*POV Lauren
Camila se dio vuelta, sentándose sobre sus piernas antes de comenzar a hablar.
Camila: Lauren, puedo preguntarte algo? -asentí, viéndola.- no te rías, está bien!? -pidió.- tú...hm...-pasó la mano en su cuello, tímida.-...me encuentras una mujer deseable?
Pestañeé varias veces seguidas viéndola, antes de responder.
-me estás preguntando si tú me excitas? -una pequeña sonrisa jugaba en mis labios mientras ella cada vez se ponía más roja. Llevé una mano hasta su cuello y le di tres pequeños y leves besos.- no tienes idea de cuánto me dejas loca. -miré sus ojos.- no tienes noción de la loca necesidad que tengo de poder besar todo tu cuerpo. -deposité un beso en su hombro.- de cuánto tu olor me hace delirar.
Camila: estás jugando, no? -preguntó, aun avergonzada.- yo no tengo, hm...-pensó.-...atributos. -lo dejó así.-
-ah, no tienes? -levanté una ceja, entonces incliné mi cuerpo hacia el frente haciéndola acostarse, quedando sobre ella. Bajé la mano por la lateral de su cuerpo, contornando su cintura. Seguí acariciándola, hasta tocar sus piernas bien torneadas. Rocé mi nariz por su mejilla.- definitivamente eres una mujer deseable. -murmuré.-
*POV Camila
Las simple palabras de Lauren hicieron que todo mi cuerpo entrara en alerta, por más que sabía que parte de eso se debe al hecho de que su mano está paseando libremente por mi pierna. De repente se detuvo y me observó, sus ojos quemando mi piel.
Lauren: ahora me dejaste con la curiosidad...-su voz salió un poco ronca.-...yo te excito?
Abrí completamente mis ojos, qué diablos es esa pregunta!? Quiero decir, cómo ella tiene el coraje de ponerme más avergonzada de lo que ya estoy!?
Lauren: vamos, responde. -pidió al verme.-
-si...-murmuré, bajo.-
Lauren: cómo? -fingió no escuchar. Dios, no dejes que ella haga esto por mucho tiempo.-
-Si, Lauren, me dejas completamente loca. -dije más alto.- satisfecha?
Lauren: bastante. -provocó, llevando sus labios hasta mi oído.- te gusta cuando te toco? -susurró, capturando el glóbulo de mi oreja con sus dientes.-
Me limité en asentir. Ella bajó su mano por mi brazo, acariciándolo.
Lauren: me encanta sentir tu cuerpo junto al mío. -se acostó sobre mi, sin lastimarme, obviamente.-
Su peso leve me completó, me calentó y me hizo desear que no saliera de ahí.
Lauren: te quiero tanto, como nunca antes quise a alguien. -seguí hablando bajo, sujetó una mecha de mi cabello y enredó su dedo en el.-
Bajó sus labios hasta mi hombro, en donde alejó la manga de mi blusa y besó, para seguidamente dar una mordida. Suspiré. No aguanté toda aquella provocación y tomé su cabeza, hasta tener sus labios en los míos, Lauren comprendió mi desespero e inicio un beso repleto de movimientos, presioné su cuello, en el instinto de acercarla más a mi. Su boca carnuda me llamaba cada vez más, hasta llegar al punto en el que no aguanté y mordí su labio inferior, para seguidamente saborearlo lentamente.
*POV Lauren
Sentirla tan cerca es un riesgo, una prueba para mi autocontrol, pero, al mismo tiempo, también una necesidad. Sus pecho contra el mío, su piel incendiándose con cada toque, la entrega involuntaria de su cuerpo...todo me llama. Todo me enloquece. La necesidad de quitar su ropa y hacerla mía era fuerte cada vez que ella se movía debajo de mí. Cuando sujetó mis labios, provocativamente, sentí que no aguantaría un segundo más. Bajé la boca por su cuello, chupándolo, marcándola. Sus manos se enredaban en mis cabellos como respuesta, apretándolos. Su pequeño cuerpo se contraía con cada toque, mostrando el deseo que ella sentía. Llevé mis labios hasta su oreja, en donde mordí levemente.
-por Dios Camila, quiero hacerte el amor. -susurré, con mi voz ahogada.- quiero sentirte estremecer en mis brazos. -seguí hablando, sin control.- quiero amarte toda la noche, lentamente. -su cuerpo se erizó.-
Camila: nunca...-su voz casi no salía, limpió su garganta antes de seguir.-...nunca antes quise tanto eso como ahora. Como contigo.
Mi corazón latió sin ningún control, si fuera otra persona ahí, ni siquiera le preguntaría antes de proseguir. Pero no es cualquier persona. Y no quiero que su primera vez sea en mi cuarto, con las ventanas abiertas y sin ninguna rosa cerca
