"Tu alma gemela no es alguien que entra en tu vida en paz, es alguien que viene a poner en dudas las cosas, cambia tu realidad, marca un antes y un después. No es el ser humano que se ha idealizado, sino una persona común que revoluciona tu mundo en un segundo". Mario Benedetti.
Detengo el vehículo frente al garaje de mi casa y una vez apagado el motor apoyo la cara en el volante, para quedarme así, por un rato. Me siento cansada, pero no es un cansancio físico, más bien es uno del alma. Hoy no fue precisamente uno de los mejore días, la aparición de la escoria de Alberto es mala señal, como un gato negro que se cruza en tu camino. Me hierve la sangre, Alejandro a veces es muy ingenuo, cree que todos son nobles y correctos como él, debe desarrollar la malicia. No entiendo cómo le va tan bien en los negocios. Se me suaviza el gesto por el amor; si sé por qué tiene éxito, porque es honesto, trabaja mucho y sobre todo es inteligente, aunque el supuesto "amigo" no es nada bueno, es un oportunista que reconoce el potencial de la empresa de Alejandro. Tal vez hay rumores corriendo por ahí de Salvador y de mí, y Alberto vino de cizañero a contárselo a Alejandro.
—¡Pero qué porquería venir a enterarse así! —Grito de frustración dando un golpe al volante—. Auch, me dolió—. Me sobo la mano. No sabia que los hombre también fueran chismosos. Si Alejandro se entera que tengo una cita pautada con Salvador, quién sabe cómo reaccionará, pero si continúo negándome a recibir la atenciones del sujeto, mi padre podría sospechar y si investiga y se entera de lo mio con Alejandro de un plumazo lo destruiría. Ya me amenazó en su día y sé que lo haría sin piedad. Sólo pensar en esa posibilidad me sobreviene el temor. No puedo permitir que eso suceda, tengo que hacer lo que esté a mi alcance para evitar esa catástrofe. No podría vivir con la culpa que a mis amores le suceda algo malo, pero como duele mentirle, mi corazón se quebró cuando tuve que negar la verdad mirándolo a la cara. Debo ser firme y rogar a los cielos que Alejandro se decida a sacar lo nuestro a la luz, una vez que eso suceda, no habrá poder humano que me nos separe, viviré mi amor con él, ni Marcos, ni nadie me detendrá. De momentos seguiré con mi estrategia, saldré con el estúpido de Salvador, seré educada, pero distante como hasta ahora, eso mantendrá las aguas calmas, una vez que seamos pareja Alejando y yo, lo mandaré todo al demonio.
Me bajo de mi automóvil más tranquila después de tomada la resolución. Entro a la casa y mientras la cruzo no hay nadie a quién saludar. Cosa normal. Subo directo a mi habitación.
—Valería—. La voz de mi padre me detiene en el primer escalón. Viene saliendo de su estudio. Desde el fuerte altercado de la otra vez nos hablamos lo estrictamente necesario. Él está más distante y frío que de costumbre, con la misma calidez de una piedra—. ¿Dónde te metes todo el santo día? —Me pregunta al pie de la escalera metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón. Ahora a éste le va a dar por preocuparse por mí. No respondo lo que pienso, sino la mentira que tengo preparada por si surgía de parte de alguno de ellos un repentino interés por mí.
—Buenas noches, Marcos, estoy haciendo unos cursos profesionales, son interesantes y provechosos para mi carrera, después suelo estar con mis amigos pasando el tiempo—. Ni Isabel II puede ser tan diplomática.
—¿Dejaste aun lado el viaje a Asia por hacer un curso? —Pregunta y se me queda mirando estudiando mi expresión. Está buscando alguna señal de duda, es definitivamente una pregunta capciosa.
—Asia puede esperar, pero mi formación académica no, además, lo que estudio es bastante interesante, "Análisis de riesgo en mercado emergentes" "Las Pyme y sus potencialidades". Es en verdad entretenido—. Le explico con elocuencia para que se trague el cuento completo, pero sin excederme para no enredarme.
—Nunca pensé que desperdiciara un viaje, a ti te encantan—. Todavía no está convencido, falta trabajarlo más.
—Es que esta vez no me apetecía viajar sola—. Me encojo de hombros y trato de parecer indiferente.
ESTÁS LEYENDO
Cuando Tenga Alas ©
RomanceAunque mis alas estén rotas, sé que llegado el momento conseguiré... volar. Valería: Quien todo lo tiene en medio de una gran soledad. Alejandro: Quien tiene mucho que perder y nada que arriesgar. Lo que parece imposible se convierte en realidad...