*Brad*
Aprieto contra mi cuerpo a Selen sintiendo sus curvilíneas formas amoldarse al mío.
Un grupo de tres Osados irrumpe en mi habitación, logro distinguir los uniformes protectores característicos para estas ocasiones entre la cortina de humo blanco que se formó. Mis ojos lagrimean impidiendo ver con claridad, espero con la mayor calma posible no hacer ningún movimiento hasta que ellos me lo indiquen.
Poco a poco el humo se disipa y puedo afirmar que un osado nos apunta con su fusil reglamentario, ordenando que nos arrodillemos con las manos en alto. Sin dudar lo me centro en cumplir las normas a raja tabla.
Otro Osado se acerca a mí y me ata las manos por detrás de la espalda con un lazo plástico, posteriormente intenta hacer lo mismo con Selen pero ella se resiste.
- Selen haz lo que te dicen. No pasará nada.- Quiero tranquilizarla con mi tono calmado.
Forcejea unos instantes más pero finalmente claudica bajando sus manos para que se las aten.
- ¿Qué queréis?- Pregunta retadora.
- ¡Silencio!- Ordena el Osado que nos custodia.- Habla cuando se te pregunte.
Los otros dos Osados se limitan a registrar nuestras ropas, uno de ellos saca el USB de Hotking de mi bolsillo. Olvidé que lo guardé allá, mientras discutía con Selen. El Osado lo mira con curiosidad y lo guarda en el bolsillo de su armilla protectora. Sé que acabo de cometer un gran error no deshaciendo me del dispositivo, continúan registrando las ropas de Selen, se me revuelve el estomago viendo como las manos del tipo se pasean sin escrúpulos por el cuerpo de la castaña azulada y cuando se le antoja se detienen descaradamente a palpar. Cuando se cansa de sobar la nos ordenan tumbar nos en el suelo, con pocos miramientos aceleran el proceso empujando una rodilla sobre mi espalda, dejándome sometido bajo el peso del Osado. Siento mi brazo arder bajo la reciente costura en mi herida de bala, todo el dolor se expande en una especie de red eléctrica, sintiendo como si el brazo latiera con vida propia a causa del extremo dolor. Siento nauseas por la intensa molestia pero me obligo a mantenerme al pie del cañón, no debo olvidar que yo solo me cuadro ante el mismísimo Diablo y que el sector abandonado tiene poco que envidiar al puto infierno de asfalto en el que yo me muevo como pez en el agua.
La habitación ya está patas arriba, revolvieron todo, dejando mi ropa desdoblada en el suelo en girones, todos los libros de mi estantería desordenados y lanzados de cualquier manera riegan la estancia, pero lo que más me molesta es cuando rompen el cristal del marco de la única foto a papel que poseo de mi hermana Ameri. Ese es el momento en el que el chip Divergente empieza a girar se hacia el lado incorrecto.
-No era necesario liar este desorden y romper mis pertenencias.- Replico apretando los dientes conteniendo la rabia, noto como mi lado más inestable empieza a crecer exponencialmente, tomo aire y respiro rápidamente para canalizar mi mala hostia.
-¡Basta!- Grita la pequeña Cordial levantando se del suelo y desafiando la autoridad de los Osados que ignoraron nuestras exigencias.
El guardia Osado que no tendrá más de 16 o 17 años con una sola mano la reduce contra la pared, mientras noto un cañón frío y acerado acercarse a mi rostro haciendo me saber que no mueva un músculo.
- James enseña le quien manda aquí a la pequeña Sin Facción.- Una risilla maquiavélica se dibuja en el rostro del Osado que continua desperdigando mis cosas por toda la habitación. Mi cuerpo está completamente tenso y preparado para entrar en acción en caso de ser necesario.
- Suelta la.- le digo pero está claro que el que tiene la sartén por el mango es el Osado que me amenaza con su arma.
Selen se voltea lanzando un cabezazo hacia delante con fuerza impactando contra la nariz de James. Este se echa mano al rostro y parpadea varias veces. Mientras el tal James remienda como puede el descosido, sus compañeros hilvanan sonrisas en las comisuras de sus labios. No me gusta el cariz que está tomando el registro del apartamento.
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UNFACTION
FanfictionAviso: II Spin- Off de "Nat la perfección Divergente". Tras no superar Selen su iniciación en Osadía, ni ella misma era capaz de saber que sería de ella a partir de ahora. Todo parecía que era el fin, a sus 16 años había fracasado estrepitosamente...