Ante Satanás

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Tras derrotar al fiel servidor de Satan que se encontraba en la sala del trono, Darkia se dirigió a unas escaleras que conducían al sótano, correspondiente a las mazmorras. Se topó con una enorme puerta, la abrió y halló su objetivo. Ante ella, estaban el jefe de los demonios sentado y a su lado una celda, dónde tenía presa a Sublatti.
-Aquí estás... -dijo él al verle.
-¡Tú! - le señaló desafiante.
-Estaba esperando este momento, ¿acaso tú no?
Yo no, desde luego. No quería ver cómo ella iba a asesinarle. Sabía que iba a pasar.
La recién llegada observó su alrededor y corrió hasta la presa.
-¿Sublatti, eres tú? ¡Sublatti! -introdujo uno de sus brazos para alcanzarle.
Ella se encontraba débil y derribada.
-¡Sublatti! Levanta...
-No te preocupes... Estoy bien... Ha llegado tu momento...
-Pero tú estás herida... Te sacaré de ahí.
-¡No! Ya no vale la pena luchar...
-No. Voy a ganar. Como le prometí a John y como te dije.
-Él ya no está... ¡Él ya no está! -dijo en un mar de lágrimas. ¿A qué se refería?
Espera... ¡Satan le dijo eso! Ella sabía lo de a Yandak... Aunque él se encontraba junto a nosotros, en el paraíso mirando.
-Sublatti... -murmuró Darkia preocupada-. ¿Qué le has hecho?
-Le he explicado cosas... ¿A qué has venido? -contestó el demonio sonriendo.
-He venido a matarte. Pagarás por lo que has hecho.
-¿Tú? ¿A mí? -se río, sin notar su fuerza y valentía.
Alguien me tocó el brazo. Me giré, sabiendo que era Yandak.
-¿Estás segura de esto? ¿Quieres seguir mirado?
Suspiré.
-Él ya no es quién conocí, solo es parte de mi mejor amigo...
El comienzo del enfrentamiento cortó la conversación. Mis ojos lo vieron todo el día que conocí a Diana, pude conocer el futuro y quién sería ella.
-Darkia nos sacará de todo esto, confío en ella. Es mejor esto que verles morir en mis brazos...
El ángel vuelve a su sitio, sin comentar nada. Tras nuestra conversación, vi a Sublatti atacando a Darkia. Ella se recuperó de aquella traición, impresionada.
-No puede ser...
La diablesa empezó a pegarle una paliza, sin dar posibilidad a su supuesta compañera de defenderse. El demonio se acomodó en la silla y cruzó los brazos satisfecho.
-¿Ahora no eres tan fuerte? Sabía que era tu debilidad...
-Cabró... -contestó sin terminar.
Con esto, presenciamos la primera batalla. Darkia procuraba no atacar a la diablesa, más bien se defendía o equivaba.
-Oye... Tú no eres mi enemiga... Somos compañeras, ¿lo recuerdas? No me abandones tú también...
Dejó de protegerse. Fue desarmada y no se le fue posible recuperar su arma porque Sublatti le derribó por tercera vez. ¿Por qué hacía eso? ¿Tenía un plan? ¿O estaba haciendo tiempo?
-Por favor... Basta -suplicó el ángel. Estaba tirada en el suelo, derrotada.
La demonio agarró a Darkia por el cuello y le alzó para terminar con ella. -Déjala -interrumpió el demonio-. Ya has hecho bastante. Es hora de jugar.
Me quedé asombrada. ¿Qué iba a hacer con ella?
Ella fue arrojada al suelo, haciéndole toser y expulsar sangre. Sublatti anduvo hasta Satan.

"No te rindas, levántate".

Como si me hubiese escuchado, Darkia se secó los labios y recogió la espada poniéndose en guardia.
-¿Estás preparada? Te propongo un desafío en el que ella te mandará a unos lugares y lucharás contra varios monstruos...
¿Lugares? ¿Monstruos? ¿Desde cuándo ella podía hacer portales?
Pensé en esa última pregunta, dándome cuenta de aquel día... Le sellé las manos, no puede curarse...
-No puede ser... Yo-yo le he dado ese poder... -murmuré sin que nadie se enterase.
Seguí observando. No sabía que había hecho tal cosa. Yo tampoco entendía nada. Apoyé mi cabeza sobre la pared, escuchando cómo todo esto se iba acabando.
-Espera... No... -La diablesa se negó a obedecer.
-¡HAZLO TRAIDORA!
Darkia se retiró, dispuesta a huir, pero, por desgracia, fue arrastrada por el hechizo de Sublatti.
-Se acabó, ha llegado demasiado lejos. Debo ir.
Ia me detuvo.
-No puedes, estás muerta y tu alma si sales de aquí desaparecerás.
-Darkia está en peligro, no iré allí exactamente. Viajaré hasta la última batalla y pararé a Satan. Darkia está en peligro.
El Creador asintió.
-Tú conoces la verdad, ve.
Me acerqué a la humana que se situaba al lado del dios.
-Tú y yo sabemos lo que necesito. Dámelo.
Ella sonrió vacilando.
-Te pareces a él, se nota que le has servido. Lo haré pero será una pequeña parte -posa su mano sobre mi cabeza y me otorga el poder que una vez me arrebató-. Úsalo bien, no resistirás mucho ahí fuera.
-Más quisieras tú... -me di la vuelta para partir. John por sorpresa me cogió la mano.
-¿Por qué haces esto si somos tus enemigos? ¿Le quieres?
-Si ella muere, yo ya no estaré y será un caos. ¿Quieres que ella nos salve, verdad? Solo le protejo, nada más -solté su mano, pronunciando las palabras para dar mi segundo viaje en el tiempo.

Mi plan funcionó. Ella acabó los desafíos y estaba a punto de perder en la batalla final. Como suponía, Satanás poseía mi medallón, haciendo que éste se iluminase y cegar a todos los que se encontraban en la sala. Salí de su interior, ante el rostro de Satan, o mejor dicho, una parte de él.
-Esto se ha terminado -al decir esto, el alma del gran demonio se esfumó y su cuerpo inerte cayó, volviendo todo a la normalidad.
Me teletransporté detrás del trono para observar la reacción de la ganadora del combate. Unas lágrimas cayeron por mis mejillas.

"Lo siento mucho... Te he traicionado...".

"No importa, es lo que debías hacer. Gracias por liberar una parte de mí, sé que lo lograrás, Lelahel" -esa voz provenía del medallón, reconociéndola como la del dios de los demonios, aquella que un tiempo oí.

"Será mejor que me vaya, no deben verme. Por ahora ya he cumplido mi parte".

Regresé al paraíso, dónde había una celebración de aplausos y vítores por la caída de Satanás. Pasé por al lado de Yandak, quién se mantuvo firme.
-Tú le pusiste esa maldición, ¿cierto? Al igual que mi hijo. ¿Qué pretendes? Tarde o temprano ellos se encontrarán y se enfrentarán.
-Sé lo que hago. ¿Acaso no sabes quién le ha derrotado a él? Lo he visto todo con mis propios ojos, no retes el poder de un dios.
-¿Tú, una diosa? No me hagas reír.
Hice una mueca.
-Dentro de cinco días ella será nombrada reina de los demonios y un año y medio después, partirá al cielo en busca de respuestas de las mentiras del Creador. No me creas, cuando pase, a ver quién ríe primero...

Dishonored Angel(#0.2)[SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora