*POV Camila
Con las manos temblando y el rostro inundado por una cantidad absurda de lagrimas, casi no podía reaccionar. Diversos sentimientos afloraron juntos, cada pequeña letra escrita en la carta cortaba mi corazón, el dolor que ella puso en la misma, la historia que me confió, los miedos, las crisis, los porqués... ella lo soltó todo, compartió conmigo lo más importante que tenía, su mayor secreto. Ni un millón de palabras bonitas pueden tener un significado tan especial como el que ella tuvo al confiar en mi para contarme toda su historia. Mi autocontrol viajó al espacio, junto con mi estado emocional. Yo no tenía idea por lo que ella pasaba, del sufrimiento que era para ella, de como se sentía realmente. Lauren siempre mantuve una fuerte postura, decidida e intimidante, pero ahora que bajó la guardia, puedo decir que conocí el lado más encantador que ella puede tener. El lado máshumano. Cuando Taylor regresó todo mi cuerpo temblaba y lloraba alto, sin poder contenerme, ella me abrazó y se quedó en silencio, sabiendo que lo que menos necesito ahora son palabras. Sólo necesito sacar todo el nerviosismo y la emoción que su carta me trajo. Me acosté encogida, abrazada a una muñeca de trapo que, según Taylor, siempre la ayuda a sentirse mejor cuando está triste por algo. Cerré los ojos, sintiéndolos calientes y pesados, por cuenta del llanto. Poco después me llevé un susto al sentir que alguien tocaba mi brazo. Hasta que me encontré con ese par de ojos verdes posados sobre mi rostro, de una forma tierna que calentó cada parte de mi corazón.
Me llevaron casi cinco minutos para darme cuenta de que había sido un sueño.
No estoy segura en qué momento me dormí, pero sé que cuando recuperé la conciencia no había nadie ahí. Tiré lejos las sabanas y decidí ir a buscarla. Entré de puntillas a su cuarto, Lauren estaba hacia el lado contrario al que yo me encontraba, creo que escuchó algún ruido, porque se dio la vuelta rápidamente, un poco asustada. Entonces vi sus ojos.
Diferentes a los de mi sueño, el hermoso verde de ellos estaba llenos de lagrimas, el contorno de sus ojos hinchados, alegando que durante algún tiempo ella no dejaba de llorar.
Me sentí pequeña cerca de la escena.
Sin esperar una invitación, o un permiso, me acosté a su lado siendo rápidamente aceptada en sus brazos. Ella lloraba como nunca antes la vi hacerlo, las lagrimas caían dolorosamente, su respiración era pesada y su cuerpo entero temblaba con la descarga de emociones. Y yo no pude hacer nada más que llorar con ella, aunque un poco más controlada. Acaricié su cabello, distribuyendo algunos besos en él, con el desespero de quitarle todo ese sufrimiento. Quería alejarla de todo mal que la aflige.
-todo va a estar bien. -susurré.- no llores más, por favor. -supliqué.- me mata verte así.
Ella apretó aun más mis brazos alrededor de mi cuerpo, besé su rostro, varias veces, quitando algunas lagrimas.
No tenía el coraje de ver sus ojos nuevamente.
*POV Lauren
Su perfume era casi un calmante, tenerla en mis brazos me ayudaba a intentar contener las lagrimas, aunque en parte me sentía sofocada por el dolor de saber que tendré que soltarla.
No sé por cuánto tiempo.
Camila: deja de llorar... -ella pidió, nuevamente, apoyándose en mi y pasando sus pequeños dedos por mi rostro.- si? -dijo tierna, acercándose más.- hm? -insistió, rozando sus labios en los míos.
Hice lo mismo en los de ella, acompañándola, entonces capturé su boca, envolviéndola en un beso que, hoy, era más que necesario. Sus labios danzaban junto a los míos, nuestras cabezas se movían lentamente, mientras nuestras lenguas se exploraban. La besé con una falta que sentía anticipadamente, la besé lo máximo que pude para tener su sabor junto a mi, la besé como si mi vida dependiera de eso. No quiero lo suave y sabroso de sus labios, como es dulce y un vicio su sabor o como ella se entrega totalmente cuando está en mis brazos.
