Capitulo 60

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*POV Lauren

Ella me envolvió, me mandó que regresara a mi habitación, evadió y se dirigió a la sala nuevamente.

Después de aquel día los otros fueron un infierno.

Camila no se acercaba a mi, ya que mi mamá dejó bien claro que no la quiere en mi cuarto. Yo no podía ir tras ella porque siempre que lo hacia me mandaban de regreso a la cama. Y no había nada más que hacer.

Casi grité de felicidad cuando el médico me liberó para regresar a mi vida normal. Después de un largo y aburrido mes.

Estaba en la mitad de la madrugada y yo seguía en la sala, ya que no aguantaba más en mi cuarto, cuando escuché a alguien bajar corriendo.

Camila: Lauren, estás viendo eso? -corrió a la ventana, alegre- está nevando. -dijo con un brillo en sus ojos- de verdad. -se quedó mirando, encantada-

-nunca has visto la nieve? -pregunté, arqueando una ceja-

Camila: No. Mira eso, es tan blanca. Y están cayendo tantos copos. -sonrió, animada- vamos afuera? -preguntó, saltando de alegría-

-estás loca? Mira la hora. Y además afuera debe de estar muy frio.

La miré unos segundos, ella seguía con el rostro pegado en la ventana, casi no pestañeaba mirando la nieve. No tuve el coraje para estropear su sueño.

-está bien. -murmuré- ponte algo más caliente que eso y vamos.

Camila: en serio? -quitó sus ojos de la ventana, para mirarme. Asentí- AAAHHH, muchas, muchas, muchas, muchas gracias. -se lanzó encima de mi, abrazándome-

Retribuí al abrazo y dando un beso en su frente. Entonces ella subió corriendo para cambiarse. Hice lo mismo, pero menos animada. Mucho menos.

En un tiempo relativamente corto Camila estaba parada en la puerta de mi cuarto.

Camila: vamos Lauren, ponte rápido esas botas. -apresuró, ansiosa- quiero tomar muchas fotos en la nieve. -sonrió, mostrándome su cámara-

-está oscuro, déjalas para mañana.

Camila: tomare mañana también. -garantizó, siguiéndome mientras bajaba, como una niña- podemos hacer un muñeco de nieve?

-mañana puedes hacer lo que quieras. -afirmé, tomando las llaves de la puerta y abriéndola- pero hoy solo iremos un rato allá afuera.

Camila: está bien. -concordó, medio contraída-

Cuando abrí la puerta totalmente ella corrió frente a mi, animada. Y sin demoras se sentó en la nieve, tocándola con la mano en la que no tenía guante.

Camila: mira eso. -habló, encantada, mirando su mano con la nieve-

En cuestión de segundos, ella hizo una bola y me la lanzó, riéndose.

Camila: disculpa, siempre quise hacer eso. -sonrió, mirándome-

Negué con la cabeza y me senté a su lado.

-no tienes frío?

Camila: te juro que ahorita no estoy pensando en eso. -sonrió, haciendo un corazón en la nieve-

Entonces miró al cielo, sintiendo los copos de nieve caer en su rostro, con los ojos cerrados.

Camila: disculpa, pero tendré que hacer esto. -avisó-

Sacó su lengua, capturando uno de los copos. Tuve que reír.

-por Dios, eres muy turista. -la miré, todavía riendo- ven aquí. -la empujé hacia atrás, cayendo junto a ella en la nieve, rodamos en ella, varias veces, mientras reíamos como dos niñas. Nos lanzábamos bolas de nieve la una a la otra. Diseñábamos en ella. En fin... después de una hora estábamos más que cansadas. Camila se sentó con las piernas en forma de indio, mirando la calle blanca. Me senté a su lado.

The exchange (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora