CAPITULO 57. Tensa espera

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*Brad*

Un grupo de Osados nos escolta acompañándonos hasta los ascensores. No me decido a decir nada a la recepcionista, pues por mucho que pregunte sé que no obtendré las respuestas que busco, así que al final me rindo y guardo silencio como Selen que me acompaña desde primera hora del día sin apartarse de mi lado.

Subimos a la tercera planta de la sede de Verdad, donde nos llevan a una dependencia con suelo de mármol blanco y negro, tan característica de los Veraces. No hay muebles, salvo un banco apoyado contra la pared y una silla en el centro vacía, estamos en la zona habilitada a los individuos pendientes de juicio. Las puertas las abre un osado que nos escolta y nos indica que esperemos. Selen se sienta y frunce el ceño, pero yo no paro de dar vueltas en toda la estancia, me siento como una alimaña encerrada en una jaula demasiado pequeña para albergar me. Nunca quise entrar en la sede de verdad, demasiados controles de seguridad siguiendo mis pasos, me pone nervioso estar constantemente en el ojo clínico veraz.

Me clavo los dientes con tanta fuerza en el labio inferior que hago una mueca ante el dolor, al darme cuenta a la tensión que estoy siendo expuesto.

- Tranquilo Brad. Sienta te. – Me indica Selen con una palmadita en la banca alargada en madera color negro.

- Estoy bien.- Le digo sin mucha convicción.

- Vamos Brad ven aquí.- Insiste.

Me siento a su lado y me apoyo con los codos en las rodillas, mientras mis manos sujetan mi cabeza. Cierro los ojos durante un buen rato intentando infundirme valor para hablar con Caleb Prior instantes antes de su juicio. Puede que sea la primera y única vez que tenga la oportunidad de hablar con mi verdadero padre. Hasta la fecha eludí el reencuentro familiar, ignorando toda petición de Tris, a sabiendas de que mi padre intentó destruir su familia ella no le importa tender me una mano, soy el hijo del individuo que atentó contra los seres que más quiere y aun así le importo. Entiendo que tanto a Theo Eaton como a Natalie Eaton los definen grandes patrones que imitar, padres a los que no decepcionar, que han dejado huellas intensas en sus caracteres Divergentes. En mi caso es todo lo contrario, mis padres biológicos son asesinos fríos y calculadores y mis padres adoptivos abnegados pusilánimes y maleables, ¿Qué se puede esperar de mí?

- Brad si lo deseas puedo esperar fuera.- Selen me observa con sus ojos serenos del tono más hermoso de los violetas, transmitiendo me la fuerza necesaria para que los míos inquietos se calmen.

- No, queda te.- Toco su mejilla y sumerjo mis dedos entre su cabello azulado, el contacto de su cuerpo me transporta a lugares familiares, donde me siento querido, amado y feliz.

- Vale.- Se aproxima hasta mi y deja un beso en mis labios, que desata el nudo que llevo soportando toda la mañana en mi estomago.

Las puertas se abren y entra en escena el líder de los veraces, junto con dos veraces escoltas y una osada centinela. El representante de los veraces es una morena de media melena con broncínea piel de rasgos atractivos, bajita y de una feminidad delicada, me intimida con su oscura mirada color café nada encantadora. Rouse es bastante joven para ser la líder de Veracidad, a pesar de no superar los treinta y tantos, en esta facción no es lo normal, suelen ser longevos.

- Solo tendrás unos minutos para hablar con él.- Comenta la Veraz directa y sin preámbulos.

- Lo sé.- Respondo con voz profunda y resolutiva.

- ¿Conoces los cargos?- Me cuestiona con una voz plana y desprovista de emociones.

- Intuyo que me informaras.

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