49- 9 de enero

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*Pedri*

-Cuarenta hermano, estás viejo eh-me dijo Gavi sonriente dándome una palmadita en la espalda al llegar a casa y yo sonreí dándole un abrazo.

Dario y Candela me dieron un abrazo cada uno después de separarme de su padre entrando a casa para jugar en el jardín con los demás niños de mis amigos y por último Dani me abrazó deseándome también un feliz cumpleaños.

Mentiría si dijese que no me esperaba que Aitana también llegase con ellos, pero al ver que no había nadie más cerré la puerta.

Ella no iba a venir, las cosas no estaban bien. Pero me dolía muchísimo no tenerla en este día especialmente, aunque su ausencia hiciese daño en cada segundo.

Intenté que mi ánimo no decayese, no había hecho una gran fiesta ni mucho menos, solo una reunión con mis padres, mi hermano y su familia y mis amigos más cercanos, nadie más.

Me encantaba ver a toda mi gente junta y al final pasé una tarde noche estupenda rodeado de los míos.

-Pide un deseo cielo-me dijo mamá al ponerme la tarta por delante después de que todos me cantasen mi cumpleaños feliz.

Por mi mente solo pasó un solo deseo, esperaba que se cumpliese.

Después empecé a abrir regalos, no era mucho de eso y me daba algo de vergüenza pero la verdad es que todos se habían currado mucho mi cumpleaños y habían acertado mucho en los regalos.

Casi a las doce de la noche la mayoría empezó a irse, y cuando estaba metido en mi cama ya y cogí el móvil vi el mensaje de ella.

"Te espero en nuestro sitio mágico, sea cual sea la hora a la que acabes estaré ahi"

Me levanté de la cama más rápido que en toda mi vida y me puse lo primero que pillé para coger el coche y plantarme en nuestra burbuja.

Las manos me sudaban, las piernas me temblaban más que después de un partido y estaba ansioso por llegar y verla.

Y cuando metí la llave en la cerradura y abrí la puerta la ví. Estaba tumbada en la cama mirando las estrellas y se incorporó al escucharme.

No me lo pensé dos veces y me acerqué a ella estrechandola en mis brazos después de semanas.

Respiré su olor metiendo la cabeza en su cuello y la apreté contra mi cuerpo sin querer separarme más, no quería separarme nunca más.

-Feliz cumpleaños-me susurró ella en el abrazo acariciando mi nuca con sus uñas y me estremecí solo de escucharla.

Cuando nos separamos nuestras cabezas quedaron muy juntas, mis ojos estaban tan llorosos como los de ella.

Dudé de besarla, ¿seguiría con Alex?

Pero no me dio tiempo a hacerlo, cuando ella estampó sus labios contra los míos.

-Perdóname-Le susurré casi en llanto al separarnos, desde cerquita y con mis ojos a punto de estallar en llanto. Yo no quería perderla por nada del mundo.

-No, perdoname tu a mi-me pidió ella mientras negaba triste bajando la mirada para unos segundos después subirla-siento haberte puesto entre la espada y la pared mi amor, no es justo para ti...

-No, lo que no es justo para ti es que yo sea tan cobarde y tan...-no me dejó acabar y me besó de nuevo.

Sus dulces besos en mis labios me hipnotizaron, esta niña me hacía perder la razón.

-Eres muy valiente, ¿y sabes por qué?-me dijo al separarnos secando sus lágrimas y yo negué-por quererme a pesar de saber todo lo eso te supondría perder, por arriesgar por mi, por hacerme sentir especial siempre, por esperarme el tiempo que haga falta, te quiero pedri y eso es lo que me importa, que te quiero y que tu también me quieres a mi-acabó ella y creo que yo ya estaba llorando.

Esta vez la besé yo, viendo como no solo nuestras salivas se mezclaban sino que también lo hacían nuestras lágrimas.

-Te prometo que voy a encontrar la forma de decírselo a tu padre, y que voy a demostrarle lo mucho que te quiero y que va a aceptar esto, hay una cosa en la que me equivoqué-le dije y ella frunció el ceño-te dije que esto no era normal y no es verdad, no debería ser normal si nos hubiésemos quedado con las ganas sintiendo todo esto-le dije poniendo su mano a la altura de mi pecho- vamos a demostrarle a todo el mundo que esto funciona-le dije y ella sonrió dejando un pico rápido en mis labios.

-Te quiero-me dijo mirandome desde cerquita y yo sonreí mirándola.

-Yo si que te quiero, princesita-le dije besandola con ganas y tumbandola sobre el colchón cogiendo sus mejillas con mis manos.

Era el mejor regalo de cumpleaños que me podían dar, tenerla conmigo de nuevo entre mis brazos.

Me acurruqué con ella sintiéndome tan feliz que todo me daba igual.

Hablaría con Gavi. Él lo entendería.

Por otro lado me puse algo más serio al recordar que ella había estado con Alex estas semanas, quería saber por qué. ¿Por despecho? Mi aitana no era así, no lo era o no quería pensar que lo hiciese, aunque pareció que le leyó la mente.

-Todo estaba pactado, solo quería ponerte celoso y que reaccionaras, nunca...nunca he estado con Alex, ni con otro que no seas tú, he sido una cria-me dijo y yo la abracé contra mi sonriendo.

-No, no lo has sido, el crío fui yo cuando te dije todo eso y encima...Le puse el ojo morado al pobre chaval-le dije avergonzado y ella suspiró escondiendo su cara en mi cuello-¿Y...qué quiere él a cambio?-le pregunté curioso y ella sacó la cabeza de mi cuello sonriendo.

-Le gusta Estela-me dijo y yo abrí los ojos.

-¿Estela?-Le pregunté confuso y ella asintio, empezandome a contar como su nuevo amigo y su amiga parecían encontrarse cada vez mejor el uno con el otro y que parecía que estaban hechos el uno para el otro.

Al final Alex solo era como podíamos ser cualquiera a su edad, un tío cariñoso con una coraza de chico malo para llamar la atención.

Pero a estas alturas a mi solo me importaba que tenía a mi niña abrazada a mi, contándome sus cosas, sincerandose conmigo y dispuesta a confiar en lo nuestro hasta el final.

Sentía que le debía darle algo, y pensé en una fecha especial, algo que nos mantuviera tranquilos a ambos en nuestra relación.

-¿Sabes? El nueve de enero hará seis meses que decidimos intentar esto de verdad...-Le dije entrelazando nuestras manos y ella asintió sonriendo.

Quedaba poco más de un mes para esa fecha, justo después de las navidades.

-Lo sé, lo tengo muy presente-me dijo ella acariciando mi pecho.

-Ese día se lo contaremos a tu padre, ¿te parece?-Le pregunté y ella alzó la cabeza sin creerse lo que acababa de decirle.

-No tenemos que decírselo ya amor, de verdad-me dijo mirandome sincera y yo sonreí acariciando su mejilla.

-Pero quiero que ambos tengamos la conciencia tranquila también de no estar engañandolo y poder demostrarle que soy lo mejor para ti-le dije acariciando su mejilla y ella cerró los ojos sonriendo al tacto de mis dedos.

-Vale-dijo finalmente y yo sonreí dejando un beso en sus labios sellando nuestra promesa.

El nueve de enero Gavi se enteraría de todo...

(CONTINUARÁ...)

¡Os leo!✨️❤️

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora