*POV Lauren
Carajo, sabía que la bomba explotaría cuando llegara a casa. Todavía estaba deseando que todos estuvieran durmiendo cuando llegara, pero la suerte no estaba de mi lado.
Michael: una vez más decepcionaste a todo el mundo. -comenzó el sermón- yo te di una oportunidad Lauren, me hice el loco de lo del trabajo, pagué el arreglo del auto, que salió caro y lo di por alto. Pensé que tomarías conciencia y cambiar, pero no, tú no cambias nunca.
-no hice nada que tú y mamá no hayan hecho.
Michael: quédate callada. -dijo molesto- nosotros te dimos educación, úsala. Cuesta mucho tomar el teléfono y avisar que no vas a llegar? -me quedé callada- responde Lauren.
-se me olvidó, está bien?
Michael: estás consiente de que ese olvido casi que mató a todo el mundo de preocupación? Queriendo o no, nosotros somos tu familia y cuando no llegas a casa nosotros nos preocupamos. Nos quedamos pensando en cualquier tontería, saber si pudieras estar muerta en alguna esquina, una pelea en un bar o un accidente automovilístico. Puedes estar segura de que esto te costará caro, Lauren. -cerró el asunto, subiendo detrás de mi mamá, que ya se había ido-
Me senté en el sofá, pensando en estar sola, cuando escuché una voz detrás de mi.
Camila: nadie te puede ayudar, si no eres la primera en hacerlo. -me volteé, mirándola- me duele ver a tu familia ser destruida por tu culpa. Taylor no recibe ni la mitad de la atención de tus padres, porque ellos están siempre ocupados corrigiendo tus errores. -comenzó- tu hermano siempre está en las esquinas, sólo, porque no entiende lo que está pasando. -suspiré- tus papás sufren por tu culpa y tú que haces!? Ignoras todo y solo piensas en ti misma.
-porqué todos ellos simplemente no me dejan vivir mi vida? -me levanté, mirándola- será que nadie entiende que el problema es solo mio?
Ella se quedó callada unos segundos, entonces me miró con desaprobación.
Camila: sabe qué eres? Una irresponsable, una inmadura. Tú no te mereces ni la mitad de lo que tienes, de todo el amor que te dan. -cerré mi mano en un puño al lado de mi cuerpo, si hay algo que odio es que se metan en mi vida- intenté ayudarte, llamar tu atención, ir despacio. -se acercó- pero ya perdiste, me demostraste que no eres digna de ayuda. Lauren, yo te di un voto de confianza, dejé que me tocaras, te besé. -bajé mi mirada- siento asco de ti, de la bella persona que demostraste ser.
Ahí yo exploté.
-escucha una cosa Camila, yo nunca te prometí ninguna mierda, nunca te dije que iba a cambiar, nunca te pedí matrimonio. Eres una estudiante de intercambio que cree que puede salvar el mundo con media dulzura en una palabra y que vive en un mundo de sueños. No eres nadie para darme clases de moral, casi ni te conozco.
Camila: en mi mundo de sueños las personas son más interesantes que las de la realidad. -me miró, todavía calmada- y tienes razón, no soy nadie para ayudarte. Sólo soy una idiota que cree de más en las personas.
Dicho eso, dio la vuelta y subió, cerré los ojos con fuerza y pasé las manos en mi cabello. MIERDA.
*POV Camila
Lagrimas de vergüenza ya brotaban en mis ojos, entré al cuarto olvidando completamente que Taylor estaba ahí. Ella se asustó cuando abrí la puerta fuertemente.
Taylor: que susto niña. -colocó la mano en su pecho, empujándose de la cama- qué pasó?
Mierda, mierda, mierda. Odio no conseguir disfrazar mis estados.
-nada. -me senté en la cama, un poco nerviosa por tener que hablar.
Taylor intentó abrazarme, en lo que yo lo impedí.
-Taylor, no lo tomes a mal, pero si me abrazas ahorita yo me voy a desmoronar. - dije sincera, con mis labios temblando- yo sé que voy a llorar, espera para calmarme.
Taylor: claro, discúlpame. -se sentó a mi lado- no quieres hablar sobre lo que pasó, verdad? -asentí-
Ella se quedó callada, a mi lado. Respiré profundo varias veces, asegurando las lágrimas e intentar dejar de pensar en lo que pasó.
Un tiempo considerable después, lo conseguí.
-creo que estoy bien. -miré a Taylor, que seguía callada en el mismo lugar- gracias. -sonreí-
Taylor: chica no tienes idea como me fue difícil quedarme sin hablar. En buena onda, no vuelvas a hacer eso nunca más conmigo.
-no te impedí que hablaras.
Taylor: si, lo sé. Pero no era un buen momento para tener una conversación. -dijo sincera-
Le sonreí y dejé que se desenfadara al hablar, porque, realmente, debió de ser una tortura para Taylor quedarse callada.
Los días fueron pasando, aunque lentamente, corté todo y cualquier tipo de conversación con Lauren, no le dirigía ni una mirada. Aumentaba la falta de mi hogar, hay días que me siento perdida por aquí. Las cosas no cambiaron mucho estos dos meses que pasaron, tomando en cuenta que Taylor y Drew finalmente se hicieron novios. Lauren continua haciendo las mismas cosas de siempre, pero, por más que me duela tener que Clara se encargue de cuidarla cuando llega en un estado de más allá que aquí, yo no muevo ni un dedo para ayudarla, la verdad, finjo que ni veo. Las clases comenzarán mañana, para no quedarme aquí aburrida decidí matricular varios cursos, como inglés, cocina y teatro. Ya Taylor estaba terminando el tercer año, entonces, infelizmente, no estará conmigo.