UNFACTION

Capitulo 36. Muy Osadas

*Selen*

Miro la hora en mi móvil y son las 5.10 A.m. Solo tenemos 20 minutos para saber cómo vamos a informar a Tris Prior de su inminente secuestro y sacarla del lugar.

He mirado como cinco veces la hora en el móvil en el último minuto, como si así el tiempo se pudiera controlar. Estoy ansiosa por hacer algo, lo que sea, salvo quedarme sentada apostada tras un seto del jardín de la casa materna de Brad, él se marchó avanzando con cautela para reconocer el perímetro de seguridad.

Estoy en cuclillas esperando a Brad, tengo una pistola en la palma de la mano, el ex erudito me la entregó hace unos minutos, quedé perpleja al ver que tenia más de un arma,la guardaba en su mochila ¡Por Dios! Esa mochila tiene más recursos que la de "Dora Exploradora". Reconozco que sería una locura disponerme a hacer lo que me propuso Brad sin llevar un arma. Cierro mis pequeños dedos entorno a la culata, el peso me resulta familiar, meto el índice en el gatillo y dejo escapar el aire.

Empiezo a levantar la, llevando mi mano izquierda a reunirse con la derecha para estabilizarla. Sostengo la pistola alejada del cuerpo con los brazos rectos, como me enseñó mi instructor, "las armas no son malvadas por naturaleza, solo es un instrumento al que puedes dar un buen o mal uso", parafraseo las enseñanzas osadas.

- ¿Selen?- Dice Brad llamando me des de pocos metros en voz baja, ese timbre de voz jamás dejará de hacer me sentir cosas en mi estomago cada vez que su sexy voz llega a mis oídos. Hace un gesto con su brazo avisándome para que me reúna con él. Me espera con un hombro apoyado en la pared del edificio de alado, se arquea apoyando su espalda contra la pared como si intentara no ser un blanco fácil, su postura es tan osada que parpadeo para enfocarlo mejor, no se ve corpulento como un osado, y puede que no sea el chico más perfecto del mundo, pero a mí se me hace un nudo que hace que me cueste tragar al observar lo atractivo que es.

A penas comenzó a despuntar el alba, cuando llegamos junto a la casa de los Eaton, que tiene dos niveles y pilares de piedra gris en cada esquina. Subimos unas escaleras junto a uno de los pilares de piedra avanzando con sigilo, nuestro objetivo lo fijamos a la altura de una de las ventanas del primer piso desprotegida sin cerramientos, esta brilla cuando la luz del día la alcanza en los cristales. El sol empieza a salir, debemos actuar rápido.

Brad va primero, observo como apoya sus pies contra la pared, acercándose poco a poco al alfeizar lo sigo de cerca, maravillándome de lo buen escalador que es, trepa a toda velocidad, no soy capaz de trepar tan bien como él. Me tiemblan las extremidades por la tensión e intento mantener el equilibrio apoyándome en un saliente, temo que tardaré más de lo esperado en llegar a la ventana. Pero de pronto de forma inesperada una tibia mano se enrosca a mi cintura, el brazo de Brad me arrastra hacia arriba estabilizando me junto a su duro cuerpo en el alfeizar de la ventana.

Me acomodo para encajar en el pequeño espacio mientras el empuja el cristal hasta que cede, dejo escapar el aire de alivio y le sonrío para darle las gracias por su ayuda. Él me devuelve la sonrisa, aunque la tensión en todo su cuerpo es palpable, su brillante mirada jade me deja como siempre sin aliento al cruzar con la mía.

Aguardamos un momento en silencio, respiro por la boca e intento controlar el temblor en mi cuerpo por la tensión acumulada. La tranquilidad en la casa es tan grande que las pisadas hacen eco al desplazarnos, el sonido llega por detrás de mí en otra estancia, lo que significa que Tris está despierta, hay alguien más con ella, una voz femenina la apremia a vestirse rápidamente. Es una Osada joven, no saben que estamos aquí aún, pero si alzan la mirada podrían vernos en el pasillo. Intento respirar haciendo el menor ruido posible.

- Hola, Nat.- Oigo la voz de Brad grave vibrar rasgando el aire de la estancia. Instintivamente las Osadas nos miran estremecidas por la irrupción inesperada.