CAPITULO 58. ¿Le quieres?

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*Selen*

- ¡Brad! – lo llamo pero no se detiene. Está visto que no pretende continuar con la entrevista familiar, todo esto le supera. Temo que la presión lo rebase de forma imprevisible y prefiero dejar lo ir, cuando se encuentre de nuevo en situación de afrontar los hechos y esté más calmado hablaré con él.

- ¿Tú debes ser su novia? o ¿me equivoco?- La voz de Caleb Prior llega a mí afilada como un cuchillo y me tenso al ver me expuesta a su escrutinio. El Osado escolta me mira de reojo prestando me atención al verificar que ahora soy el centro de Atención del Erudito.

- Podría decir que sí.- Le confirmo con cautela, pues a pesar de que está inmovilizado su arma más mortífera es su lengua.

- Lo supuse por la manera en que te protegía.- Replica con voz suave y calmada, no me dejo engatusar pues sé que no es una conversación casual.

- No tengo nada personal contra ti, pero entenderás que desconfíe de todo lo que se relacione con Osadía.- Lo observo con fijeza y sus orbes verdes me provocan desazón al comprobar que son los mismos que me cautivan pero no tienen el brillo y vida de su primogénito.

- Entiendo. – Asiento con mi cabeza intentando que mi lado Cordial sea lo menos amable con él. – Estoy aquí por él y no por ti.

- Lo sé.- Admite. – Siento tanto esto.- Agacha la cabeza y mira al piso negando se los sentimientos contradictorios que le oprimen.- ¿Le quieres?

- No. Querer es demasiado poco. Le amo.- Contesto con sinceridad a su osada pregunta. Sonríe con nostalgia.

- Me alegro que Brad tenga una persona que se preocupe por él y esté a su lado en los momentos buenos y malos. Estoy seguro que cuidaras de él, no se merece seguir viviendo en una mentira, le robaron su vida y su familia, es hora que recupere algo veraz y auténtico. Tú lo mantienes con los pies en la tierra, lo veo en su lenguaje corporal cuando está a tu lado.- Me deja atónita con su explicación.

Ahora que lo tengo mucho más cerca me fijo que su pelo parece grasiento y un poco desaliñado para ser erudito, sus ojos verdes no ocultan el enrojecimiento del insomnio crónico que padece revelando sendos semicírculos oscuros bajo sus ojos. No, en realidad no se parece tanto a Brad.

- Sé de que hablo. Yo también amé una vez.

Noto como intenta contener la ira. Parpadea para espantar las lágrimas y se arrellana en su silla.

- Yo también experimenté esa sensación de abandono que manifiesta Brad y es cruel e implacable, como una alimaña que te come las entrañas.- Se aprieta los ojos con las manos como si así pudiera volver a introducir se las lágrimas en las cuencas de sus ojos. Parece que si deja escapar sus emociones, saldrá todo fuera y nunca terminará, lo veo luchar por contener las. Finalmente logra contenerse, se me encoge el alma al contemplar como batalla por no desmoronarse ante mí.

Junta sus manos en el regazo y coloca su espalda recta, fijando la mirada en un punto indeterminado.

- Para mí es demasiado tarde pero para Brad no. Él todavía está a tiempo.

- ¿A tiempo?- Cuestiono algo aturdida por la intensidad de sus palabras.

- Sí, a tiempo de ser feliz y tener una familia, esa que me negaron a ofrecer le.

- Venga es la hora. Debemos retornar te a tu celda.- Asevera el guarda Osado.

Aunque las palabras del osado me sobresaltan por su tono imperativo, disimulo mi reacción como puedo. Busco en los ojos de Caleb signos de vida destellando, pero ya asumió que esto terminó y llegó la hora de afrontar su juicio.

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