CAPITULO 28. Tributos

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*Brad*

Me atormenta pensar que le puede pasar algo malo a Selen, si no me ando con cuidado se puede ver afectada por toda esta locura. Ella no se da cuenta de lo real que es la amenaza, pero estamos en un momento crítico, porque Hotking no quiere esperar más, su plan llegó al punto de inflexión ahora que los ánimos están soliviantados a causa del ataque desproporcionado de osadía en la manifestación.

Está decidido a lanzar un ataque al sistema de facciones para poner en tela de juicio la seguridad de la ciudad, dando así a entender al gobierno de Chicago que deben acceder a nuestras peticiones, pues las de nuestros líderes corruptos no son válidas, ni tenidas en cuenta.

Es media noche y quedé con Hotking que se pasaría por el Bar de Joe para entregarme un pen drive con un programa que debe instalarse en el servidor de Osadía, para controlar en modo espía todos los movimientos de los Osados y poder adelantarnos a ellos en sus maniobras de disuasión y ataque, para evitar que vuelva a suceder lo mismo que la última vez.

Estoy alerta por eso y porque esta noche hay demasiados elementos pululando por el local que podrían alterar los posibles resultados de la ecuación.

La pista de baile está llena, parece que los jóvenes de esta ciudad siempre guardan algo de batería para gastar en el bar de Joe sea el día de la semana que sea. Veo a unos ex compañeros de instituto, Mike y Oli bailando en la pista intentando ligar con unas chicas Osadas. Hay cosas que nunca cambian y esa es una de ellas, estos tíos son unos balas perdidas. No sé como lo consiguen pero las convencen para ir a un lugar más tranquilo. Niego con mi cabeza mientras sonrío, ante la típica escena de diversión asegurada por unas horas. Desde críos en el instituto que se comportan con el mismo perfil, sin responsabilidades, fiestas de borracheras hasta perder el sentido y abuso de estupefacientes de bajo alcance, por la mañana no recordaban ni con quién habían pasado la noche. Reconozco que en aquellos tiempos yo los envidiaba desde mi puesto de antisocial abnegado, pero ahora que conozco los beneficios y consecuencias de dicha actividad, no es algo a lo que me gustaría retornar. Aun que hay gente que se resiste a avanzar y prefiere quedar atrapado en el mundo de Peter Pan, como si los años no pasaran por ellos.

No pierdo de vista la puerta de entrada del recinto, en cualquier momento aparecerá Hotking y hay demasiada presencia Osada en el local para mi gusto, como si se olieran que algo está por pasar.

Diviso a un individuo muy familiar para mí, alto y de porte regio, andares de ex boxeador vistiendo camisa azul oscuro como buen erudito, acaban de llegar él y su novia, les acompaña otra pareja Osada y se detienen a bailar en la pista. ¡Vaya! hacia tiempo que no veía por aquí a Will un buen amigo mío, tuvo una mala racha, pero parece que últimamente la suerte le sonríe. Esta noche está media ciudad en el Bar de Joe, me es imposible imaginar cómo voy a gestionar la situación sin que se maten unos a otros.

Se aproxima por uno de mis flancos un castaño Sin Facción conocido que hace que mis pensamientos se concentren y vuelva al modo vigía atento a cualquier movimiento de amenaza.

- Hola Tom.- Saludo a la mano derecha de nuestro actual representante de los Sin Facción en el consejo de la ciudad. Lo conozco bien, realizó su iniciación conmigo y no lo trago ni un poquito.

Es un tipo sin escrúpulos, frío y despiadado al que no confiaría mi destino por nada del mundo, pero por suerte o por desgracia a sabido escalar con eficiencia entre la podredumbre política que nos representa en el consejo de la ciudad.

- Hola Brad. ¿Tienes lo mío?

- Claro, aguarda un segundo.- busco en la trastienda mi mochila y saco una pequeña bolsita opaca con un cóctel variado de sensaciones prohibidas.

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