*POV Lauren
Taylor comenzó a reírse de repente, la miré, confundida.
-qué te dieron de beber? -tomé su café lo miré, bromeando.-
Taylor: nada. -tomó la taza de vuelta.- es sólo que encuentro graciosa la forma como hablas de Camila. -fue cesando su risa.- tus ojos brillan.
-y eso es gracioso? -la vi, sin poder contener una sonrisa.-
Taylor: es diferente. -se recostó en la silla.- no pudiste haber acertado más al elegir a alguien para enamorarte.
-tuve suerte. -decidí ponerlo así.- ahora ella...-lo dejé en el aire.-
Taylor: ella te adora. -completó, sonriendo.- aun con todas las bobadas que haces. -asentí lentamente.-
-eso me asusta. -moví la pajilla en mi jugo.- a veces pienso que ella merece a alguien menos problemático. -cerré un poco mis ojos.- alguien que pueda cuidarla.
Taylor: Lauren, no te has dado cuenta de que tú la tratas de una forma completamente diferente? -levantó una de sus cejas.- tú la cuidas. Créeme.
Consideré eso algunos segundos. Terminamos el desayuno y regresamos a casa, cuando entramos, riendo y conversando, mi mamá y Camila, quienes estaban lavando la vajilla se detuvieron para mirarnos. Fui hasta ellas, le di un beso a mi mamá y abracé a Camila desde atrás, besando su cuello. Lo que la hizo erizarse.
*POV Camila
El poder que ella tiene sobre mi cuerpo es impresionante, el frío era enorme cuando sus labios se posaron en mi piel. Cuando conseguí un poco de consciencia miré a Clara, con miedo de su reacción, pero ella estaba hablando muy animada con Taylor.
-Lauren...-susurré y señalé a su mamá con los ojos.-
Lauren: ya la besé a ella también. -susurró de regreso, haciéndose.-
Sus brazos presionaron aun más mi cuerpo, mientras sus labios trazaban una línea de hormigueo en mi cuello, subiendo y bajando. Intenté concentrarme en el plato que secaba, pero fue imposible.
Lauren: cinco minutos, en mi cuarto. -susurró nuevamente en mi oído, dejando el aviso y salió.-
La miré incrédula. Terminé de secar el plato, pensé algunos segundos, mandé todo a la mierda y fui a buscarla.
Golpeé dos veces su puerta antes de abrir.
Lauren: siete minutos, estás atrasada. -bromeó, llevándome hacia sus brazos.-
-sólo vine porque soy curiosa. -puse mis manos en sus hombros.-
Lauren: sólo por eso? -habló bajo, rozando los labios en mi mejilla.-
-no. -suspiré, rindiéndome. Sujeté su rostro entre mis manos.- me dejas loca.
Lauren: te quiero mucho. -miró dentro de mis ojos, haciendo mi corazón latir muy rápido.- quiero tocarte todo segundo. -acarició mi brazo.- mirarte. -citó.- hacerte sonreír. -siguió hablando. Contornó mis labios con su dedo.- besarte...-encerró con la voz muriendo en su garganta mientras sus ojos se enfocaban en mi boca.-
*POV Lauren
Llevé mi mano hasta su cuello y la tomé más cerca, poniendo mis labios en los de ella. Los moví lentamente, sintiendo su sabor invadirme. Sintiendo el único momento en el que siento que nada me falta. Con la otra mano presioné su cintura, de una forma protectora. Posesiva, un gesto mudo de decir eres mía. Sus manos paseaban por mis cabellos, la caricia inocente de una mujer que aun no crece completamente. De una mujer pequeña, que logra hacer conmigo lo que nunca alguien experimentado pudo hacer.
Mi lengua exploraba cada lugar de su boca, intentando al máximo conocerla completamente. Llevé la mano que estaba enredada en su cabello hacia su rostro, en donde hice un leve cariño. Su perfume me estaba haciendo alucinar, no resistí al impulso de, después de darle un ultimo beso, bajar los labios hasta su cuello, inhalando al máximo su aroma y dejándole la piel de gallina, provoqué, rozándolos por ahí, jugando. Cuando la escuché suspirar un poco más alto una satisfacción recorrió mi cuerpo, por causarle eso. La levanté en mis brazos hasta llevarla a mi cama, el lugar en el que nunca me gustó que otras chicas estuvieran más de lo necesario, digámoslo así. No me sorprende permitirle que se quede ahí el tiempo que quiera. Me acomodé por ahí, sentándola entre mis piernas, su cuerpo recostado en mi pecho, pasé los brazos en torno a ella, después puse su cabello sobre su hombro izquierdo, para poder dejar besos por su cuello.
Camila: puedo saber qué te dio hoy? -preguntó, con la voz débil.-
-la conversación que tuve con Taylor me ayudó para darme cuenta de la maravillosa niña que es. -respondí, en el momento.- y quería pasar un tiempo con esa chica. -besé rápidamente su rostro.-
