Capitulo. 1 Sin Facción

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(Un año y medio más tarde)

*Selen*

Tras no superar su iniciación en Osadía, ni ella misma era capaz de saber que sería de ella a partir de ahora. Todo parecía que era el fin, a sus 16 años había fracasado estrepitosamente, no había sido capaz de enfrentar sus miedos. Una fase nueva de su vida se abría ante ella y debía ser positiva, su origen Cordial la impulsaba a continuar adelante de forma optimista, pero ella quería renegar de esas raíces. Los osados le habían enseñado en pocas semanas más sobre supervivencia, que en toda una vida los cordiales. Tenía que integrarse en la nueva facción y aquí no había posibilidad de errata, la única opción era sobrevivir.

La competencia entre los Sin facción iba a ser dura, los puestos de trabajo de calidad escaseaban, sin posibilidad de ascender y prosperar, sin privilegios de ningún tipo, solo se cubrían las necesidades básicas de los individuos, escaseando los recursos y oportunidades o esa es la imagen que le habían enseñado a asimilar, los abandonados estaban al final de del escalafón de la vida social de Chicago.

Su única esperanza en estos momentos era Theo Eaton, su amigo Osado con un poco de suerte le ayudaría a entrar a trabajar en el complejo Osado, en la División de Cocina. Si esto era así, por lo menos podría continuar trabajando en la facción de su elección aunque no fuese en calidad de miembro Osado.

Su primera reacción fue negar su situación, esto no podía estar pasando le a ella, había luchado con garras y dientes, pero el pasaje del miedo fue su séptimo infierno, su cuerpo se hizo un flan de gelatina inconsistente de masivos temblores que sacudían cada uno de sus músculos al salir de la prueba final. Quedó atrapada en la simulación demasiado tiempo incapaz de enfrentarse a su némesis. Sus miedos la incapacitaron para ser Osada, la perseguían afectando a sus elecciones futuras.

¿Cuánto más iba a permitir que las fauces del perro de presa que la acosó en el pasado la siguieran afectando de forma tan real? Intentaría sacudir esas imágenes de su mente, no estaba dispuesta a revivir otra vez aquellas escenas, las escondería en lo más profundo de su ser, para que no volvieran a joderla.

***

Notó su celular vibrar en el bolsillo trasero de su pantalón, cuando divisó en la pantalla el nombre de su madre, dio un largo suspiro y tras dejar sonar varios largos tonos decidió descolgar.

- ¿Si?- Fue la única palabra que alcanzó a coordinar.

- ¡Selen! ¿Hija estas bien?- la voz tan familiar a su celebro le hizo reaccionar erizando los bellos de punta. Era hipócrita salir ahora con esa cuestión. A estas alturas no entendía la pregunta de su madre, cuando en el pasado a nadie le importó si ella estaba bien o mal. No acudió nadie el día de visita durante la iniciación ¿A qué venía ahora esto?

- Sí, estoy bien. – Respondió sin ánimos. Resultaba completamente cínico seguirle el juego. Pero ella continuó con la farsa unos instantes más.

- Estábamos preocupados. No dudes en avisar nos en caso de que necesites algo. Tu tío Hardy quiere ir a verificar que todo está bien.- Su tono más conciliador surgió intentando hacerme caer en la trampa de la cordialidad. Aquel nombre propio hizo que se me helara la sangre. "El innombrable" quería volver a acorralarme, como un depredador que se sabe muy superior a su indefensa presa.

- ¡No!, no necesito nada.- Respondí en tono frío y despechado.

- Selen no seas tan dura conmigo. Sabes que te quiero. – La tensión que llevaba acumulada empezaba a volverme inestable, el labio inferior tembló levemente. Intenté aclarar mi voz, para que el timbre sonara suficientemente contundente.

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