73-Hoy no

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*Pedri*

Jamás pensé que este día llegaría.

Jamás me imaginé vestido de traje subido en un altar y esperando que la mujer de mi vida apareciese por la puerta.

La iglesia estaba llena de invitados, yo siempre había sido parte del público en estas cosas.

Excepto hoy, hoy era el protagonista.

Mi madre me sonreía desde cerca, Dani también lo hacía, mi padre estaba sentado en la primera fila y también mi hermano con su familia.

Al otro lado de la iglesia, Dani y los hermanos de Aitana.

Siete meses habían pasado desde esa pedida de mano tan peculiar que tuvimos y sonreí al recordarla.

Pero hoy cambiaríamos esos anillos por unos que me acompañarian hasta el resto de mis días.

Hoy seriamos marido y mujer y solo deseaba verla aparecer y que el tiempo se parase cuando estuviese a mi lado.

Echaba la vista atrás y solo podía sonreír de lo bonita que había sido nuestra historia, besos, caricias, amor, complicidad, estrellas, constelaciones, flores, besos a escondidas, partidos de padel...

Hoy por fin, seriamos uno para siempre.

Las puertas de la iglesia se abrieron y Alex y Estela fueron los primeros en entrar ocupando sus lugares cogidos de la mano.

Otros dos que tendrían su historia de amor, porque no podían estar más enamorados.

Estela me sonrió nerviosa, y Alex me guiñó el ojo divertido, al final habíamos hecho muy buenas migas, quien lo iba a decir.

Pero mi atención se centró en esa puerta, en la que entraba Gavi con ella a su lado, y cuando la vi el corazón se me paró o se me aceleró.

Estaba preciosa. Ella era preciosa pero estaba...increíble.

Sus ojos conectaron con los míos desde el primer momento, y solo le aparte la mirada cuando llegaron hasta mi y Gavi habló.

-Hermano, espero que la hagas feliz toda la vida y que seáis muy felices, te llevas lo más bonito de mi vida y estoy tranquilo porque sé que tus manos son las mejores donde podría entregarlas-me dijo y yo sonreí con los ojos aguados.

Pedri no llores, pensé.

-Te juro que la cuidaré con mi vida si hace falta-le dije y Gavi me sonrió entregandome la mano de Aitana que cogí con todo mi cariño besando su dorso.

-Estas muy guapo-me dijo sonriendo conmocionada también y yo sonreí.

-Tu estás preciosa, mi amor-le dije y ella sonrió mientras nos colocabamos en nuestro sitio para que el cura empezase la ceremonia.

-Queridos hermanos y hermanas, nos encontramos hoy reunidos en esta casa de Dios para celebrar el amor entre Aitana y Pedro. El matrimonio es un sacramento, un lazo sagrado que une a dos personas en amor y compromiso mutuo-..........-Aitana Páez, ¿aceptas a Pedro González como tu esposo, prometiendo amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad, todos los días de tu vida?-le preguntó primero a ella.

Su mirada se dirigió a mis ojos, y en sus labios se tornó una sonrisa, la más bonita del universo.

-Si, acepto-dijo ella y yo le sonreí como nunca.

-Pedro González, ¿aceptas a Aitana Páez como tu esposa, prometiendo amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad, todos los días de tu vida?

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora