*POV Camila
Sonreí al ver a Drew en la puerta, pareció que él hubiera medido el tiempo en que el elle se demoraba para estar lista, esta encantador. Saludo, con las manos detrás del cuerpo, como todo un caballero.
Drew: buenas noches. Taylor está lista?
-si lo está, deme dos minutos, iré a llamarla. -volví a la sala en donde Taylor ya estaba de pie- ve allá con todo amiga.
Taylor: deséame suerte. -pidió, sosteniendo mis manos-
Las de ella estaban heladas.
-quédate tranquila, todo va a salir bien. Tú no necesitas de suerte. -le guiñé, ella sonrió-
Taylor se acomodó su escote, se dio un último vistazo en el espejo y se dirigió hasta la puerta. Me quedé espiando, él le dio unas rosas, sonreí, feliz porque las cosas le están saliendo muy bien a mi nueva hermana.
Volví a la sala, Clara estaba sosteniendo su bolsa y Michael colocaba la cartera en su bolsillo.
Clara: CHRIS, PONTE UN ABRIGO, ESTÁ HACIENDO FRIO AFUERA. -gritó- Mila, querida, iremos al cine, quieres acompañarnos?
-no, gracias. Prefiero quedarme, si no les importa. -sonreí-
Clara: está bien querida, descongela algo para comer. Cualquier cosa llama a Lauren, ella tampoco irá.
Asentí, luego la pareja y Chris salieron, dejando la casa en completo silencio. Fui a la cocina a preparar algo para comer.
Hm... realmente no sé como usar estas cosas. Miré escéptica la cocina, luego el microondas, como si por arte de magia las cosas comenzaran a funcionar.
Lauren: creí que todos habían salido. -su voz surgió de la nada, dándome un susto- tan típico de ti, asustarte. -negó con la cabeza, tomando un banco para sentarse-
-tú que apareces como un fantasma.
Lauren: la próxima vez entro aplaudiendo. Pero bueno, qué estás intentando hacer?
-comida. -ignoré la parte de los aplausos- pero no sé usar eso.
Lauren: la tecnología todavía no llega a México?
-cállate. Enciende eso entonces sabelotodo.
En cuestión de segundos, ella lo encendió, me quedé con rabia.
Lauren: yo escuché un gracias? -inclinó su oído hacia mi-
-no te creas la dueña del zoológico cuando en realidad eres sólo un mono. -dije de mal humor-
Lauren: me ama mucho esta mujer. -dijo riendo, la fusilé con la mirada- caray, estás estresada hoy?
-sólo no tengo animo para bromitas. Quieres cenar?
No tengo la menor idea porqué la estoy tratando así, seguramente me golpeé en una teja.
Lauren: depende... tú vas a cocinar?
-no, ella. -señalé al lado como si hubiese alguien ahí- María, prepara la comida. -fingí hablar con la tal persona-
Lauren: haz caso María. -entró en el juego-
Volteé los ojos y tomé las cosas para preparar una masa.
Lauren: eeeestá bien -se levantó- si no tienes ganas de hablar retiraré mi insignificancia.
Ella se dio la vuelta para salir. Cerré fuertemente los ojos. Droga.
-Lauren. -llamé-
Ella volteó, lentamente, sus ojos se enfocaron en mi rostro, sentí que me ruboricé.
Lauren: qué?
-no... -suspiré, tomando un poco de coraje- ...no quiero que te vayas. -dije por fin- quiero decir... tú sabes manejar bien todo esto. -señalé los aparatos de la cocina- y además es aburrido quedarme sola.
Lauren: está bien, está bien. -volvió, acercándose a mi- no necesitas convencerme para quedarme.
-está bien. No me atrases más o terminaremos comiendo alguna comida instantánea.
Luego la cena estaba lista, comimos en silencio, retiré los platos de la mesa y los fui a lavar.
-ya estás bien, verdad?
Lauren: lo estoy. Sólo recaigo algunos instantes.
-tú hablas como si fuera muy normal casi que vomitar las tripas.
Lauren: después de la vigésima vez, si, es normal.
-porqué no intentas dejar de usar esas porquerías? -me di la vuelta hacia ella, recostándome en el fregadero-
Lauren: porqué las personas no dejan de echarme en cara eso? Yo solo me hago mal a mi misma.
-que bueno que lo sabes. Sólo que estás equivocada en un punto. Tu bienestar afecta a todos los que te aman, es importante para los otros verte con salud.
Lauren: porqué eso te afecta tanto?
-porque tengo el pésimo habito de querer ayudar a todo el mundo. Y porque cuando tú llegas bebida o drogada, yo soy quien te cuida.
Confesé, dejando la cocina corriendo en seguida.