CAPITULO 22: Retención

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*Brad*

Me pican las muñecas por culpa de la brida de plástico con la que me las ha sujetado el guardia osado. Me toco la mandíbula con la punta de los dedos para ver si la tengo manchada de sangre. Recuerdo un soldado osado estrellando la culata de su fusil de asalto en mi rostro mientras me detenía, su mirada iracunda entonces me recordó a la de mi padre, aquel día en que lo decepcioné tanto, nunca lo había visto perder el control. Mientras tomaba mi elección lo miraba fijo retándolo, tiñendo el agua del cuenco de Erudición de un tono rosa. El corte fue tan profundo que tardó varias horas que dejara de verter sangre, manchando mi camisa gris oscuro de restos de mi propio fluido vital. Intento no volver a perder mis pensamientos en hechos que poco ya me aportan, pues las guerras perdidas solo sirven para aprender y que la culpa nos enseñe a hacer lo mejor la próxima vez.

Hotking está detenido también, pero lo tienen separado de mí para que no podamos entablar conversación, el guardia nos da la espalda unos instantes y aprovecho para observar a Hotking con detenimiento, lleva un puñado de gasas para contener la sangre de uno de sus brazos. El muy idiota autorizó a varios lugartenientes accionar disparos al aire aprovechando que los presentes estaban enardecidos y el sonido amenazador activó el ataque Osado que respondieron casi al instante. Se presentaron providencialmente como por arte de magia, estoy seguro que no es casualidad y averiguaré quién dio el soplo a los Osados.

Escucho al guardia Osado comentar con un compañero que el líder Sin Facción está muerto, los ojos se me abren como platos. No solo hay heridos, sino que ha costado la vida a uno de nosotros. Podría haber sido uno de mis amigos, o ella, si llega a ocurrir le algo no sé como digeriría aquello. Me volveré loco de un momento a otro aquí retenido sin ninguna información desde hace horas. Me dirijo al soldado Osado, necesito algo de información, seguimos siendo ciudadanos de Chicago, se están vulnerando nuestros derechos flagrantemente.

- Osado, ¿Qué está pasando? Hace horas que nos retienen sin acusación alguna.- El Osado me mira de soslayo.

- Silencio "Sin Facción".- Me ordena empezando a perder su paciencia.

Parece que todos los guardias Osados están nerviosos y desquiciados por el incidente.

No sé de nada que ponga más nerviosa a la gente que la sangre derramada, y noto mis entrañas revolverse una vez más por la angustia y la incertidumbre. El Osado se aleja hacia la puerta de entrada de los calabozos, algún Osado lo reclama y aprovecho para comunicarme con Hotking.

- ¿Quién habrá filtrado la posición? – Pregunto al Sin facción todo desparramado en su catre extremadamente pequeño para la longitud de su cuerpo en la celda contigua.

- Los Osados tienen ojos y oídos en todas partes.- Asevera sin perder de vista al guardia que vuelve a su puesto de nuevo.- Me encargaré de cortar lenguas indiscretas.- Sentencia en un susurro.

- ¡Brad!... ¿Quién es Brad?- Grita un Osado por la estancia.- Me levanto para identificarme.

- Tienes visita.-Me abren la puerta para que pase.- Acompaña me.- Ordena y lo sigo a través de unas escaleras angostas hasta una habitación que parece de interrogatorios.

Al entrar distingo una melena castaña sembrada de mechones azulados y el rostro desesperado de Selen se gira al avistar me, corre hacia mí y me abraza ajustándose a mi cintura. Por fin saco el aire retenido en mis pulmones, ella está bien.

En la esquina opuesta del interior de la pequeña sala hay un osado que nos observa inconfundible para mí, Theo Eaton. En cuanto lo diviso no le quito la vista de encima, no da explicación alguna pero sale de la habitación para dejarnos intimidad.

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