UNFACTION

Capitulo 44. Castillos de papel

*SeIen*

- Selen en pocas horas serás trasladada a los dormitorios Osados. Siento tenerte aquí por más tiempo, pero el protocolo hay que respetarlo. Oficialmente estas detenida pendiente de presentar cargos. Cuando tu situación sea regularizada podré sacarte de aquí.- Parece inquieto caminando de un lugar a otro, Theo me observa sin detener se mucho en ninguna parte.

- No te preocupes Theo, mi plan saldrá bien.

- No lo dudo, confío en ti. Es esta parte del complejo el que me pone nervioso. Mi tío Caleb Prior está encerrado a unos metros escasos de estas estancias.- Me quedo perpleja ante su confesión.

- No lo sabía.- Desconocía totalmente este hecho.

- Intentó asesinar a sangre fría a mi hermana Nat. No sabes lo que es sentir que alguien que se supone debe velar por tu integridad, sea precisamente el agresor.

- Puedo entender lo.- Mi mirada le informa de que es así, conozco bastante bien esa sensación amarga de derrota, mi tío Hardy viene a mi mente para empañar de ponzoña mis pensamientos.

- Es la única familia que nos queda, junto con mi abuelo Marcus Eaton, pero a penas tenemos contacto con él tampoco. A veces desearía que las cosas fuesen diferentes, poder disfrutar de una gran familia más normalizada.- Sonríe a modo de disculpa por su queja a nivel personal. Me alegra que también él se abra a mí, me considero su amiga y me defraudaría que no se comportara como tal, siempre estaré para él, como espero esté para mí.

- ¿Ahhh? Pero yo pensé que en Osadía era lo normal- Bromeo para quitar importancia a sus palabras.- Que a los ancianos e inválidos se lanzaban por el abismo al perder su utilidad y se probaba la valentía de los jóvenes lanzando les dagas a ciegas.- Theo ríe por mis palabras que en el fondo, no son tan descabelladas, demasiados Osados usaron como vía de escape rápida a sus problemas el Abismo. Por no decir que más de un Osado perdió un ojo por hacerse más el valiente de la cuenta ante una diana.

- Si fuese por mi padre, mi abuelo haría tiempo que estaría en el fondo del abismo, y te aseguro que conservo las dos orejas gracias a la excelente puntería del "tarta de fresa" de Mario.- Theo se ríe ampliamente mostrando su dentadura blanca e inmaculada y no puedo evitar reconocer al gran Osado que tengo ante mí.

- Bueno, me alegro que sigas entero en ese aspecto.- le confieso.

- Yo también, no resulto tan atractivo con una oreja menos.- Carcajeo imaginándome al chico mutilado y la verdad es que no me gustaría.

- Gracias por tu apoyo Theo, eres el único que sigue tratando me como una compañera más.

- Me consta que hay más osados que te tratan bien.- Sus comisuras se tuercen maliciosamente.- Sé que se refiere a Mario.

- No entiendo que ocurrió para que empezara a considerar que existo en sus planes.

- Ya sabes lo que dicen, rectificar es de sabios. Aunque Mario no es de los que se para a pensar, esta vez lo hizo. ¿Le darás una oportunidad?

- Uhmm... nada me gustaría más, Mario es el príncipe azul que siempre idealicé en su blanco corcel y brillante armadura, mi amor platónico desde el instituto, podría apostar que si abro sus venas saldría sangre azulada – sonrío de forma infantil al pensar en el rubio ceniza de penetrantes esferas celestes. -Pero hay un problema. Estoy enamorada de otro, se lo dije a Mario.- Alzo la mirada hacia Theo que me observa con atención clavándome sus profundos orbes azul oscuro que me recuerdan tanto a Cuatro el líder Osado.