Capitulo 68.Cuestión de Confianza (Parte I)

54 4 2
                                    

*Brad*

Recorro a grandes zancadas el vestíbulo de la entrada al edificio de mi apartamento en el sector Abandonado, percibo el retumbar acelerado de mi corazón, todo el edificio está en completo silencio, son ya las dos de la madrugada por lo menos, mi vuelo llegó con retraso. Adelanté mi vuelta sin pensar lo dos veces, siento mi estómago revuelto solo de recordar el motivo apresurado de mi regreso, Peter pretendía retenerme allí a cualquier precio. A pesar de que se disculpó una y otra vez por su atrevimiento, no es eso lo que me preocupa, si no su falta de ética al usar el video de Selen para manipular me.

Al llegar al apartamento dejo las llaves en el aparador de la entrada, el espejo ovalado refleja a un rostro cansado, demacrado y cabizbajo por portear una pesada carga en mis hombros des el otro lado del país, una profunda decepción que se apoderó de mí hace horas. 

Unas nauseas repentinas acuden a mi garganta y apresuro el paso hasta llegar al baño donde dejo mi mochila con mis escasas pertenencias. Cierro con brusquedad la estrecha puerta para arrodillar me a vomitar la cena que me obligué a ingerir, para que las 3 mini botellas de alcohol que tomé no me cayeran en el estómago vacío directamente.

Cuando se me pasa el malestar consigo incorporar me, un sudor frío perla mi espalda y mi frente, noto mis manos imprecisas bajo un pulso tembloroso y un regusto amargo en la boca que intento borrar lavándome los dientes. Cierro el grifo del agua tras varios minutos dejar correr el caudal, el rugir del líquido me relaja por unos instantes haciéndome ignorar el punzante dolor de cabeza. Encaro la imagen que me devuelve el espejo, reconozco el reflejo de una furia sorda que se arremolina en mi interior, es un espiral avivado por los celos y parte del alcohol que destella en mis iris.

- ¿Cómo fui tan estúpido de confiar en ella?- Pregunto al espejo reteniendo la imagen de Selen y Mario besando se una y otra vez en bucle.

¿Cómo había podido bajar las defensas hasta tal punto de exponer al completo mis sentimientos?

¿Cómo había permitido que todo mi mundo se viniera abajo en un abrir y cerrar de ojos? ¡Maldito Cabrón Osado!

Y lo peor de todo, ya me lo había estado viendo venir y no hice nada por evitar el desastre que ahora se exponía claramente ante mí. 

De no saber el escándalo que se montaría y todas las esquirlas que quedarían desparramadas por el lugar, hubiera machacado el espejo que tengo ante mí, reduciendo a añicos todo reflejo de mí mismo, pero esa reacción solo conseguiría herir me y despertar a todos los habitantes de la casa, complicando más todo, no quiero dejar me cegar por la rabia, cojo aire por la nariz e inspiro tratando de retomar el raciocinio, ya que en algún modo me considero más Erudito que otra cosa.

Salgo del baño y regreso a la oscuridad de la tranquila vivienda, esa que ha sido durante mucho tiempo mi refugio, hasta ahora había sido el único lugar donde me sintiera a gusto, pero mis pasos hacia mi habitación hacen brotar en mi una necesidad irracional por huir, por no enfrentar me a lo que me espera allí. He fracasado estrepitosamente con Selen ya no hay vuelta atrás, me digo para mis adentros, todavía estoy a tiempo de suturar la herida que me ha propinado y que deje de sangrar no será fácil, la traición me corrompe por dentro, debo cortar por lo sano y amputar el órgano contaminado, me intento auto convencer. Dolerá, sí, pero quizá sea un mal menor a cambio de salvaguardar mi cordura.

Aprieto los puños con fuerza, preparando me para algo que se me antoja una titánica tarea, mi pulso se acelera notablemente, mientras el latir de mi pecho golpea con fuerza, una fuerte aprensión me corta la respiración, atravieso la puerta de mi dormitorio y me interno en él. Me acerco a la cama que está ocupada por la persona por la que no dudaría en hacer mil y una estupideces más.

UNFACTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora