Guardo silencio mientras miro por la ventanilla del vehículo, sumida en mis pensamientos. No me fijo en el paisaje urbano que pasa delante de mis ojos, son borrosas imágenes sin forma aparente. Mi atención se concentra en su nueva confesión, impactó como lo haría una bomba expansiva. Nuestra relación o no-relación (no sé cómo llamarla) resulta agobiante. En cuanto pienso que al fin le entró en la cabeza que lo de estar juntos está muerto y enterrado, viene y sale con otra pendejada, que va a luchar por nuestro amor. ¿Qué amor? ¿No le pasa por la cabeza que mi opinión también cuenta? Me trata como si yo no tuviera derecho a opinar. Está más chiflado de lo que imaginé. Lo peor es que se lo dijo a Deniel, ya entiendo por qué el pobre siempre explota a la mínima mención de Alejandro. La situación como la veo es difícil, diría que casi una tortura, el inmenso amor que siento por las niña es lo que detiene mis ganas de agarrar a mi hijo y salir volando.
Que me confesara de esa manera que me ama, incluso más de lo que amó a su difunta esposa, es de locos. Si en algo lo conozco, sé que fue totalmente sincero. Lo que empeora el concepto que guardo de él. ¿Cómo traicionas a la persona que amas? Su lealtad es cuestionable. En realidad nunca traté de competir con la mujer, ¿para qué? Por un lado está muerta y por otro siempre pensé que fue el amor de su vida, pero de cualquier modo decir que soy yo, es difícil de digerir. Consigue que me sienta mal, tendría que agradecerle toda la vida a Micaela... Guau, que yo recuerde nunca he dicho su nombre. Para mí es como algún personaje mítico de una novela que en realidad no existió, lo atribuyo a no haberla conocido, pero en algún momento fue una persona de carne y hueso, están sus hijas como testimonio explícito de sus paso por este mundo. ¿Cómo se habrá sentido viendo que la vida se le escapaba de las manos, el aliento se le agotaba sabiendo que dejaría a sus niñas y su joven marido solos? Terrorífico. Imaginarme en su lugar me traumatiza. Dejar a mis seres amados a la deriva, sin saber qué será de sus vidas, cómo enfrentarán el futuro sin mí, es angustiante. Tal vez se aferró a la esperanza de que podrían salir a delante. Ojalá pudiese ver que lo han conseguido, pese a las dificultades que atraviesan, prosperan como familia y sus niñas han tenido una vida cómoda y feliz, aunque no me engaño, también han sufrido por su ausencia, prueba de ello es que Lili crece y madura antes de tiempo, Alejandro ha desempeñado el papel de padre y madre, sacrificando incluso sus anhelos personales y Naty se perdió del necesario afecto de una madre. Si alguien sabe lo duro que es verse privado del cariño maternal, esa soy yo, y entiendo por qué las niñas se prendieron a mí como garrapata a su perro. Que diferente hubiera sido su vida con Micaela en ella, habría sido mejor, para mí es un hecho.
Miro a Alejandro, conduce concentrado en la vía. Al sentir mis ojos puestos sobre él me dedica su atención por un segundo y a través de su mirada derrama su preocupación, quizás le asusta mi cara. Desvío entonces la vista, regresando a ver por la ventanilla. Así como dejamos las vallas atrás, de la misma forma me gustaría dejar atrás todo los sentimientos que amenazan por consumir mi vida. Lo cierto es que si ella estuviera hoy presente, yo no estaría aquí, no importa lo que haya dicho Alejandro, que me amaría aún estando casado, lo conozco y la lealtad hacia su familia lo habría mantenido alejado de mí, se tragaría sus sentimientos y continuaría con su matrimonio, callando su amor, en la oscuridad, ya demostró lo que es capaz por ella, ¿no?
Soy una intrusa igual que en el hipotético escenario, una usurpadora que se adueñó de la vida de una pobre mujer que murió. No es justo que alguien pierda todo de esa manera. Yo quiero a sus hijas como loca, a su marido, también lo quise mucho... la verdad es que una parte de mí lo sigue querido y lo querrá siempre, aunque me vaya a casar con Deniel. Ese es otro dilema, aunque hablo todas las noches con mi novio, lo siento alejarse de mí. El estar lejos resulta muy difícil para ambos, sobre todo para él, mi ausencias le está pegando, su prometida se encuentra junto con su primer amor, día y noche, mientras debe confiar que vuelva a su lado. Reconozco su gran esfuerzo, pero no puedo engañarme, lo noto distante y seco, nuestra situación actual nos pasa factura. ¿Podremos ser capaces de saldar la deuda? Supongo que esta interrogante exigirá una respuesta en algún momento.
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Cuando Tenga Alas ©
RomanceAunque mis alas estén rotas, sé que llegado el momento conseguiré... volar. Valería: Quien todo lo tiene en medio de una gran soledad. Alejandro: Quien tiene mucho que perder y nada que arriesgar. Lo que parece imposible se convierte en realidad...