*POV Camila
Aunque sabía que esta era la última y mejor salida, mi corazón se hizo pedazos al escuchar la conversación que venía desde abajo. Michael se puso de pie para hablar y al final lo dijo de cualquier forma, sin sondeos, sin prepararla antes. Sé que tiene razón pero la forma en la que se lo comunicó a Lauren no fue la mejor y por eso me quedé con miedo al verla salir sin rumbo. No pensé dos veces antes de ir tras ella, aunque no lo merezca, ella necesita apoyo ahora.
La busqué por las calles más cercanas, en los bares que sabía que frecuentaba, en el parque y en la heladería. Y nada que la encontré. Pero, como siempre dicen, debemos buscar en donde menos creamos. Y fue entonces que la vi sentada en una piedra en medio de la playa. El viento golpeaba su rostro, a lo lejos parecía una sirena, mirando el mar, cuando me acerqué pude ver la confusión de sentimientos representados en las lagrimas incontrolables que caían por su rostro. Me sentí sin suelo.
Me senté a su lado, en silencio y vi hacia el mismo lugar al que ella miraba. No pasó mucho tiempo para que se diera cuenta de que estaba ahí.
Lauren: hace cuánto tiempo sabías?- preguntó desviando la mirada hacia el mar, sin preocuparse de esconder que lloraba.
-yo no lo sabía. -mi voz no salió más alta que un susurro.
Lauren: yo no necesito de ese tipo de ayuda. -dijo con su voz llena de dolor.- la ultima cosa que me hará bien es quedarme viendo a personas tirarme en la cara que soy drogadicta, día tras día. -parpadeó varias veces, por cuenta de las lagrimas. Su boca estaba temblando.- no quiero despertar y que haya alguien viéndome con pena, tratándome como una idiota. -mordí mis labios, sosteniendo el llanto.- yo no quiero eso, Camila, no quiero. -colapsó nuevamente, llorando mucho más fuerte.
La empujé hacia mis brazos, ella me abrazó con fuerza, buscando algún tipo de apoyo, las lágrimas ya caían por mi mejilla. Coloqué mis dedos en sus cabellos y los apreté, solamente para demostrarle que estoy con ella.
-todo va a estar bien. -susurré.- al final te darás cuenta que esto te hará bien.
Lauren: pero yo no quiero ir. -se alejó, viéndome. Sus ojos verdes bañados por lagrimas, con dolor, con miedo.
-escúchame... -sujeté su rostro y la hice verme.- ...créeme que si tuviera otra manera te juro que movería montañas para que no fueras... -afirmé.- pero sé que en el fondo estás consiente de que no hay nada más que podamos hacer. -ella lloraba bajo.- no funcionó de la manera en la que intentamos y no quiero y no voy a dejar que arruines tu vida.
Lauren: la cuestión es que no tendré más vida luego de ser internada. -contrarrestó, respirando hondo.- me voy a volver loca. -puso las manos en su cabeza.
-te prometo que será por poco tiempo. -sujeté sus manos.- y que saldrás bien de ahí, saldrás libre de ese vicio.
Lauren: y saldré cuando ya te hayas ido. -murmuró, viendo nuestras manos unidas.-
Abrí la boca para responder, pero no pude decir nada. Porque ella tenía razón.
Lauren: no entiendes que el único motivo por el cuál todavía no he tirado todo a la mierda y desistí de intentar curarme eres tú!? -respiré profundo, intentando no volver a llorar.- que en el momento en el que ya no te tenga más, no tendré por qué seguir luchando contra el vicio!? -dejó las lagrimas seguir cayendo.- que si todos los días despierto con ganas de mejorar es por ti!? -con cada palabra que ella decía mi corazón latía más fuerte.- que no es por mí o por mis papás o por cualquier otra persona que intento ser diferente, que es por ti, solo por ti. -dijo en voz baja.- todo es por ti Camila. -me vio.- porque quiero ser lo suficientemente buena para estar a tu lado, quiero que estés orgullosa de mi. -sin poder controlarlo volví a llorar.- quiero poder cuidarte, acogerte, hacerte reír... -dijo con la voz tierna.- ...quiero alejar tus miedos y nunca decepcionarte. -apreté su mano.- pero todo me sale mal, mientras más lo intento, más te lastimo.
