CAPITULO 10. Cadena de favores (Parte I)

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*Selen*

Finalmente me decido a intentar lo por mí misma. Sé que Brad no me daría nada que me dañara.

- Está bien, lo intento yo misma.- Me siento brillar roja como un tomate por su acción tan atrevida de hace un momento. Me aproximo a él que ahora se ha recostado contra la pared y estira sus piernas largas cruzando una sobre la otra y dejando expuesto su torso amplio y su abdomen plano marcado bajo el fino tejido de su camiseta. Toda una tentación al alcance de mi mano, pero intento no desviar la mirada de mi objetivo, tomar le el relevo al artefacto humeante. Brad sonríe ligeramente se ve que los efectos relajantes de la sustancia aspirada ya empezó a actuar en el sistema del moreno.

Lo imito tomando el cigarro y no puedo evitar toser algo y el ríe de forma graciosa, achina los ojos, rasgando la mirada de manera traviesa y niega con la cabeza.

Intento de nuevo aspirando el humo y noto como la sustancia invade mis pulmones y vuelvo a toser. Pero esta vez él no dice nada. Me recuesto en su cama junto a su gran cuerpo, ya estoy mucho más calmada, le devuelvo el cigarro pero estoy segura que es su cercanía la que me transmite la seguridad y el confort y no otra cosa.

- ¿Qué es?- le cuestiono.

- ¡Ahhh! Cada maestrillo tiene su librillo. Pero no te preocupes es de mi cosecha propia, tiene muchas propiedades, unos lo usan para cocinar y otros para fumar.- Se ríe de su chiste aludiendo a mis macarrones receta especial.

- Pues estaban riquísimos.- Le digo para chincharlo.

- No lo dudo.- Sonríe ampliando sus labios en una curvada línea relajada.

Recuesto mi cabeza cerca de su hombro y miro como en dos caladas consume el cigarro casi al completo.- No me agradó fumarlo, sabe demasiado fuerte pero prefiero que siga pensando que me ayudó de alguna manera.

Se gira para coincidir miradas y noto que se aproxima peligrosamente y besa mi frente, sus labios calientes y moldeables se aplastan sobre mi piel y casi podría derretirme ante esa muestra de afectividad. No sé exactamente qué significa para él, pero no quiero estropear este momento que estamos compartiendo.

Durante largo rato no decimos nada solo nos hacemos compañía mutua. Noto que me observa y pasa una de sus manos perezosamente retirando un mechón de mi cara y siento todo mi cuerpo tensarse ante ese gesto intimo, trago duro sabiendo que mi atracción hacia él aumenta segundo a segundo, sin pensar busco en mi mente como llenar este momento que me intimida totalmente. Hasta que al final mi boca de forma autónoma e inconsciente decide actuar por su cuenta rompiendo el nivel de complicidad de lo que sea que se ha formado entre nosotros.

- ¿Por qué tienes tanto material en ese cajón?- le pregunto inocentemente sin apenas analizar mi cuestión, me observa con cautela.

- Eso no es asunto tuyo.- Espeta de forma clara y concisa, mi imaginación no para de dar vueltas a todo ese tema en cuanto me veta la información. ¿Se dedicará a vender sustancias ilegales en su tiempo libre?, las dudas me asaltan, ¿De dónde las sacará? ¿De su antigua facción Erudita?¿ Soy cómplice por pasar por alto tal información?

- Solo era curiosidad.

- Tengo mis negocios propios.

- ¿Tengo que pagarte lo que acabamos de fumar?- Me mira sorprendido a la vez que frunce el ceño.

- A este te invito yo, si quieres más tendrás que pagar.- Se levanta molesto por mi pregunta. Su irritación es palpable y se dirige a la entrada para indicarme que salga por la puerta.

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