UNFACTION

Capítulo 83. Mejoras

*Selen*

- 6 meses más tarde –

Veo a través del pequeño cristalito ovalado de la puerta el interior del aula. Brad esta sentado en la zona de la pizarra, apoyando el trasero en el borde de la mesa mientras toca la guitarra eléctrica, de vez en cuando deja de tocar y explica a varios chavales que hay en frente suyo, algo sobre las cuerdas y el diapasón. Parecen atentos e interesados en conseguir imitar la reproducción de la melodía en sus propios instrumentos, los pequeños abandonados pertenecen a un grupo piloto de clases de soporte y motivación. Lo fomenta el nuevo y único centro de enseñanza primaria en el sector abandonado. Brad está muy orgulloso de haber conseguido en menos de 6 meses poner lo en marcha, todo el plantel de profesorado es voluntariado de diferentes facciones pero en su mayoría son abnegados altruistas que se prestan a colaborar de forma desinteresada. Brad participa en el proyecto impartiendo clases de música, dos días por semana en horario extra escolar. A partir de ahora ningún Sin Facción tendrá excusa para no tener escolarizados a sus hijos, aun que dada la baja natalidad de los Sin Facción, las clases no están muy masificadas.

Observo al joven docente dando instrucciones a sus alumnos de como colocar la guitarra eléctrica de la forma más correcta y en cuestión de segundos conectamos miradas, como si hubiera intuido mi presencia tras la puerta metálica. Me muerdo el labio inferior sonrojando me como si me hubieran pillado haciendo algo "infraganti", pero la verdad es que sí estaba repasando al atractivo profesor. Lleva unos tejanos ajustados oscuros y una camiseta negra con dos rayas grises que rodean en horizontal a la altura del pecho la prenda, remarcando la anchura de su torax respecto a la estrechez de su cintura, donde se deja ver un cinturón con algún remache metálico.

Sonríe cuando me ve y levanto la mano para saludar lo en silencio por el pequeño ojival, no pretendo interrumpir la clase, pero estoy esperando que termine para marchar nos a casa, mi turno finalizó y suelo pasar a buscar lo si sé que está por aquí. Me gusta que el resto de profesorado femenino tenga constancia de que Brad está ocupado.

Veo que hace un gesto con la mano para que entre y empujo la pesada puerta un poco descolocada, los críos me observan curiosos, algunos sonríen al verme y otros ni se inmutan. Son ocho abandonados de apenas 12 o 13 años los que me escrutan, cada uno lleva su guitarra bajo el brazo y han detenido la clase para juzgar me sin piedad.

- No esta mal la Osada. ¿Tiene hermanas tu chica? – Dice uno de los descarados chavales en voz alta, ignorando totalmente mi presencia. Se escuchan risitas.

- Eres un idiota Adam. – Le recrimina una compañera, una chica bajita y delgada de melena lacia corta por la nuca y más larga por delante.

Todos los chavales llevan una camiseta marrón con una "Fender" pintada en la parte delantera en negro. Hasta ahí es el único signo distintivo de parecido entre ellos, cada cual más dispar del otro. Son críos que aprendieron a sobrevivir en una facción marginal, en su mayoría autodidactas o retrasados en los niveles elementales de enseñanza, por falta de asistencia a la escuela.

- Tiene buena delantera. – Susurra demasiado alto el deslenguado mientras resbala la vista por el escote redondeado de mi camiseta negra Osada.

- Cierra el pico de una puta vez Adam. – Gruñe una voz más gutural detrás de ellos en retaguardia, un muchacho de piel oscura y cabello ensortijado. Brad bufa buscando paciencia en su fuero interno, desde luego la encuentra a juzgar por sus palabras.

- Silencio... silencio.¿Preparados chicos? ... Adelante. – Autoriza Brad para que todos al unísono inicien una melodía familiar y archiconocida que me hace brotar un sentimiento fuerte en el pecho. Las notas rasgan el aire de la estancia resonando en las paredes las 8 guitarras eléctricas en una armónica sinergia dándole a la canción una atípica entonación. Brad no toca, solo observa mi reacción y entonces comienza a cantar, suave pero ascendente.