-no digas eso. -negué con la cabeza.- y estoy orgullosa de ti, sé que eres fuerte, que eres única. -pasé la mano por su rostro, acariciándolo.- y me haces sonreír por el solo hecho de que existes. -acabé sonriendo, entre lagrimas.- me haces sentir viva, Lauren. -puso su mano sobre la mía.- me haces sentir ama... -me trabé.
Lauren: qué? -me vio, esperando que siguiera.
-nada, iba a decir una bobada. -decidí dejarlo así.- en fin, solamente no quiero volver a escucharte decir que haces todo mal.
Lauren: y yo nunca quiero volver a escucharte decir que sentirte amada es una bobada. -respondió, para mi sorpresa.- porque es exactamente así como yo me siento contigo. -admitió, viéndome fijamente a los ojos.- nunca me sentí tan amada como contigo, nunca sentí que le importara a alguien o que realmente me quisiera hacer sonreír. -dijo sincera.- que gustara de mi compañía y que hiciera las cosas más simples volverse únicas. -tocó mi mano.- recuerdo todo, Camila, cada momento, cada detalle... -confesó.- recuerdo cuando estábamos en el parque y como era estúpida contigo, recuerdo nuestro primer beso y en el club, cuando me seguiste. -sonreí.- recuerdo nuestra pelea regresando de la heladería y de nuestra noche viendo las estrellas. -citó.- recuerdo como insistías para verme sonreír y como sonreía en la nieve. -dio una pequeña sonrisa.- yo simplemente lo llevo todo aquí. -puso su mano sobre su corazón.- el intercambio es tuyo, pero quien ganó con todo esto fui yo.
-recuerdo cuánto odiabas la playa. -sonreí, un poco.- y que ironía encontrarte aquí.
Lauren: cuando Taylor decía que este lugar es bueno para encontrarse no le creía. -me vio.- pero ahora la playa pasó a ser uno de mis lugares favoritos. -sonrió.
*POV Lauren
Sujeté su barbilla levemente, un poco más calmada que hace unos minutos atrás, cuando acabé explotando, rocé mis labios en los suyos, sintiendo su respiración tocar mi rostro, la tomé hacia mis brazos, hasta tenerla en mi regazo, pasé mi mano por su pierna, mientras unía por completo nuestras bocas, iniciando un beso salado por cuenta de las lagrimas. Sus brazos se envolvieron en mi cuello, mientras me concentraba en ese momento, olvidándome de todos los problemas que rodaban en mi mente. Me agarré a su cuerpo como una especia de refugio, ella siempre termina siendo mi puerto seguro. Su perfume cada vez más me dejaba loca, yo la quería como nunca antes quise a alguien, la quería para mi. Y si para tenerla es necesario internarme, entonces traigan la camisa de fuerza.
Encerré el beso con uno suave en sus labios y envolví su cintura con mis brazos, Camila se recostó a mi, acurrucándose.
-gracias. -murmuré, dándole un beso en su mejilla.
Camila: por...? -preguntó, sonriendo.
-por una vez más aparecer en el momento exacto. -llevé su cabello hacia un lado, besando su hombro.
Camila: sí, soy una buena persona. -tiró, haciéndome reír un poco.
-odio llorar frente a otros. -comenté, secando su rostro.- me siento débil.
Camila: que tontería. -me vio.- yo te encuentro muy fuerte. -sonrió.- sólo las personas grandes tienen el coraje de mostrar sus sentimientos.
Le sonreí, dando un beso en su nariz. Infelizmente no podía quedarme fuera de casa para siempre, regresé junto a Camila, mis dedos entrelazados en los de ella, grabando cada pequeño detalle de su rostro o del paisaje alrededor, porque después todo esto será solamente un recuerdo.