UNFACTION

Capitulo 72. Nuestra burbuja particular

• Aviso: La parte del final del capítulo es de contenido erótico.

*Selen*

Hemos subido varias plantas, nos encontramos unos pisos más arriba en el apartamento de Os, un compañero Osado de Nat. El pequeño salón comedor está repleto de Osados en su mayoría bailando una pegadiza música que invita a mover el esqueleto. Tras la cena y sobre mesa, Os llamó a "Five" para que subiéramos a pasar lo bien un rato. Parece ser que Os monta cada dos por tres tremendas fiestas privadas en su apartamento que arrenda en el mismo edificio. El olor intenso a sustancias no permitidas campa a sus anchas por toda la sala, no me molesta pero sé que todas mis ropas olerán así hasta que vuelva a lavar las. Brad y yo nos reímos cómplices, dada la afición del Sin Facción por el comercio de sustancias ilegales.

- ¿No será Os cliente tuyo? - Le recrimino con burla al moreno de ojos verdosos.

- ¡Dios me libre! Yo solo me dedico al comercio al por menor. Este tío compra en cantidades industriales. – Se ríe por su peculiar chiste y no puedo evitar hacer lo mismo.

- Veo como Nat y Will se acercan a saludar a sus amigos, pues Selen y César están apostados cerca del balcón donde hay más ventilación.

Agradezco internamente que la mayoría de osados que allí se encuentran son de la graduación del año anterior y que apenas los traté demasiado, me muero solo de pensar que la unidad de extinción aparezca por esa puerta. No veo a nadie de mi remesa de iniciados y suspiro de alivio, lo último que necesito es enfrentar a Mario y Brad, pues no acabaría bien para ninguno de los dos la noche.

La verdad que la fiesta está más bien llena de chicas Osadas, todas a la caza de algún ejemplar asequible, noto como se fijan en nosotros que acabamos de aterrizar, y sé que no me miran a mí, sino a mi espectacular chico. Eso me llena de orgullo al saberme envidiada, pero también una comezón creciente, al notar como las miradas se comen con la vista el cuerpo del atractivo Sin Facción. Siento como mis uñas retractiles de gata salvaje quieren salir para atacar a la que se atreva a entrar le a mi moreno.

Una masculina mano se posa en mi hombro y luego otra delicadamente en mi cintura hasta voltearme de cara a Brad, me relajo ante su tacto y Brad ajusta mi bolso a mi hombro pues alguien paso por mi lado derribando lo, este da un paso más cerca de mí observándome y se acerca hacia mi cuello para susurrar me en lugar de gritar me en la distancia. Brad me saca bastante de alto y debe inclinarse sobre mí para hablarme, su cálido aliento me acaricia la piel y me gusta sentir lo tan cerca de mí, cuando su duro y flexible cuerpo me roza siento que quiero derretir me. Hace mucho calor, los cuerpos danzando descontroladamente elevan la temperatura de la estancia hasta hacer sudar a todos los asistentes, estén en movimiento o no.

- ¿Qué ocurre? – Me cuestiona dándose cuenta que estoy abstraída en mis pensamientos. Inhalo su aliento con ligero aroma a menta y siento la necesidad de besar lo. Lo beso con suavidad y ciño mi cuerpo al suyo dejando me llevar por el deseo, Brad me lee como un libro abierto y lo que se inicia como un inocente y tierno beso empieza a apoderarse de los dos. Se vuelve profundo, cierro mis ojos mientras él se dedica a darme soporte por la cintura con elegancia, en mi se traduce en un sin parar de mis manos sobándolo por todos lados, quiero tocar su espalda fibrosa, y bajar más abajo hasta deslizarlas por su trasero, pero me contengo a la altura de sus estrechas caderas. Me ruborizo por mi falta de pudor y aprieto con más fuerza mis brazos a su alrededor inconscientemente marcando mi territorio ante cada una de las que nos observa.

- Mi Vida, por más que quiera continuar, no deberías seguir por ese camino o no llegaremos a casa. No creo que nadie se asuste aquí por nada, pero deberíamos contenernos.