UNFACTION

CAPITULO 13. La misma piedra

*Brad*

Selen se acurrucó en su pecho y sintió que el malestar que se acumulaba en la boca de su estómago se disipaba. Sabía que con sus palabras la había fastidiado deliberadamente, ¿de qué pretendía salvarla?, si él mismo en sí era caustico y dañino, un autentico capullo cuando se lo proponía. Todo porque se había largado sin la menor explicación de la mesa que compartían, pasando olímpicamente de él. 

Selen se comportó como una cría, pero ¿qué podía esperar?, es una chiquilla maleable, de actitud rebelde, no podía exigirle saber gestionar los celos, simplemente había reaccionado con sus sentimientos más primarios. Repaso la cabellera castaña repleta de mechones azulados y paso su mano por ella, en una caricia casi imperceptible a modo de consolación, deseaba que no lo viera como un imbécil, quería que confiara en él, si su asociación era la correcta, la colaboración entre ellos podía ser fructífera, no le interesaba romper tan pronto por lo sano.

Selen alzo su mirada azulada y comprobé con pesadumbre que aquellos orbes de tonos violáceos me perturbaban demasiado. Ella se elevó en puntillas para acercarse a mi rostro acortando la distancia que nos separaba a escasos centímetros, dejé que lo hiciera acercando me levemente observando la atentamente, su naricilla respingona con pecas diminutas sobre su piel tamizaban su rostro de forma casi infantil, trayendo a Ameri a mi memoria de forma traicionera.

Notaba la calidez del cuerpo de mi compañera filtrarse por mis resquicios y sus perfilados labios aproximarse peligrosamente, en un gesto casi instintivo me erguí alejando me de la tentación. La chica por un momento quedó desconcertada por mi movimiento repentino en dirección opuesta a sus carnosos labios.

 Intento ignorar los dientes de la castaña presionando su labio inferior, ante la falta de respuesta por mi parte.Decido eliminar de mi memoria la expresión de derrota de la muchacha al darse cuenta de su tamaño error, pues no había aceptado la invitación que se me proponía.

- Yo... - intenta justificarse Selen ruborizada hasta las orejas pero no la dejó acabar, sacudo mi cabeza en una negación.

- Shusssss- la calló con un simple sonido colocando mi dedo índice sobre sus labios.

Selen no es otra chica a la que seducir y olvidar. Ella es mi compañera de piso, percibía que ella era especial, no quería fastidiar la como siempre, si en el proceso debía rechazar la lo haría, era un mal necesario.

Agarro su pequeña mano estirando de ella para cumplir su petición, estaba cansada y me había pedido en repetidas ocasiones que la llevara al apartamento. Sin más demora decido cumplir con la solicitud de la chica, ya que no esta en mi mano satisfacer a Selen como ella demandaba, por más que mis bajos instintos me atrapen no caeré en esta piedra si podía evitarla por el momento.

El silencio en el coche se hizo abrumador, el ambiente cargado de reproche comenzó hacerse pesado. Durante el trayecto ella se limitó a mirar por la ventana ausente observando el triste panorama del sector de los abandonados.

- Si quisiéramos podríamos hacer de este un lugar mejor. Tenemos los mismos derechos que el resto de facciones. ¿Por qué no reclaman mejoras vuestros líderes?- quedé atónito por la nueva línea de pensamientos de la chica.

- ¿Nuestros líderes?...- reí irónicamente.- Son lacayos de las otras facciones, se dejan manipular a cambio de una pizca de reconocimiento en su escala social.

- Pero son los representantes de los Sin Facción ¿Cómo es posible que no luchen por nuestros derechos?- Me mira como si yo tuviera las respuesta a la cuestión.

- Selen es mucho más fácil dejarse llevar por la corrupción cuando estas desesperado, son hábiles cubriendo las necesidades de la gente, todos tenemos nuestro punto débil.