*POV Camila
Por una fracción de segundos creí que ella se echaría atrás, por eso tuve que ser rápida, para no dejarla pensar mucho. Solamente cuando la sentí tan entregada en cuanto dejé de acosarla. Ella rozó sus labios en los míos, mordiéndolos, luego se volvió y se levantó.
Listo, me dejó en la palma de su mano.
Fue la primera cosa que se me vino a la mente. Pero ella solo fue a trancar la puerta y regresó sonriendo. Entonces así, sin decir nada, pasó sus labios por mi abdomen, sobre la blusa que usaba, hasta llegar nuevamente a mi boca. Solamente hizo una caricia en el lugar y desvió el rumbo hacia mi mejilla, deslizándose por mi cuerpo, en donde saboreaba torturantemente, me agarré de sus cabellos y llevé mi cabeza hacia atrás, dándole un mejor acceso al lugar. Suspiré al sentir sus labios calientes jugar con mi piel. Y con mi autocontrol.
Sin embargo ya había decidido que no sería la única que iba a sufrir hoy, viré mi cuerpo, obligándola a dejarme el control. Me senté sobre su regazo y me incliné sobre ella, rozando mis labios en su cuello. Sonreí al instante en el que noté que la reacción fue directa. Toda su piel se estremeció. Mezclaba besos y chupetones por todo el lugar, con cada suspiro de Lauren me sentía más mujer.
Como la buena niña que es, no quiso ser controlada por mucho tiempo, volviendo a dejarme bajo su cuerpo. Su mano recorrió mis curvas, mientras sus labios capturaban el glóbulo de mi oreja. Todos mis sentidos surgieron cuando su cálida mano tocó mi piel fría, debajo de mi blusa, hasta que, con habilidad, se deshizo de ella.
Y quedó sin aliento al darse cuenta que no usaba nada debajo de ella.
Lauren: eres increíble. -comentó, en medio de una risa.- pasaste mucho tiempo pensando en cómo ibas a seducirme? -jugó.
Me encogí de hombros, incapaz de decir cualquier cosa. Ella sonrió y llevó sus labios hasta mis senos ahora desnudos, depositando un beso entre ellos. Rápidamente mi cuerpo se incendió cuando su boca capturó uno de ellos, apreté su brazo con fuerza, mientras una sensación intensa de placer recorría mi cuerpo. Cuando pensé que iba a dejar de torturarme, dejó lo que hacia en uno de mis pechos para dirigirse al otro. Sentía su excitación crecer, haciéndome entregarme cada vez más. Todo en mi se contraía con cada movimiento que ella hacía.
*POV Lauren
Ella ciertamente se tomó el día para dejarme loca, extrañaba de una forma absurda su piel contra la mía, sentir su perfume, el sabor de sus labios, el toque de sus manos... yo la quería tanto que era imposible controlar cualquier acción. En segundos me probó nuevamente que es el única que consigue alertarme completamente solamente al ver su cuerpo desnudo. La sentí llevar mi blusa hacia arriba, la ayudé un poco, para que pudiera quitarla, pasé mis labios por la punta de su nariz y luego saboreé rápidamente su labio inferior.
Darle placer a Camila es lo que me hace sentir especial. Presto atención a cada reacción de su cuerpo, cada pequeño escalofrío que puedo causar en ella. Dejé sus pechos junto a los míos, aumentando cada vez más el estado critico en el que me encontraba. Bajé las manos por su cuerpo, presionando su muslo, mientras volvía a besarle los labios.
En poco tiempo estábamos sin nada. Ella rozaba su cuerpo en mi, provocando. Sujeté su rostro, levemente, haciéndola verme a los ojos.
-te amo. -no me contuve de hablar.
Camila: yo también te amo. -me respondió, sin aliento.
Después de esto, hice un camino por su abdomen, intenté torturarla un poco dando besos entre sus muslos lentamente, en ese entonces sentí que era hora de hacerla mía, una vez más. Puse mis dedos para que hicieran lo que más sé hacer con ellos, con todo el cuidado la hice sentirme, percibiendo, una vez más, que Camila me completa totalmente. Nuestros movimientos eran rítmicos, con cada pequeño gemido que ella dejaba escapar yo me sentía más completa.
Estar así con Camila me hace darme cuenta que no necesito nada más en el mundo.
De vez en cuando ella se movía más rápidamente, probándome que está tan loca con todo esto como yo. Mis labios no dejaban de tocarla, necesitaba estar en total contacto con ella. Todo el tiempo.
Su cuerpo cayó sobre la cama y seguidamente el mío hizo lo mismo, se relajó en mis brazos. Le di la vuelta en la cama, ella quedó frente a mi. Sus cabellos enmarañados, el cuerpo sin fuerzas y los labios temblorosos solamente me hacen ver como la amo. Y como la quiero ver así más veces. Entregarse. Mía.
-te amo. -dije nuevamente, sonriendo, depositando un beso sobre sus labios.- te amo. -repetí, en medio de otro pequeño beso.- te amo.
Camila: te quiero. -habló ronca, en un idioma que no conocía.
-otra vez esto? -pregunté, recordando otra vez que ella pronunció esas mismas palabras, sin que yo entendiera.
Camila: quieres saber lo que significa? -asentí, curiosa.- te amo. -me tradujo.
Y me sentí como una gran idiota al no descubrir eso desde la primera vez que ella lo dijo.
-yo te amo en todos los idiomas. -jugué. Ella sonrió y se acurrucó sobre mi cuerpo, intentando recuperar el aliento.
*POV Camila
La habitación fue inundada por el silencio, tan profundo que pensé que Lauren se había dormido, cuando levanté la mirada para espiar me encontré con el verde de sus ojos. Y recibí una hermosa sonrisa.
-recuerdas como era difícil hacerte sonreír? -recordé, en voz baja.
Lauren: recuerdo como eras tramposa y te robabas los juegos de cartas para obligarme a mostrarte los dientes. -me reí levemente.
-que calumnia, siempre fui mejor que tú en los juegos. -me defendí.- la culpa es tuya al dejarme escoger lo que quiero.
Lauren: porqué era tan importante para ti ver mi sonrisa? -preguntó, acariciando mi cabello.
-no era importante para mi, solamente era importante para ti.
Lauren: disculpa? -parpadeó, sin entender.
-así tal cual, necesitabas abrir la cara, ya tenías telarañas de tanto mal humor. -ella comenzó a reírse.
Me apoyé en el abdomen de Lauren, para ver su rostro.
Lauren: eres increíble, sabías? -sonrió, dándome un beso en la nariz.
Sonreí de regreso, dándole un leve beso en los labios, Lauren aprovechó para morder mi labio inferior, mientras sonreía.
Lauren: tengo algo para ti. -me contó, de la nada. Y se levantó.
Intenté, juro que intenté no ver su cuerpo. Pero no resultó.
Sus pechos y el contorno perfecto de su cintura, el cabello castaño, el contorno de los muslos, todo en Lauren era atractivo. Y lo primero que pensé la primera vez que la vi regresó a mi mente.
No existen personas así en México.
Ella regresó, ahora con un short y una camiseta sin mangas, holgada que no sé en qué momento se lo puso, con la guitarra y un papel en las manos.