Capitulo 53

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*POV Lauren

Las palabras simplemente saltaban fuera de mis labios, sin tener algún control sobre ellas. Fue algo involuntario, que vino no sé de donde, pero, ni en un millón de años me arrepentiré de haberlas pronunciado, por lo menos no después de ver aquellos ojos color chocolate llenos de tanta emoción, de sorpresa, cariño. Y más que eso, saber que todas esas cosas buenas fueron causadas por mi.

Por mi!!!

Se puede creer? Pues lo es. Un recuerdo cuando fue la última vez que alguien me miró sin ser con pena, odio, puro deseo o una mirada vacía.

Camila: yo no sé qué decir.

Entonces bajó su mirada, mirando sus propias manos. Intervine ahí mismo, tocando su barbilla levemente y haciéndola volver a mirarme.

-no me prives de ver lo que pasa contigo. -pedí, con la voz un tanto baja- tus ojos dicen todo lo que tú no puedes.

Ella sonrió un poco, tímida, casi vuelve a ver hacia abajo, pero siguió con su mirada prendida en la mía.

-linda. -elogié, tocando su rostro-

Yo simplemente no tenía control alguno sobre mi misma, mis manos no dejaban de tocarla, mi boca se quedaba soltando palabras al aire. El efecto de sus ojos sobre mi es más devastador de lo que imaginaba.

Camila: quieres saber otra cosa más? -preguntó, aún tímida-

-no, creo que con eso basta. -suspiré- ahora saldrás de aquí, no? -adiviné, sintiendo una corazonada extraña en mi pecho-

*POV Camila

-no puedo. -dije con la voz baja, aún mirándola- Taylor se está metiendo mucho conmigo, por causa de nosotras dos. -conté, un poco tímida-

Lauren: deja a mi hermana allá, de todas formas ella seguirá incomodándote, es lo único que sabe hacer. Quédate aquí conmigo. -pidió, mirándome con aquellos ojos verdosos, llenos de ternura- o aún mejor -dijo animada- salgamos. Conozco un buen lugar al que podemos ir, di que sí, si?

Me reí con la alegría de ella y acabé aceptando. Y confiando en el lugar que Lauren escogió, igual aquel paseo al parque fue maravilloso la última vez. Fuimos en el carro hasta un lugar que parecía un gimnasio, entramos y me encontré con una pista de patinaje sobre hielo.

-estás jugando? -hablé, incrédula- no sé patinar, mal consigo equilibrarme en un salto alto. -exageré-

Lauren: Hey, yo estoy aquí, no? -me tomó de la mano- no te dejaré caer, te lo prometo.

Habló, ya llevándome al lugar en donde nos colocamos los patines. Cuando estábamos listas, Lauren me ayudó a entrar en la pista, me sujeté al pasamanos que había en la pared, mientras ella parecía muy segura frente a mi.

Lauren: ven, dame la mano. -estiró su brazo-

-si yo suelto esto me caigo. -dije, con mis piernas temblando, muy descoordinada-

Lauren: ya te dije que no te dejaré caer. Vamos, sujétate. -indicó su mano-

Cerré los ojos, en un intento patético de pasarme autoconfianza, solté el pasamanos en el mismo segundo que me agarré, con la dos manos, en el brazo de Lauren. Sentí que mis pies se deslizaban sobre la superficie de hielo y la seguridad de que me iba a caer me visitaba fuerte. Mi lancé en sus brazos, sin medir las consecuencias de que podíamos caer. Con una agilidad que nunca tuve, ella me sujetó, manteniéndonos en pie. Hasta parece fácil hacer esto.

-Por Dios, nunca voy a lograr moverme. -me quejé, con los brazos en torno a su cuello-

Lauren: todo el mundo piensa así, eso se llama miedo a lo desconocido. Suele pasar, pero yo te voy a ayudar, al final es por eso que estoy aquí.

-no es eso, estás aquí porque querías salir de alguna forma. -rebatí, ganando tiempo quedándonos quietas-

Lauren: estoy aquí porque creo que todas las personas deberían tener la oportunidad de saber como es patinar. -colocó sus brazos en mi cintura- ahora vamos. Vas a salir de aquí siendo una patinadora profesional.

Me colocó frente a ella, soltó mis brazos de su cuello y los suyos de mi cintura y sólo tomó mis dos manos, moviéndose por la pista y llevándome con ella. Al principio estaba teniendo dificultades en no deslizarme mucho y acabar tropezándonos, con tranquilidad y paciencia, por parte de Lauren, acabé sujetándome mejor y moviéndome en un solo ritmo.

Lauren: eso, vas muy bien. -comentaba, mientras me instruía-

Cuando perdí el miedo comencé a aprovechar más y por fin divertirme. Lauren cada vez me pasaba más confianza, consiguiendo que lo hiciera mejor. Hasta que noté que sus brazos ya no me tocaban más, ella iba atrás, patinando. Me desconcentré con eso y resbalé, en ese mismo momento ya estaba nuevamente en sus brazos.

-no me sueltes. -dije entre dientes-

Lauren: linda, ya estabas haciéndolo sola hace rato.

Pasamos una noche maravillosa patinando, es chistoso como, a pesar de ya ser tan tarde, una cantidad absurda de personas entraban y salían del lugar. En ese instante ya nosotras estábamos saliendo.

Lauren: quieres pasar a otro lugar? -preguntó, cuando estábamos de camino a casa-

-no, creo que es mejor regresar.

Lauren asintió, en ese momento sonó su celular.

Lauren: atiende por mi. -pidió, concentrada en la carretera-

Tomé el celular e hice lo que me pidió.

-hola?

Keaton: hey, ese teléfono no es de Lauren? -reconocí la voz inmediatamente. Juró que pensé en responderle que no-

-sí, lo es. Ella está conduciendo.

Keaton: pásale el teléfono, gata.

No, no se lo voy a pasar, idiota además, gata será tú...

-claro. -dije con una falsa voz alegre- es Keaton, Lauren.

Ella se detuvo y atendió. Los escuché planeando algo, Lauren casi no hablaba, solamente escuchaba, creo que para que yo no descubra lo que es. De hecho, algo bueno no ha de ser. Ella colgó y volvió a conducir. Callada.

Entonces supe, se acabaron los 30 minutos de paz con ella.

Al día siguiente me levanté temprano y fui a caminar, Taylor estaba en la escuela, así que tuve que ir sola. Antes de salir consté que Lauren ya no estaba en casa. Me coloqué los audífonos, dejé una canción sonar y caminé algunas cuadras.

Cuando me encontré con Keaton.

Y Lauren.

Ambos estaban del otro lado de la calle, de espaldas a mi. Y lo que me sorprendió, estaban rayando un muro. En plena luz del día, como dos idiotas. Negué, no puedo creer que ella esté agrediendo de esa forma la propiedad de alguien. Hice algo que creí sería lo correcto.

Llamé a la policía.

Si, Lauren me va a matar. Estoy totalmente consiente de eso, pero tal vez un susto le enseñe a no volver a causarle algo tan deshumano a la ciudad. Y de paso le doy un susto a Keaton, para ver si, por fin, se coloca en su lugar.

El de idiota.

Fuera del hecho de que ella está haciendo algo increíble, tengo toda la decepción que vino, por haber creído, una vez más, que ella podría intentar ser una mejor persona. Y que las palabras habían sido verdaderas.

La suerte de ella es que siempre estoy en todos los lugares correctos, a la hora correcta. Desde que llegué a Miami no hay nada que ella haga y yo no lo descubra. Y joderle su vida.

The exchange (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora