El cielo de Bangkok se pintaba de un gris pálido mientras el sol comenzaba a asomar tímidamente por el horizonte. Eran las 10 de la mañana, y Lisa y Jennie se encontraban en la casa de los padres de Lisa, listas para partir hacia el aeropuerto. La despedida se había convertido en un torbellino de emociones, una mezcla de nostalgia y la promesa de un reencuentro.
"Mi amor," dijo Lisa, con la voz entrecortada por la emoción, "nunca olvidaré esta semana. Ha sido un regalo maravilloso."
Jennie la abrazó con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo y el latido de su corazón. "Yo tampoco, Lisa. Ha sido un tiempo precioso, lleno de amor y paz."
Los padres de Lisa, con los ojos húmedos, las acompañaron al aeropuerto. El viaje en coche fue silencioso, solo interrumpido por el sonido de las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas.
"Vuelvan pronto," dijo la madre de Lisa, con la voz llena de nostalgia. "Las queremos mucho."
Lisa y Jennie asintieron, sintiendo un nudo en la garganta. "Prometemos volver," dijo Lisa, con una sonrisa que no lograba ocultar la tristeza. "Y cuando lo hagamos, será para celebrar nuestra unión."
Los padres de Lisa las abrazaron una vez más, sus rostros reflejando la mezcla de orgullo y tristeza que las despedía. Lisa cuídate mucho por favor, no quiero saber que estás mal de salud, dijo la mamá de Lisa.
El coche arrancó, y Lisa y Jennie se aferraron a la mano del otro, buscando consuelo en su amor. Los padres de Lisa se desvanecían según se alejaban más del aeropuerto.
En el aeropuerto, el ajetreo de la terminal se convirtió en un eco distante para Lisa y Jennie. El tiempo parecía detenerse, como si la despedida se extendiera por la eternidad.
"Jennie," dijo Lisa, con un susurro. "Tengo miedo de volver. Tengo miedo de que la sombra del pasado me persiga."
Jennie la miró con ojos llenos de amor y comprensión. "No te preocupes, mi amor. Estoy aquí contigo. Siempre.
La sombra del pasado no podrá con nosotros. El amor que nos une es más fuerte que cualquier oscuridad."
Lisa asintió, sintiendo que la fuerza de Jennie le daba un poco de valor.
La sombra del pasado se cernía sobre ellas, pero Lisa estaba decidida a enfrentarla, con el amor de Jennie a su lado.
El avión despegó, dejando atrás el aeropuerto de Bangkok. Lisa y Jennie se aferraron de la mano, sus corazones llenos de la promesa de un futuro brillante, un futuro donde el amor sería su guía y su fortaleza.