Capitulo 109

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*POV Camila

Me desperté en medio de la noche, con las manos sudando y mi corazón disparado. Una pesadilla. Con cada sonido que daba el suelo o los muebles me cubría bajo las sabanas. Mis ojos vagaban por la habitación, deteniéndose en sombras desconocidas y en el pasillo oscuro que podía ver a través de la rendija de la puerta. El sonido de la respiración tranquila de Taylor me mostraba que solamente yo estaba despierta. No pestañé ni lo pensé dos veces para tomar mi almohada e ir tras la única persona que consigue calmarme, solamente al tenerme en su brazos. Entré a su cuarto, de puntillas, para no asustarla, pero cuál fue mi sorpresa!? Su cama estaba vacía y sin rastro de que ella hubiera estado durmiendo y fue al baño o yo que sé. Mi estomago se encogió. Ella fue a la tal fiesta. Me senté en su cama, intentando impedir que los malos pensamientos tomaran cuenta de mi mente, mi cuerpo temblaba, tenía miedo. Con miedo de mi pesadilla. Con miedo de lo que ella puede hacer estando sola con Wesley. Necesitaba a Lauren hoy, necesitaba que me tocara y me dijera que todo fue un sueño y que ya pasó. Que me distrajera con sus bobadas y me dejara dormir sobre su cuerpo, pero, encima de todo, quería que no tirara todo a la basura nuevamente. Me acosté en su cama y tomé el cobertor, tapándome, me agarré en su almohada, para, por lo menos, sentir su perfume, en un vano intento de sentirme mejor. Cerré los ojos y le pedí a Dios, que por favor, no la deje sola. Que no la abandone esta noche. No sé cuánto puede aguantar mi corazón.

La noche se pasó lenta, torturante, si pude dormir una hora fue mucho. Me levanté a las 6 de la mañana, con el sol naciendo y los ojos pesados, los recorrí por la habitación, con la esperanza de encontrar a Lauren, pero el mismo vacío de la noche pasaba se instalaba ahí. Cuando supe que no había ninguna oportunidad de que el sueño regresara fui al baño a pasarme agua en la cara y bajé a prepararme algo de comer, pero me trabé antes de llegar a la cocina.

Mis ojos no querían creer lo que veían, en mi garganta se formó un nudo y me quedé paralizada ante la escena digna de pena.

Lauren estaba tirada en el suelo, de cualquier forma, como si estuviese desmayada, la ropa desordenada, el contorno de los ojos rojo y en las manos una bolsita con un polvo cualquiera. Negué con la cabeza y tiré aquello de ella, mi cuerpo entero temblaba y no sabía qué hacer primero. Me senté en el sofá, sin fuerzas para ayudarle a levantarse. O despertarla. Vi lo que antes ella sujetaba y suspiré.

Increíble.

Respiré hondo varias veces antes de levantarme y deshacerme de las drogas. Mi cabeza me dolía, cantidad de pensamientos me dejaban tonta y el principal de ellos aun era un básico porqué!?

Sin oportunidad de poder levantarla yo sola, tuve que llamar a la única persona capaz de ayudar, aunque fuera muy temprano como para incomodarlo, tuve que hacerlo y gracias a Dios llegó pocos minutos después.

Drew: Dios mio. -se llevó un susto cuando vio a Lauren.-

-pues si. -fue todo lo que pude decir.-

Me crucé de brazos, viendo desde lejos, asustada. Con pesar. Drew la llevó a la habitación, con cierta dificultad y en seguida bajó nuevamente.

-discúlpame por haberte incomodado a esta hora, pero no sabía qué hacer. -suspiré, sentándome. Me siento débil. Él puso su mano en mi hombro.-

Drew: es difícil para todos nosotros. -intentó confortarme.- estoy en esta contigo.

Preparé un café muy fuerte para nosotros dos, no sentamos en sala en silencio, mi mirada se enfocó en un punto cualquiera en la pared, mientras sostenía con fuerza la taza en mis manos.

Drew: estás decepcionada, no? -preguntó, con la voz débil.-

-no sé ni que es lo que siento ahora. -me encogí de hombros.- creo que estoy anestesiada.

