*POV Lauren
La fe que ella puso en mí, la esperanza, la seguridad de que iba a curarme me hace sentir la peor persona. Copiando nuevamente una de las frases de Camila, pedí la misma cosa que ella hace unos meses atrás. Que me consolara.
"te necesito aquí, necesito ver tus ojos y estar segura de que todo estará bien."
Respiré hondo y decidí leer lo que estaba escrito en la página en la que estaba la fotografía. ¿Para qué? Las lagrimas regresaron con todo, solamente con una frase.
"gracias por ser una guerrera. Por ser fuerte."
La siguiente frase me mostró que ahora sí lo perdí todo, perdí el único motivo por el cuál podía luchar nuevamente contra las drogas.
"cuando queremos algo podemos conseguirlo, basta tener a alguien que crea en nosotros, que nos apoye."
Entonces, como por arte de magia, los recuerdos eran tenues y una nube negra se puso sobre ellos. Frases dolorosas, de heridas, de enojo, volvieron.
"Creí que podías cambiar, que querías hacerlo por nosotras..."
Cerré los ojos con fuerza, queriendo alejar los pensamientos. Sin embargo ellos solo se volvían más claros.
"no soy capaz de vivir con una decepción como tú."
Una decepción es eso lo que soy para Camila ahora. Es eso lo que soy para mi misma.
*POV Camila
El viaje hasta México fue largo, tuve tiempo para pensar en cosas que, la verdad, no quería. Lagrimas iban y venían. Constantemente. La película ya no tenía mi atención. Cuando llegué estuve segura de que, ahora sí, acabó. Respiré hondo, tomé mi bolsa y bajé del avión. El aire caliente tocó mi rostro, completamente diferente al de Miami. me invadió una sensación extraña, sintiéndome perdida, como si este no fuera mi lugar. Hasta que vi a mi familia. El llanto era inevitable cuando abracé a mi mamá, todo el anhelo reprimido volvió, sentir su perfume materno me calmó. Lo mismo ocurrió con mi papá. Con mi hermana que estaba enorme. Y con Marielle y Sandra.
-te pintaste el cabello. -acusé a Sandra, secando las lagrimas mientras la veía.
Marielle: solo cinco veces. -se burló, riéndose.- mi Dios, mírate Camila, pareces una modelo. -sujetó mis manos.- con esa ropa elegante.
-son tus ojos. -bromeé, riendo.
Sinu: mi amor, estas hermosa. -me abrazó nuevamente.- queremos saber todos los detalles del viaje.
Sofi: mana, me trajiste mi muñeca? -preguntó, acercándose a mi.
-claro que te la traje, pero quiero mi beso antes. -ella lo dio, sonreí.- en casa mana te la da, está bien? -asintió, sonriendo.
Cuando llegué al apartamento habían más sorpresas, varios familiares estaban allá, con un pastel y un cartel de bienvenida. Conté por encima del viaje a todos, mostré fotos, distribuí regalos. Veía a esas personas. Aquella casa. Aquel lugar. Y parecía no poder encajarme, hablar en español nuevamente fue todo un desafío, las palabras venían en inglés a mi mente, necesitaba traducirlas antes de dejarlas salir.
Mi cabeza parecía que iba a explotar en cualquier momento. Y mis ojos seguían buscando a personas que ahora están muy lejos.
*POV Lauren
El sol reflejaba en la ventana e iluminaba el cuarto. Según el calendario ya hacía una semana desde que estaba ahí. Y dos desde que Camila partió. Recuerdo que a Bianca decir que le costó creer que yo misma me hospitalicé otra vez. Y que estaba respondiendo con más entusiasmo al tratamiento. ¿Motivo? Las palabras de Camila venían dejándome muchas noches sin dormir. En casa dejé solamente una nota antes de regresarme al centro, obviamente mis papás llamaron para saber si era verdad. La ayuda psicológica fue muy útil porque necesitaba desahogarme. Las agujas ya no me lastimaban, estoy en un estado en el que no siento nada, el dolor por haber perdido a Camila no le deja espacio a ningún otro.
Miré hacía fuera y vi a Bianca saliendo de un carro. Acompañada. Un tipo rubio, de cabello largo la acompañó hasta la puerta, en donde intercambió un rápido beso con ella. Sonreí, no sabía que tenía novio.
Quién diría que me gustaría quedarme aquí. Los medicamentos fuertes no me mantienen mucho tiempo despierta, bloqueando mis pensamientos y no dejar que los martille por mucho tiempo.
La navidad ya estaba llegando, podré ir a casa, pero luego tendré que regresar aquí.
No me puedo quejar.
Bianca: cómo está mi paciente más linda? -jugó, entrando.
-se siente traicionada. -me crucé de brazos.- porqué no me contaste que tenías novio?
Bianca: nunca preguntaste. -se encogió de hombros, dejando su bandeja de siempre.
-no tienes hijos, o sí? -arqueé una ceja, ella comenzó a reírse.
Bianca: no, solo un novio. -se acercó a mi.- te vas a querer quedar aquí hoy? O regresarás a la cama?
-me quedaré aquí. -ella asintió, poniendo con cuidado las agujas en mi brazo.
Luego en cuestión de segundos mis ojos pesaban...