36-Hazme el amor, Pedri

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*Pedri*

-¿Y esa es la osa mayor?-me preguntó ella mirando por el telescopio una vez más.

Con nuestro manual de constelaciones en mano y ella sentada sobre mi regazo.

-Si-Le dije comprobandolo y ella volvió su vista al cielo.

-Joder que pasada, ¡Qué bonita!-me dijo y yo sonreí echándome hacia atrás en el respaldo de la silla mientras la miraba.

-Si que lo es, si-le dije y ella desvió su vista del telescopio para mirarme a mi y soltar una risita.

-Pero si no la has mirado por más de tres segundos-me dijo y yo me encogi de hombros con una sonrisa.

-Cada uno mira lo que más le gusta, tú a las estrellas y yo a ti-le dije poniendo una mano en su muslo y acariciandolo con mi pulgar.

Ella pasó una de sus piernas entre nosotros para dejar cada una a un lado de mi cadera y puso sus brazos por mi cuello besando mis labios.

-Estas muy equivocado, lo que más me gusta eres tú-me dijo al separarse de mi boca dejándome con los ojos cerrados disfrutando cuando sus labios bajaron a mi mandíbula y cuello dejando besos húmedos por todos lados.

-Aiti...tenemos mucha noche por delante...-le dije cuando noté el bulto de mi entrepierna crecer al notar su sexo rozar contra él.

-Y pienso disfrutar toda de ti ella-gimió en mi oido y yo agarre sus caderas con firmeza besando su cuello antes sus palabras-hazme el amor pedri, házmelo ya o creo que enloqueceré, quiero sentirte amor...quiero hacerlo...-jadeó entre besos en mi cuello y yo solté un gemido al escucharla hablar así en mi oido.

-Aitana joder me vas a hacer explotar sin siquiera tocarte-gemí levantándome de la silla con ella en brazos mientras besaba uno de sus hombros dirigiéndome a la cama.

Literalmente iba a explotar escuchándola y sintiéndola sobre mi.

Sus piernas se aferraron tanto a mi cintura que cuando la quise dejar sobre la cama caímos los dos al colchón entre besos, y aproveché la postura en la que estábamos para rozar nuestras intimidades dando estocadas sobre la ropa que hicieron que ella gimiese y su piel se herizase a la vez que la mía.

Mis manos acompañaban mis besos cuando empecé a bajar el tirante de su camiseta para besar su clavícula disfrutando de ella todo lo que podía.

Sus dedos se enredaban en mi pelo temblorosos, sabía que estaba segura pero también sabía que era su primera vez y yo quería ir despacio y asegurarme que ella siempre estuviese bien.

Por eso quería que estuviese muy muy mojada para que no le doliese. Esto era tan nuevo para mi como para ella porque nunca lo habia hecho con una chica sin experiencia.

Le llené todo el cuerpo de besos húmedos mientras me iba deshaciendo de su pijama que tanto me había gustado. No llevaba sujetador por lo que acabó quedándose en tanga frente a mi y mi boca fueron a sus pechos sabiendo que era una de las cosas que más le gustaban a ella y también a mi.

Me esmeré más que nunca, sintiendo cómo sus uñas se aferraban a las sábanas conforme mi lengua y mis manos jugaban con sus pezones. Su cuerpo temblaba ligeramente, y mis ojos buscaron los suyos.

Cuando se encontraron ella sonrió dulce y se inclinó besando mis labios. En mitad del beso metí mi mano dentro de su tanga rozando su intimidad y joder, lo había conseguido, estaba más húmeda que nunca y pude colar un par de dedos en su interior con facilidad.

-Pedri...si joder, si...-gimio todo lo que mis labios le permitieron, porque no me separaba de los suyos.

Su mano se coló en mi calzoncillo que era la otra única prenda que nos separada y acarició la longitud de mi miembro sacándolo de la ropa.

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora