47-Díselo a ella

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*Pedri*

-Todo es culpa tuya, que lo sepas-me recriminó Gavi enfadado todo el puto trayecto, su coche no arrancó y tuvimos que llamar a la grúa.

Lo dejaron en el taller y yo me ofrecí como un buen amigo me ofrecí a acercarlo a casa, pero me estaba hinchando los cojones porque precisamente si que era mi culpa, pero no por lo que el se pensaba.

Verlos juntos me había matado, ver que ni siquiera quiso jugar conmigo, lo había preferido a él.

¿Lo había usado como pañuelo de lágrimas o había pasado página tan fácilmente? Yo solo había podido pensar en ella en todos estos días y ella...había aprovechado el tiempo demasiado.

Lo había presentado como su novio, ¡su novio! ¡Ese era yo, joder!

-Por qué si no te hubiese hecho caso y la hubiese seguido no habría pasado est.....-lo corté de malas formas dando un golpe en el volante.

-¡CÁLLATE GAVI, CÁLLATE PORQUE ESTO ME JODE MAS QUE A TI Y NO TE CALLAS JODER!-le grité cabreado y el se calló del golpe haciéndome caso.

Por fin.

Solo quería un poco de silencio, solo eso. Estaba pasando por el peor momento de mi relación y tenía a Gavi todo el rato taladrándome la oreja.

-Es mi hija-me dijo él más calmado mirando serio por la ventana mientras apretaba la mandíbula.

"Es mi novia", estuvo a punto de soltar mi boca.

-Y es mi niña también, no quiero a ese imbecil merodeandole y me hace menos gracia que a ti-le dije sin querer dar más detalle, el sabía que aitana me importaba más que nadie en el mundo.

-¿Y si le presentamos a algún muchacho bueno?-me preguntó y yo abrí los ojos en su dirección.

-No le busques más novios a tu hija hazme el favor-le pedí rodando los ojos, encima ahora quería buscarle pretendientes yo cada vez le entendía menos.

-Cualquiera mejor que ese gilipollas-me dijo bajando del coche y yo rodé los ojos, cualquiera seguro que no.

Vi la moto de ese idiota aparcada en la casa de Gavi, y decidí bajarme para disculparme, al final era un chaval de veinte años al que había atacado por celos, y como un hombre maduro que se suponía que era mi deber era pedirle disculpas.

En cuanto Gavi entró, Dani se dirigió hacia nosotros de brazos cruzados y nos miró a ambos serios.

-Creía que estaba casada con un hombre, no con un niñato-le dijo a Gavi y a mi la piel se me puso de gallina al ver su seriedad, no quería ni pensar como se le tuvo que poner a mi amigo.

-Amor..-empezó él.

-Amor nada, a la cocina los dos-nos dijo haciéndose un lado y ambos hicimos caso, echándome a mi una mirada matadora cuando iba detrás de Gavi.

Ambos nos sentamos en los taburetes de la isla, esperando la regañina de Dani, no era la primera vez que pasábamos por una pero para mí si la primera que yo el más protagonista, aunque eso Gavi no lo sabia.

-Aitana tiene dieciocho años y como TODOS-me miró- a esa edad tiene derecho a enamorarse, a equivocarse, a irse con un imbecil en moto-dijo mirando a Gavi- a hacer locuras, a llorar por amor, a vivir emociones y es algo que ninguno puede ni controlar, ni eliminar de la vida de ella-nos dijo a ambos, pero sobre todo a Gavi- es hora de que vayas aceptando que nuestra hija es adulta y tiene derecho a follar si quiere-le dijo y Gavi abrió los ojos.

-Daniela-le dijo él serio y Dani alzó las cejas haciendo que Gavi suspirase-para mi siempre va a ser mi bebé-le dijo él con pena viniendose un poco abajo y yo cerré los ojos aguantando el trago.

Murmullos-Pedri González y Aitana PáezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora