Capítulo75. Un trago amargo

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*Selen*

Despierto antes de que suene la alarma que tengo activada en mi celular, no son ni las cinco de la madrugada y no hay llamadas ni mensajes entrantes. No puedo seguir durmiendo, solo daré vueltas y más vueltas en el colchón acrecentando mi ansiedad. Prefiero levantar me y vestir me, enciendo la lámpara de la habitación pues todavía la luz que entra por la ventana es demasiado débil, me asomo por la ventana y apenas distingo el cielo oscuro algodonado, la sensación de haber refrescado el ambiente es agradable, pero un repelús me recorre la piel erizando todo mi bello. El silencio que impera en el bloque desvela que los vecinos todavía siguen dormilones esperando a que sus despertadores les perturben de su anhelado descanso para dar comienzo a sus duras jornadas laborales.

Podría quedarme esperando aquí, a saber algo sobre mi moreno, pero he decidido volver al trabajo antes de que finalicen los días libres que me pedí. No sé cómo gestionar esta situación, así que prefiero marcharme a trabajar, por lo menos no tendré que pensar, solo trabajar como una autómata. Me coloco mi uniforme Osado reglamentario y ajusto los cierres de mis botas. Sin hacer demasiado ruido voy al baño y me aseo sujetando el cabello en una cola que me despeje la cara, la raíz de mis mechas azules ya es bastante visible, remarcando el color castaño original, debería aprovechar y arreglar me lo, lo tengo excesivamente largo. No me lo corto desde hace mucho tiempo, se encargaba de ello mi abuela y como falleció borré la costumbre de mi agenda. Quizá necesite un cambio de look para animar me un poco, ya que mi ánimo está por los suelos, estoy segura que mi abuela se escandalizaría si me viera con este pelo kilométrico.

Abro el estante superior del pequeño mueble de baño comunitario y rebusco en el neceser de Tina, ella tiene tintes de varios colores. Me reviso en el espejo y con las tijeras decido hacer estragos halla por donde pasan las hojas afiladas de la herramienta. Elijo un negro azulado y en cuestión de 30 minutos mi cabello es negro como un cuervo. Completo mi mascara efecto distracción pintando mis uñas de color azul oscuro en el centro y negro en el borde, me las remiro como una idiota comprobando que el secado finalizó, necesito mantener mi mente ocupada. Los mechones en el suelo quedan a mi alrededor símbolo de mi rebeldía y enfado, Brad siempre le gusta tocar me los mechones largos y suaves al tacto distraídamente como si de un mantra tranquilizador se tratara, sonrío con cinismo tan solo de pensar en la cara de disgusto que pondrá cuando me vea como la hija secreta de la familia Adams.

No me maquillo solo uso lápiz de ojos oscuro en el parpado superior y corrector de ojeras de Tina para una misión imposible: disimular mis semi círculos oscuros bajo los ojos. Parece que voy a un funeral por la cara de pocos amigos que llevo, esta mañana no podría ser más siniestra ni aunque me lo propusiera viendo el contraste de mi macilento tono de piel. 

Por mucho que intento ensayar ante el espejo sonrisas y saludos para actuar ante los osados que me preguntarán por Brad, no logro salir airosa. Mis sonrisas son más falsas que Judas, para que me quiero engañar, no soy buena ocultando mis sentimientos. En cuanto Nat, Estel, Os o César me localicen me preguntaran por Brad. Lo mejor es evitar la cafetería de Osadía, por qué no sé que decir , sé lo mismo que ellos, ¡No tengo ni Puta idea de donde pasó la noche Brad y tampoco con quién! Aunque en el fondo de mi subconsciente mi intuición da respuesta a gritos a los enigmas.

Mi aparente indiferencia comienza a resquebrajarse y a tomar partido mi lado oscuro, empiezo a cabrear me. Soy su novia, fuimos juntos a la fiesta, me merezco al menos una explicación. Resoplo y bufo llena de frustración, recojo mi móvil y me lo llevo en el bolsillo del pantalón Osado, por si entra algún mensaje en el último momento, aún tengo la esperanza de que me llame.

Voy hasta la cocina y me tomo unos cereales con leche, algo frugal, tengo el estómago cerrado, trago con dificultad grandes cucharadas de la amalgama, añado más azúcar, necesito activar me.

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