Capitulo 121

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*POV Camila

Cerré el diario y lo dejé sobre la repisa del cuarto de Lauren. Salí de ahí en el mismo instante en el que tocaron el timbre. Taylor abrió. Escuché la voz de Harry invadir el ambiente, fui hasta allá.

-creí que ya me habías olvidado. -hice drama, yendo a abrazarlo.

Harry: jamás te olvidaría mi flor de maracuyá. -sonrió, retribuyendo al abrazo.- luego, vine a ver si quedó algún lugar para mi en tu maleta... -comentó.- ...puedes llevarme como un recuerdo de Miami. -lo vi, riendo.- mucho mejor que esas camisetas en las que está escrito: "estuve en Miami y me acordé de ti." -carcajeé.- me vas a decir que nunca tuviste una?

-de Miami nunca, pero de otros países sí. Varias. -me senté en el sofá, al igual que él.- no quiero que el señor me olvide cuando me vaya. -hice un puchero.

Harry: tienes algún trauma con ser olvidada? -preguntó.- porque es la segunda vez que me lo dices en menos de cinco minutos.

-déjame, estoy sensible. -me defendí.- escucha, quiero verte yendo a México como un actor reconocido. -sonreí.- luego te exhibo por allá.

Harry: claro que iré. -afirmó.- al final tengo toda la pinta de actor. -carcajeé, nuevamente.

-porqué siempre eres tú quien me anima? -pregunté, sonriendo.

Harry: ah, porque tengo ese maravilloso don de tratar a las personas... -dijo convencido.

*POV Lauren

Puedo decir que perdí la noción del tiempo, no tengo la menor idea de qué día es hoy y mucho menos sé si Camila todavía sigue en Miami o si ya se fue.

El solo pensar que en este momento ella puede estar lejos de mi, más lejos, quiero decir, mi corazón se hace pedazos.

Bianca: buenas tardes mi paciente preferida. -entró, sonriendo.

-debes decirle eso a todo el mundo. -rodé los ojos, bromeando.- quería estar feliz con tu presencia, pero siempre que vienes tengo que consumir algo...

Bianca: tienes que estar feliz por verme, mi bien. -sonrió, dejando su bandeja de siempre.- me enteré que te portaste muy bien este fin de semana que no estuve. -elogió.

-sí, ahora soy toda una buena niña. -suspiré.

Ella asintió, viendo los medicamentos que preparaba.

Bianca: cómo van las charlas con la psicóloga? -preguntó, ahora viéndome.

-apuesto a que ya te pasaron el informe completo. -moví mi cabello.

Bianca: así es, pero quería que tú me lo contaras. -se encogió de hombros.

-yo quería salir de aquí. -la vi.- no se puede tener todo lo que se quiere, no? -jugué.

Bianca: es tan horrible tener que verme todos los días? -entró en el juego.

-es horrible no poder ver a Camila. -suspiré.- ni siquiera sé si todavía está en Miami.

*POV Camila

Me senté sobre la cama de Lauren, en forma de indio, viendo alrededor. Los últimos dos días se pasaron muy rápido, dividí mi atención entre Taylor y Harry, que a todo momento dejaban claro lo mal que se sentían con mi partida. Hoy, sin embargo, 48 horas antes del vuelo, tomé un tiempo para Lauren. O para los lugares que más me hacen recordarla. Pasé todo el día reviviendo nuestro tour por Miami, aprovechando para despedirme de la ciudad. Ahora, son casi las 9 de la noche y estoy sola compartiendo un momento en el lugar en donde su presencia es más fuerte. Clara y Michael salieron temprano, no tengo la menor idea a donde fueron, y Taylor está con Chris jugando videojuegos, así que conseguí un tiempo para mi.

Tomé una de sus fotos, que estaba sobre una mesita y la vi, mi corazón se apretó involuntariamente. Me quedé vagando por ahí una media hora, cuando escuché sonar desde abajo una voz conocida. Una voz que inundó la casa y que hizo a mi cuerpo responder inmediatamente.

Sólo que, no puede ser.

Una vez más la voz se escuchó fuertemente, afirmándome que no me estoy volviendo loca, mis ojos se llenaron de lagrimas con tan solo escucharla, aunque probablemente sea solo me imaginación.

*POV Lauren

Naturalmente la nostalgia de mi familia era enorme y aunque todavía no me hayan dado de alta definitivamente, aprovecharía estos pocos días que me liberaron para estar junto a ellos. Pero sin embargo la casa parecía estar vacía, no tendría el coraje de preguntar por Camila, pero aun así mis ojos la buscaban por el lugar. Estaba sintiéndome sofocada con toda esta tensión, necesito sentarme y entender que ella ya no está más aquí.

Me solté del abrazo apretado de mi hermana y seguidamente encontré a quien buscaba. De lo alto de las escaleras, viéndome sorprendida y sin poder creerlo. Antes que yo pudiera reaccionar, ella bajó corriendo y se lanzó en mis brazos, la sujeté de la cintura, abrazándola, tan sorprendida como ella al saber que todavía estaba aquí. Un suspiro de alivio se escapó de mis labios, escondí mi cabeza en su cuello, inhalando su perfume y sintiéndome como temblaba.

Por primera vez, desde que llegué, lloré.

Cerré los ojos dejando que las lagrimas cayeran, levanté mi rostro, dándole varios besos en su mejilla y notando que ella también lloraba.

Recosté mi frente en la de ella, viéndola a los ojos, llevé mi mano hasta su rostro, tocándola. La falta era tanta y tan grande que no podía contener las caricias. Yo lloraba por el dolor que sentí al creer que ya la había perdido. Por el desespero de estar junto a ella. Por la certeza de que no sobreviviré ni un segundo más cuando ya no la tenga aquí.

The exchange (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora