Capitulo 94

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*POV Camila

No entendí bien lo que ella intentaba decir, pero la abracé fuertemente. En su voz había agonía, un terror que nunca antes había escuchado. Coloqué una mano de mis manos en su cabello y apoyé mi cabeza en su cuello, ella presionó sus brazos en vuelta a mi cuerpo, sus manos temblaban y yo no sabía qué hacer para calmarla.

-Lauren, todo está bien. -garanticé.- estoy aquí, nada malo te va a pasar. -murmuré contra su cuello.-

Lauren: no me dejes salir. -pidió.- no me dejes echar todo a perder, no otra vez.

-no te voy a dejar, voy a quedarme contigo, quédate tranquila. -acaricié sus cabellos.-

Salí del abrazo y sujeté su rostro entre mis manos para en seguida recostar mi frente en la suya.

-tuviste mucho coraje al venir a mi. -la miré.- eso es ser fuerte. -le sonreí.- tranquilízate, ya casi son las diez y media, falta poco para ir a dormir y todo va a pasar.

Lauren: mi garganta quema cuando pienso en las...-no completó la frase.- es horrible, me dan ganas...

-no pienses en eso. -intenté ayudarla.- lo lograrás.

Toqué sus manos, estaban sudando, sus dientes temblaban, denunciando todo el desespero que ella sentía en ese momento.

Lauren: no lo voy a lograr. -dijo nerviosa.-

-sí, si lo harás. -afirmé.- ven aquí, necesitas sentarte.

La llevé de la mano hasta su habitación, cerré la puerta e hice recostarse. Me llamó para acostarme a su lado, lo hice. Me acomodé sobre su pecho, mientras ella acariciaba mi cabello.

-hablemos -sugerí.-...cuéntame, cuál es tu color favorito? -intenté distraerla, como se hace con un niño cuando quiere mucho alguna cosa.-

Lauren: hace un tiempo atrás no tenía ninguno. -respondió, con la voz un poco débil.- pero ahora creo que me gusta el marrón. -respondió viendo mis ojos, mi cuerpo se erizó con la indirecta.- y el naranja también. -completó.-

Saqué diferentes asuntos, pero ninguno lograba distraerla por mucho tiempo.

Las manos de Lauren volvieron a sudar y el desespero era obvio en su mirada, una agonía subía por mi cuerpo al no poder hacer nada para quitarle ese sufrimiento.

Lauren: no lo voy a lograr, Camila. -su voz estaba cargada de dolor.- mi garganta está seca. -colocó la mano en su cuello, para demostrar.- no puedo luchar contra esto.

-claro que puedes, mi amor. -sujeté su rostro, haciéndola verme.- yo sé que puedes.

Lauren: tu amor? -repitió, prendiendo sus brazos en torno a mi cuerpo y colocando su frente en la mía.-

-sí, mi amor. -no negué, su nariz rozaba la mía, en una tímida caricia.-

Lauren: solo tuyo. -susurró, pasando sus labios en los míos.-

-sólo mío. -afirmé, con mi corazón contraído, como siempre. Acabé completando con dos palabras en español, para que ella no me entendiera. No todavía.- te quiero.

Lauren: cómo? -preguntó, confundida.-

-nada, una bobada.

Lauren: eso es injusto. -hizo una mueca.- odio no saber lo que dices. -acarició mi rostro.- tomaré un curso intensivo de español. -bromeó.-

Sonreí, por haber conseguido distraerla. Por lo menos por un tiempo.

*POV Lauren

Intentaba concentrarme en las palabras de Camila o en cualquier otra cosa que no fuera como mi cuerpo pedía algún estimulante. Pero sé que si hoy estoy así, mañana estaré peor. Comencé a morder mi mano, en un claro acto de nerviosismo que Camila capturó.

Camila: te vas a lastimar. -sujetó la mano que estaba en mis labios y la alejó, delicadamente.-

-no aguanto más. -me levanté rápidamente de la cama.- me voy a volver loca. -llevé la mano hasta mis cabellos, mientras caminaba de un lado al otro.- sé que intentas ayudarme, pero no da resultado. -la miré.- necesito de las dr...-suspiré, sin terminar la palabra.- si no es hoy, mañana o después...-cité.- la necesidad no pasará hasta que las tenga en mi.

Camila: no me voy a rendir. -dijo firmemente.- hasta que rompas la puerta y salgas corriendo, voy a intentar calmarte. -se levantó también, viniendo hasta mi.- porque tú me pediste que no te dejara hacer eso...-se detuvo frente a mi.-...y te prometí que no te dejaría.

La vi, mis dientes temblaban, sentía vergüenza de mi estado. Vi la puerta y luego la volví a ver a ella. Varias veces.

Me senté en la cama, derrotada. Ella acarició mis cabellos. Observó mi cuarto unos segundos, hasta que vio algo que llamó su atención. Se encaminó hasta mi guitarra.

Camila: puedo? -la indicó con la cabeza. Asentí, confundida.- quieres que te muestre mi canción?

-escribiste una canción? -pregunté, sorprendida.-

Camila: si, pero aún no la termino. -hizo una careta.- hace años de eso. -se sentó en la cama, puso la guitarra sobre su regazo y tocó algunas cuerdas.- déjame ver si recuerdo como se hacía esto...-comenzó despacio, con el ritmo.- Ahora que crujen las patas de la mecedora y hay nieve en el televisor...-cantó, algo bajo.-...Ahora que llueve en la sala y se apagan las velas de un cielo que me iluminó...-me paralicé con su voz

The exchange (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora