Capitulo 84. Reencuentros

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*Selen*

Hace unos meses Brad cedió el apartamento a Alek para que se encargara de seguir acogiendo nuevos Sin Facción, ya que ahora Brad y yo vivimos juntos en un pequeño apartamento en la linde exterior del sector Osado, tocando con el sector abandonado, vivimos a dos manzanas del apartamento de Tina y Kevin.

Brad insistió en que necesitábamos vivir más cerca del complejo Osado para reducir mis desplazamientos, es la excusa que me dio, pero sé que también se trata de seguridad. Después del ataque de los opositores abandonados, no se sentía tranquilo. Temía que me usaran para hacer le daño o manipular lo con chantajes, cree que dentro de los dominios de Osadía no se atreverán a actuar.

El apartamento es pequeño, pero suficiente para los dos, estoy encantada de disfrutar a solas de mi moreno, sin tener que preocuparme de ojos curiosos. A demás de que Alek y yo no hemos recuperado nuestra amistad, parece que nunca perdonará mi traición a su movimiento revolucionario. En fin, no siempre es posible limar asperezas, si una de las partes se niega. Sin embargo nos toleramos ya que es una parte fundamental del grupo y uno de los mejores amigos de Brad, así que fingimos llevarnos y ya está.

- ¿Por qué vamos a casa de Tina? Quiero saber lo. – Pregunto al atractivo conductor, una vez más antes de estacionar el vehículo frente al edificio de apartamentos de mi amiga.

Adoro visitar a Tina y su pequeña Xelena, pero ahora mismo no es lo que más me apetece.

Todavía está recuperándose del parto, la pequeña Xelena es como una granujilla y dulce dictadora que controla las horas de sueño de sus padres con total anarquía y absorbe las energías de su mamá sin medida. Pero nadie puede negar la devoción que le profesamos todos, cuando nos mira con diversión, sabedora de que es la reina de la casa. Todos intentamos ayudar a los primerizos padres en lo que podemos, la familia de Tina le ha dado la espalda, no se han pronunciado al respecto ni para bien, ni para mal, ni siquiera vinieron a conocer a su nieta.

Me pregunto si a mí me ocurriría lo mismo.

¿En caso hipotético mis padres vendrían a conocer a su nieta?

Borro esas cuestiones de mi cabeza inmediatamente, no necesito más quebraderos de cabeza que resquebrajen mis ánimos, duele demasiado y me asustan las respuestas.

- Realmente eres un incordio. ¿Seguro que tu facción de origen es Cordial? – Replica Brad con sarcasmo retirando sus gafas de sol oscuras, que lo hacen ver más interesante, ya que esconden los hipnóticos iris verde, que me atrapan refrescando me en su intensa menta mientras me enfocan.

- Brad... la casa de Tina está junto a la nuestra, podríamos hacer una parada... – Le insisto con tono sugerente y más conciliador para que ceda, ya que con mis exigencias no conseguí mucho – ¡Vaaaa! ...dime cual es mi sorpresa.

- Calma, todo a su tiempo. – Dice ignorando mi propuesta todo concentrado en la tarea de maniobrar para encajar el utilitario en el escaso espacio del aparcamiento. Es mi primer cumpleaños junto al chico de mis sueños y estoy decidida a que sea memorable, no quiero enfadar me, pero mi espíritu osado no deja de buscar modos de sonsacar a Brad "el misterio".

Lo intento fastidiar tocando le, eso lo desconcentrará. Paso mi dedo índice desde su hombro hasta su codo, raspando el tejido de su camiseta con la uña, lenta y seductoramente recorro su antebrazo y me pego a su hombro dejando un beso zalamero sobre él. Huele como siempre a algo atrayente, como a madera, algo muy masculino. No sabría definir, pero me vuelve loca como las diferentes capas de su esencia se disgregan para sorprenderme. ¡Malditas feromonas traicioneras! Hacen que mis manos ya no dejen de tocar lo, me he vuelto un poco pulpo, lo reconozco, hace tiempo que desterré a mi cangrejo ermitaño interior. Mi timidez pasó a la historia desde que mi Osadía tomó el control, no me importa estar en una avenida amplia y transitada, solo lo que ocurre en este coche.

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