Capitulo 54 De Cara A La Verdad

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No todo silencio es olvido, ni toda ausencia es distancia.


Dentro del auto de alquiler mantengo estado de alerta, aguardando frente al edificio donde vive Valeria. Todavía me estremece pensar que tengo un hijo con ella. Hasta hace apenas quince días no sabía de su existencia, que la chica que mora en mis sueños y pensamientos tuvo un a mi hijo. Presiono los labios mientras me agarro con fuerza del volante, resistiendo la nueva ola de nervios que asaltan mi estómago. Suelto el aire tras superar la crisis. Son tantas preguntas la que se agolpan que me genera estrés. ¿Todo este tiempo ha estado sola? Y si no, ¿quién la ayudó? No imagino a sus padres permitiendo que viva aquí. Es bonito y la zona parece tranquila, pero ni remotamente se acerca al lujo estilo de la vida que llevaba con ellos. Entonces ¿qué hace Valeria viviendo aquí y lejos de sus padres? ¡Dios, no entiendo nada! ¿Por qué no me buscó, para empezar? Entiendo que nuestra separación fue dolorosa y traumática, ¡pero maldición, es mi hijo, debió decirme...! Lo único que se me ocurre pensar es que intentó comunicarme de su embarazo en nuestra última llamada, cuando le pedí que no lo hiciera más... Me lleva el maldito carajo. Al recordarlo me arrepiento, y los remordimientos, que ya me atormentan, se intensifican como dedos acusadores que me señalan. Tengo más que ganado estos dolores de estómago que me castigan. Con mi puño en la frente me doy repetidamente. Valeria, Valeria, ¿qué te hice? Pasar por todo esto sola, tan joven. Sabe Dios que angustia le acompañó. Qué valiente es mi princesa, cuánta pasión y fuerza en alguien tan pequeño.

Abro los ojos y sigo vigilando el portón de acceso al edificio. Lo que me espera no será fácil, tendré que enfrentar su juicio y conociéndola, seguro seré víctima de los más crueles desprecios. Si cuando me amaba era capaz de lanzarme unos dardos venenosos que me desplomaban, no quiero imaginar ahora que me odia, porque me aborrece con toda su alma, no hay dudas al respecto. Es doloroso pensar que quien tanto ames te desprecie, por el contrario, mi amor por ella sigue intacto, resguardado en mi corazón, donde es alimentado a base de recuerdos y añoranzas. Relajo el gesto y aparece una tierna sonrisa. Aún sueño con ella y me recreo con la infinidad de fotos que poseemos en mi hogar, de los momentos felices que compartimos juntos, también me he acostumbrado a contarle las cosas que me ocurren y me imagino que ella me contesta con esa dulzura, su sello personal, pero sé, que esa Valeria es un sueño producto de mi imaginación, la de carne y hueso me desprecia. Es obvio entonces, que lograr un acercamiento será una tarea difícil y ardua, pero nada de eso me detendrá, Augusto es mi hijo y voy a ocupar en su vida el lugar que me corresponde por derecho, porque así debe ser. También están mis hijas, desde que saben que tienen un hermano no cesan de hablar de él y por supuesto de Valeria. Veo el brillo de esperanza y emoción en sus ojos. No aspiro que lleguemos a formar una familia feliz como en los cuentos, pero algún acuerdo podemos llegar, solo tengo que buscar la manera de entrar en la cabezota dura de Valeria Larrazabal. Por todas esas razones en cuanto puse un pie en mi casa, busqué una agencia de detectives, a la que suministre la ciudad destino del vuelo que abordó la rubia, y desde ese punto le fue fácil ubicarla. Se graduó en finanzas y desde hace dos años trabaja en una empresa como asesora financiera; vive junto a su hijo, aquí, donde espero que salga de un momento a otro.

Qué orgulloso me siento de ella, obtuvo su grado profesional, ha criado sola a un niño y está labrando su futuro a base de esfuerzo propio. Esa es la Valeria valiente, la que amo, la que aún joven y sin experiencia, tomó las riendas de mi casa, de mis hijas y las hizo suya, a fuerza de crianza y educación, en ese maravilloso año que estuvo en nuestras vidas, además me amó sin interés, dándolo todo, como sólo ella lo sabe hacer. ¿Y qué hago yo? Me acobrardo. Qué extraordinaria y determinante es la juventud, que te da ese valor único y poderoso de hacer cuanto te propongas, esa es mi Valeria, la fiera, la apasionada, es ahora una mujer hecha y derecha.

Cuando Tenga Alas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora