el soltase una risita tonta y abrazase a mamá y mis hermanos se tiraron a hacerle cosquillas a pedri y rápidamente me uní a ellos llevándome to todas las consecuencias.

-¡Eh, os vais a enterar!-me dijo el canario riendo.

Cogió con un brazo a mis dos hermanos y con otro a mi y ando hasta el agua tirándose con nosotros al mar.

Todos empezamos una guerra de agua contra él que al final acabó saliendo del agua mientras yo chocaba las manos con mis hermanos y todos volvíamos a las toallas.

El sol empezó a caer, el tiempo a refrescar y tuvimos que recoger el chiringuito para volver a casa.

Yo volví también con pedri, íbamos escuchando música mientras el conducía con su mano en mi muslo cosa que había cogido por costumbre estos últimos dias.

Pensando un poco en todo y en nada, contenta disfrutando las vacaciones hasta que la música se nos cortó casi llegando a casa.

El teléfono de pedri era el que teníamos conectado al Bluetooth del coche y cuando mire la pantalla un nombre que no me hacía nada de gracia aparecía en él.

"Amalia".

Me había olvidado de ella por completo en estas vacaciones pero se ve que ella de pedri no.

El canario se tensó incluso apartando su mano de mi pierna y yo también me puse bastante tensa mirando por la ventanilla mientras las inseguridades me abrumaban.

¿Qué pasaría cuando volviéramos a Barcelona? ¿El la seguiría viendo? ¿Éramos novios o no teníamos exclusividad?

Millones de preguntas empezaron a rondar en mi cabeza mientras ella volvía a llamar una segunda vez y una tercera hasta que pedri apagó el teléfono soltando un suspiro.

Muchas inseguridades y dudas me rondaban la cabeza y me hicieron sentirme incómoda y pequeña en ese coche, tanto que ni siquiera volví a mirar a pedri en todo el trayecto simplemente me dedique a mirar por la ventana.

Quizá me estaba precipitando, ella estaba en Barcelona y yo aquí, besandome con pedri, disfrutando con el mientras me enseñaba cada detalle de su isla.

Pero muchas cosas tenía ella a su favor, con ella no me juzgarian una relación que conmigo sí y eso....me ponía mal.

"No le tomes importancia...esta en Barcelona y tu aquí", repetía mi mente mientras llegábamos a casa porque nos entretuvimos Un poco más viendo unos acantilados que llamaron mi atención.

-Aiti..-murmuró pedri mientras yo bajaba del coche, pero decidí hacer la que no había escuchado nada.

Cogí mis cosas de detrás mientras vi como el suspiraba y entre en casa intentando cambiar el chip, yo nunca había sido insegura y no debía sentirme así.

Aunque la cosas empeoraron aun más en cuanto crucé la puerta.

Parpadeé varias veces intentando pensar que no estaba viendo bien, pero no, porque en cuanto esa persona abrió la boca supe que era real.

Ella estaba aquí.

-¡Hombre, hasta que por fin!-dijo sonriendo mientras caminaba hasta la puerta- te he echado de menos y ya no aguantaba más sin tí-le dijo a pedri cogiendo sus mejillas para...dejar un beso apasionado en sus labios que pedri ni siquiera rechazó.

Tuve que apartar la mirada por completo y una vez más...aguantar.

(CONTINUARÁ...)

Mmmmm....¡Os leoo!✨️

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora