Escena : La habitación de Lisa es un remanso de paz en medio del caos de la ciudad. Las flores exóticas siguen adornando las paredes, el aire huele a incienso, y la música suave de un sitar llena el ambiente. La luz del sol se filtra a través de las cortinas, creando un ambiente cálido y reconfortante. Pero la paz no se refleja en los rostros de quienes la rodean.
Jennie se sienta junto a la cama, su mano entrelazada con la de Lisa. Su rostro refleja la fatiga de la espera y la angustia de la incertidumbre. Sus ojos están rojos e hinchados por el llanto, sus labios apretados por la preocupación.
Jennie: (con voz suave) Lisa, ¿Puedes oír mi voz?
La madre de Lisa entra a la habitación, con un rostro lleno de agotamiento.
Mamá de Lisa: (con voz temblorosa) Jennie, ¿cómo estás? ¿Has comido algo?
Jennie: (se limpia las lágrimas) No mucho, señora. Sólo quiero que Lisa despierte.
Mamá de Lisa: (la abraza con fuerza) Lo sé, mi querida. Yo también.
Jennie se levanta y camina hacia la ventana, mirando la ciudad que se extiende a sus pies. La ciudad bulliciosa, llena de vida, parece un mundo completamente ajeno a la quietud de la habitación.
Jennie: (con voz melancólica) ¿Cuándo volveremos a bailar juntas? ¿Cuándo volveremos a cantar juntas? ¿Cuándo volveremos a ser las Blackpink que todos conocemos?
De repente, un pequeño movimiento en la mano de Lisa. Un leve parpadeo de sus ojos. Jennie se apresura a la cama, con el corazón latiéndole con fuerza.
Jennie: (con voz llena de esperanza) Lisa, ¿puedes oírme?
El doctor entra a la habitación, con una sonrisa en su rostro.
Doctor: (con voz tranquila) Buenas noticias, familia. Lisa está mostrando signos de recuperación. Su cerebro está respondiendo al tratamiento.
Jennie: (con voz llena de esperanza) ¡Doctor, gracias! ¡Gracias por todo!