Drew: yo también me he quebrado mucho la cara con Lauren. -me contó.- pero admito que nunca llegué tan lejos como tú. -tomó un poco de café.- tú la cambiaste demasiado y debes sentirte orgullosa de eso. -sonrió de un lado.- pero no es fácil que ella deje un vicio de años.

-lo sé. -suspiré.- sólo que ella no pide ayuda, no quiere ayuda.

Drew: ella tiene miedo, vergüenza, y es orgullosa. -citó.- Clara y Michael fingen no ver el problema. -negó con la cabeza.- ellos son personas geniales, pero no escuchan el grito de desesperado de su hija pidiendo auxilio. -asentí, lentamente.- nunca nadie se importó tanto con eso hasta que tú llegaste. -me confió.- yo me sentía sólo en esta batalla. -lo miré, atenta.- ...nunca nadie antes le había extendido la mano a Laur de esa forma. -moví mi café.- creo que es la primera vez que ella se da cuenta que hay más personas que la quieren por el carácter, por la vieja Lauren... no solamente esos amigos idiotas que tiene. -rodó los ojos.- y yo te estoy eternamente agradecido por haber recuperado una parte de mi mejor amiga que pensé que ya había muerto.

Me quedé martillando las palabras de Drew por un buen tiempo, necesitaba llamar la atención de Clara y Michael por Lauren, hacerlos abrir los ojos, entonces, cuando todos ya habían despertado (y preguntando porqué Drew está ahí tan temprano) decidí hablar.

-no hay una forma fácil para decir esto... -decidí comenzar así.- ...entonces, discúlpenme si suene un poco sin corazón, pero Lauren llegó drogada ayer. -lo tiré, de una sola vez.-

La expresión de Clara cambió, su sonrisa espontanea de siempre se esfumó, a medida que el choque pasaba por su rostro. Michael parecía más firme, sosteniendo la mano de su esposa. Mientras Taylor negaba con la cabeza, sin poder creerlo como yo cuando la vi.

Clara: creí que eso ya había terminado. -balbuceó las palabras.- ya hacía un tiempo que ella venía bien.

-discúlpenme, es su hija y yo soy simplemente una estudiante de intercambio, pero, en mi opinión, Lauren nunca estará verdaderamente bien. -expuse lo que pensaba.- ella necesita ayuda, pero tiene miedo de pedirla.

Clara: querida, tú ya hiciste tanto por ella, Lauren viene teniendo un humor diferente desde que estás aquí... -sonrió, un poco.- ...y al final de cuentas, parece que la conoces mejor que nosotros, que somos su familia.

No respondí nada, porque no había más qué decir. Ahora está en las manos de ellos también, el peso era mucho para soportarlo yo sola.

Unos minutos después pasé frente al cuarto de Lauren y vi a Clara sentada a su lado. Ella estaba apagada, todavía. Los ojos de aquella mujer que me acogió tan bien estaban bañados en lagrimas al ver el estado en el que se encontraba su hija mayor. Me atreví a entrar y colocar una mano sobre su hombro, ella necesita de un amparo mayor al que yo cuando la encontré. Al verme ahí, ella soltó una media sonrisa en medio del llanto que sostenía y sujetó mi mano, buscando fuerza.

-ella va a salir de esta, la señora va a ver. -murmuré, sincera.- Lauren es fuerte, aunque a veces acabe dejándose llevar.

Clara: me siento tan culpable. -soltó, con la voz baja.- debí ayudarla antes de que llegara a este estado.

-ella no quería que la ayudaran. -intenté apaciguar su culpa.- ella no se iba a dejar ayudar.

Clara: pero pude haber insistido... -su voz iba fallando.-

-no te quedes mortificando por algo que ya pasó... -sugerí.- ...pensemos en el ahora.

Clara: ay, querida, tú eres un ángel. -se levantó, abrazándome.- gracias por todo lo que has hecho, fue una bendición que llegaras acá.

-gracias a ustedes por acogerme tan bien. -respondí, de vuelta, a esa señora tan cariñosa que aprendí a respetar y amar.

Unas horas más tarde Lauren despertó, bajó las escaleras con pasos lentos, mientras una pequeña careta de dolor se formaba en su rostro a medida que se movía. En cuanto me vio se paralizó, en medio de las gradas. Retirada.

The exchange (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora