La lluvia golpeaba con fuerza las ventanas de la casa que Jennie y Lisa compartían. Era una casa espaciosa, llena de luz y con un jardín que invitaba a la paz, pero en ese momento, la casa se sentía como un refugio, un espacio íntimo donde el amor y la comprensión se fusionaban con la pasión y la complicidad.
Había pasado una semana desde que BLACKPINK había regresado de sus vacaciones. La rutina de trabajo había vuelto a su ritmo frenético, con ensayos, grabaciones, entrevistas y sesiones de fotos que parecían absorber cada minuto de sus vidas. La presión era constante, la competencia implacable, y el cansancio las consumía.
Pero en medio de ese caos, Jennie y Lisa habían encontrado un oasis en su amor. Su relación, que ya era sólida y apasionada, se había fortalecido aún más durante la semana. Vivir juntas, compartir su espacio y sus momentos, había tejido un vínculo aún más profundo entre ellas.
Jennie, con la mirada llena de amor, observaba a Lisa mientras ella preparaba la cena. La sonrisa de Lisa, llena de alegría y ternura, iluminaba la cocina.
"Lisa, ¿estás segura de que quieres casarte en Tailandia?" preguntó Jennie, con un tono de voz suave.
Lisa, con un brillo en sus ojos, se giró hacia ella y respondió: "Sí, Jennie. Quiero que mi familia esté presente en nuestro día especial. Quiero que presencien nuestro día más importante. Además, ya habíamos hablado y ambas estábamos de acuerdo, y hasta prometimos volver y cuando volviéramos sería para casarnos. Además la playa, el sol, el aroma del mar... Es el lugar perfecto para celebrar nuestro amor".
Jennie, con un suspiro de felicidad, asintió y dijo: "Si es verdad, solo preguntaba para estar segura de que te quieres casar conmigo, Me encantaría que llegue ese día. Y la playa... Es un lugar mágico".
Lisa se acercó a ella, la tomó de la mano y dijo: "Te amo, Jennie. Te amo más que a nada en el mundo. Eres mi todo".
Jennie, con la voz llena de emoción, respondió: "Yo también te amo, Lisa. Eres mi alma gemela, mi mejor amiga, mi amor. No puedo imaginar mi vida sin ti".
Se besaron con pasión, un beso que reflejaba la intensidad de su amor. La lluvia seguía golpeando las ventanas, pero en ese espacio íntimo, solo existía el amor que las unía.
Después de la cena, se acurrucaron en el sofá, con una taza de té caliente en sus manos. La conversación fluía con naturalidad, llena de complicidad y ternura. Hablaban de sus sueños, de sus miedos, de sus anhelos.
"Estoy tan cansada, Jennie", dijo Lisa, con un suspiro de agotamiento. "La presión del trabajo es abrumadora. A veces siento que no puedo más".
Jennie, con un gesto de comprensión, la abrazó y dijo: "Yo también, Lisa. Pero tenemos que seguir adelante. Tenemos que luchar por nuestros sueños. Y tenemos que apoyarnos mutuamente".
Lisa, con una sonrisa llena de amor, respondió: "Siempre lo haremos, Jennie. Siempre estaremos juntas".
Se besaron de nuevo, un beso que les devolvió la energía y la esperanza. La noche se deslizó con la misma intensidad que su amor. Se entregaron a la pasión, a la ternura, a la complicidad. Era una noche mágica, una noche que les permitió olvidar, por un instante, el estrés y el agotamiento de sus vidas.
Al día siguiente, se despertaron juntas, con la sensación de estar en paz. Se abrazaron con fuerza, con la certeza de que su amor era su refugio, su fortaleza en medio de la tormenta.
La rutina del trabajo las esperaba, pero ellas sabían que tenían el apoyo del amor que las unía. Y en medio de la presión y el cansancio, siempre encontrarían un espacio para su amor, un espacio donde la felicidad y la paz interior se fusionaban con la pasión y la complicidad.
La casa de Jennie y Lisa. Jennie se encuentra en la cocina, preparando el desayuno. Lisa entra en la cocina, con una sonrisa radiante.
Lisa: Buenos días, mi amor.
Jennie: Buenos días, mi reina. ¿Dormiste bien?
Lisa: Sí, como un angelito. Y tú, ¿qué tal?
Jennie: Bien, aunque estoy un poco cansada. Pero tengo que admitir que dormir a tu lado siempre me hace sentir mejor.
Lisa: (Se acerca a Jennie y la abraza por la espalda) Siempre estaré aquí para ti, Jennie. Para ayudarte a superar los momentos difíciles, para darte fuerza y para llenarte de amor.
Jennie: (Se gira y besa a Lisa con ternura) Te amo, Lisa. Te amo más que a nada en el mundo.
Lisa: Yo también te amo, Jennie.
La sala de estar de la casa. Jennie y Lisa están sentadas en el sofá, viendo una película.
Jennie: (Se acurruca en el pecho de Lisa) Me encanta estar contigo, Lisa. Siento que finalmente he encontrado mi lugar en el mundo.
Lisa: (La abraza con fuerza) Yo también, Jennie. Eres mi hogar, mi refugio, mi amor.
Jennie: (Levanta la mirada y se queda mirando a Lisa con amor) Me encanta tu sonrisa, Lisa. Me encanta tu mirada, tu piel, tu aroma... Me encanta todo de ti.
Lisa: (La besa con pasión) Te amo, Jennie.
Jennie: (Responde al beso con la misma intensidad) Te amo, Lisa.
La habitación de Jennie y Lisa. Se encuentran en la cama, abrazadas. Estan felices por descansar aunque no sea bastante tiempo. Mientras estén juntas, harán que esos días sean los mejores.
Jennie: (Susurra al oído de Lisa) Te amo, Lisa.
Lisa: (Le responde con un susurro) Yo también te amo, Jennie.
Jennie: (Se acerca a Lisa y la besa con pasión)
Lisa: (Responde al beso con la misma intensidad)