¿La amistad? La comprensión de Sublatti

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Cuando entré, me llevé una gran sorpresa: esos tres ángeles ante Satanás, dos de ellos muertos y, el comandante, herido. Al final, no escucharon mi aviso. Dos demonios sujetaban al sobreviviente, mientras que los dos ángeles fallecidos estaban a un lado de la sala amontonados.
–Satanás... –Dije rompiendo el silencio–. ¿Qué ha pasado?
–Lelahel... Hemos encontrado a tres intrusos en la entrada del castillo –contestó. Se dirigió al preso–. ¿Por qué habéis venido aquí?
El comandante resopló.
–Es un asunto que a ti no te interesa, Satanás –respondió. Esto hizo que el jefe de los demonios comenzara a enfadarse. Éste se levantó de su asiento.
–No me gustaría cabrearme, comandante. Te preguntaré otra cosa más... ¿Fuiste enviado por el Creador?
–A decir verdad, no. Yo mismo hice esta misión, con el consentimiento del Creador. ¡No pienso decirte nada más, seré leal al Creador! –Exclamó. Esto, hizo que la poca paciencia del dios se perdiera. Cogió su espada y ésta ardió con furia. La levantó para darle su merecido, pero alguien se interpuso.
–¡Sublatti! Quítate, este ángel merece morir por el crímen que ha cometido –le ordenó, aunque ella no se movió.
La diablesa miró a Satanás y extendió sus brazos impidiendo que él le hiciera algo al intruso.
–Satan, te pido que no le hagas nada, por favor. Déjale prisionero en las mazmorras, siempre que haya alguien a cargo suya. Te lo suplico, enciérralo, pero no le hagas daño –dijo. Su tono de voz serio cambió a ser comprensivo y dulce.
Satanás viendo la situación, volvió a sentarse. Apoyó su rostro en una de sus manos, pensativo. Dirigió sus ojos hacia los míos, dudando con la respuesta de la petición. Me alejé de la puerta para situarme a su lado.

"¿Qué debo de hacer?" –escuché la voz del dios.

"Haz lo que quieras hacer. Sublatti seguramente, al convivir con un ángel, haya dejado de tenerle tanto odio" –contesté a su pensamiento.

Ambos miramos a Sublatti, que seguía manteniendo su postura defensiva.
–Está bien, consejera, acepto tu petición. Lo dejaremos en las celdas a cargo de alguien, pero necesito saber ahora quién será –decidió calmando a la demonio.
–Yo misma seré, Satan. No me importará vigilarlo, a no ser que Lelahel también quiera.
Negué con la mano.
–Prefiero que te quedes tú con el trabajo, consejera –repuse.
–Pues está decidido. Llevaros al prisionero a su lugar –ordenó el jefe a sus dos sirvientes, que salieron con el comandante–. Espero que sepas lo que haces, Sublatti.
Ella hizo una reverencia.
–No le decepcionaré –y se marchó.
Los únicos que quedamos allí fuimos Satanás y yo. Me puse en frente suya para hablar con él.
–Lelahel, he de pedirte algo. No sé por qué, he notado a la consejera un tanto extraño. Confío en que no sea nada raro, aunque te pido que vigiles a ambos, por si acaso.
–Lo haré si tú lo deseas, Satan... –Respondí.
–Veo que ya tienes bastante confianza para llamarme Satan. Llevas muy poco aquí y te has ganado mi respeto y admiración.
–¿No te importa que te llame así? También me gustaría preguntar algo. ¿Cómo podemos comunicarnos telepáticamente? A veces, escucho su voz en mi cabeza.
–Bueno, Lelahel, puede que sea por que estamos conectados el uno con el otro –sonrió.
–¿Y Sublatti no? –Cuestioné curiosamente.
–¿Ella? Es un caso aparte, pero tampoco sé la razón. Nosotros estamos unidos por el mismo sufrimiento, por el dolor que los dos hemos pasado.
Esas palabras me llenaron de valor.
–Satan, ¿sabe lo que es la amistad? –Solté de repente.
–Pues... No tengo ni idea. Me has pillado –dijo con humor.
–La amistad puede tener distintos significados, pero, para mí, es un sentimiento o emoción compartido. Con ella, pues reír, sentir algo diferente, confiar con el que tengas esa amistad,vivir aventuras... Muchas cosas.
–Es una buena definición, Lelahel. Puede que esa amistad es la que nos tenga unidos –comentó.
–Pues ya sabes lo que es. Con tu permiso, me iré a mi habitación un momento –hice un saludo para despedirme, y salí de allí cerrando la puerta.

Dishonored Angel(#0.2)[SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora